Un chiste
circuló en este sentido durante los años setenta en torno a Leonid Ilich Brezhnev,
el de cejas de búho. Para impresionar a su madre, la invitó al Kremlin, le
mostró sus poderes y pertenencias, su nivel de vida, sus coches alineados en le
garaje, sus dachas, sus alfombras persas, sus cotizados cuadros, sus
legiones de criados, todo ello para que comprobara lo lejos que había llegado
desde que abandonó la aldea ucraniana. Pero mamá Brezhnev, impasible
no movía un músculo. Ninguna de aquellas maravillas parecía impresionarle. El
secretario del PCUS (1964-1982) la llevó entonces hasta el pabellón
de caza, que era un palacio versallesco. La paseó por los jardines, hizo que
tocara la orquesta de muchos profesores, le mostró la pinacoteca, los salones
de oros y caobas, las paredes de platino, la biblioteca llena de incunables,
las espadas de Wan, los frescos de Andréi Rubliov, la corona de
Pedro el Grande.
-Bueno, madre, di algo- ¿Qué te parecen los tesoros que tu hijo ha conseguido?
-Está bien, muy bien, hijo, pero ¿qué pasará
cuando vuelvan los rojos?
Esta anécdota la relata el inolvidable Manuel Leguineche en su Madre Volga, un recorrido por la Rusia del siglo XX. Viene que ni pintada al contemplar a la banda podemita disfrutando de un buen desayuno en el Ritz, o eso aseguran los medios, patrocinado por la sanidad privada, anatema al que tanto recurren las gentes de izquierda, los rojos, aunque sea para patologías de poca envergadura. Ahí estaba el intrépido Echeminga, un trasunto de aquel Yezhov, jefe de la policía política que fue purgado por Stalin, barruntando, quizá, qué pasará cuando vuelvan los rojos. Carpe diem...
3 comentarios:
No se ha visto una colección de Carpantas más hambrienta que ésta.
Es un saqueo a dos manos. Mastican a dos carrillos.
Están encantados de pisar moqueta. Y ahora comen mejor que nunca. Hasta Echeminga tiene mejor aspecto.
la sanidad privada... ahora lo entiendo... como todos estos se cuentan entre sus clientes/pacientes cuando la necesitan, modelo almodóvar, ese cineasta bajo claqueta panameña... qué gentuza ellos, y qué gentuza los de la sanidad privada...
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