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viernes, 31 de octubre de 2014

De la tertulia política



Más de una noche, por puro morbo y por ganas de echar unas risas, veo la tertulia que emite la cadena de los obispos. Salvo honrosas excepciones, el nivel de los tertulianos es lamentable, empezando por el moderador/conductor, uno de los tipos más incultos y peor informados que se han visto en la caja tonta, un negado que si hiciese una carrera solo quedaría segundo. La noche del miércoles la cosa prometía: corrupción para dar y tomar y los primeros detenidos de la última redada puestos a disposición judicial. No defraudaron, como es costumbre. Así, el moderador/conductor, ante las noticias que llegaban de la Audiencia Nacional, entró en éxtasis al saber que alguno de los detenidos quedaba en libertad sin cargos y otros eludían la prisión provisional con fianzas más que asequibles. Para él eso significaba que la operación policial era una chapuza, que la corrupción no era tan grande como nos habían contado y que el Régimen, ente del que es devoto el merluzo, se puede salvar, se va a salvar, por cojones. Inútil fue que algún tertuliano sensato le intentase hacer ver que si un detenido estaban en libertad con cargos era porque algún indicio habría en su contra. Nada, el lerdo, como es tradición, seguía mirando el dedo y no la Luna.

Pero lo mejor vino un pco antes, mediado el programa, cuando un invitado del PP que suele repetir con frecuencia, no sé si diputado o senador, tanto da como poco importa su nombre y apellidos, intentaba dar la cara en defensa de la clase política, nobleza obliga en días tan aciagos para los representantes públicos. Ante el agrio reproche de un periodista allí presente, por qué no hay listas abiertas en este país, el hombre acorralado se armó de valor y a la vez se cubrió de gloria. Si las hay-respondió muy ufano-para el Senado. Hasta el moderador/conductor puso cara de incredulidad, intuyendo que tal vez se la estaban metiendo doblada. Ay, el Senado, esa cámara inútil donde retozaba Paco Granados.

jueves, 30 de octubre de 2014

Cuando fuimos campeones


Volvemos por esta bitácora con la escritora-eso afirma la interesada-Cristina Fallarás. En esta ocasión utiliza su foro habitual en el diario para denegar al Presidente el perdón solicitado. No diremos que carece de razón en su lamento, menos en la condena a un personaje patético en todas las facetas de la estética, pero si citaremos textual un párrafo que no tiene desperdicio, que es casi un estilo de vida, un canto a la melancolía:

No le perdono porque apenas recuerdo los tiempos en los que creímos vivir en una sociedad civilizada, moderna, evolucionada y racional. Porque ideas como la jubilación, la posibilidad de ser padres o montar un hogar, la atención a enfermos, el apoyo a las expresiones artísticas y culturales, las recuerdo entre brumas como si las hubiera soñado, como el condenado a perpetua llora al recordar la camisa de lino comprada un ´día de sol, allá en el pasado.
Ese recuerdo, Doña Cristina, era el Estado del Bienestar, un sueño perdido que, como bien dice el profesor Rodríguez Braun, no es otra cosa que el Bienestar del Estado, los impuestos de toda la vida y la socialdemocracia que todo lo destroza, nada del otro mundo. El problema es que en esta tercera legislatura de ZP-amigo Herep dixit- el saqueo del bolsillo del contribuyente ya solo sirve para pagar la deuda-cada español que viene a este valle de lágrimas ya debe más de veinte mil euros al nacer-y mantener una estructura burocrática demencial. Y ya no hay más. Triste es recordar, pues, cuando fuimos campeones, sobre todo porque éramos más jóvenes. El resto es poco relevante y además estaba cantado. 

miércoles, 29 de octubre de 2014

Desde Valencia hasta Collado



Han pasado seis años desde que el Partido Popular celebrase aquel congreso a la búlgara en Valencia y uno no sabe si las cosas para el partido de Rajoy y Soraya están peor o mejor. En 2008 el liderazgo del Presidente se tambaleaba tras la segunda derrota ante el genio de Zapatero, iniciándose una travesía del desierto de resultado incierto, y ahora, ostentando una mayoría absoluta que podría ser devastadora para acometer las reformas que necesita este país, anda el hombre pidiendo perdón en el Senado por las tramas de corrupción que devastan un partido que ya no es el de las personas sino el de los casos, operaciones que bautiza la Guardia Civil con nombres rebuscados. Pero nuestro Senado no es el de Roma, de ahí que no haya un Cicerón que respondiese con un sonoro quosque tandem abutere, Catilina, patientia nostra? 

Desde Valencia hasta Collado, acto de contrición y fin de trayecto con una oferta de gran pacto contra la corrupción, solos o acompañados, pero sin adelantar una sola medida que aplacase un poco la indignación generalizada. Faltó en esta liturgia poco vistosa y muy forzada el golpe de efecto que se daba en aquellos regímenes totalitarios que condenaban su pasado más reciente a la muerte del secretario general, una especie de pública rehabilitación de los que cayeron en desgracia por algún regalo, bromas inocentes al lado del robo de cientos de millones de euros. 

martes, 28 de octubre de 2014

Como aquella UCD



Entre los casos de corrupción que echan por tierra las homilías de fin de semana del Presidente, una crisis que no acaba de remontarse, el desafío separatista y la amenaza de Podemos, al PP se le está poniendo cara de UCD en su peor momento, lo que no deja de tener su gracia y hasta una pizca de justicia poética: tanto que Mariano y lo suyos reclaman el centro, que es la ausencia de ideología, van a terminar como Suárez y sus burócratas, francamente descentrados. Aunque todo hay que decirlo, sosos como ellos solos carecen de un cachondo como Pío Cabanillas que diga aquello de cuerpo a tierra, que vienen los nuestros: Esperanza Aguirre, esa Gracita Morales rediviva, lo intenta, pero carece de ironía y su cara es un poema que hace presagiar el desastre. Enric Juliana, un tipo que habitualmente tiene poca gracia y menos ingenio, acertó al bautizar al núcleo duro del PP, eso que otros llaman los Sorayos, como la Brigada Aranzadi: mucha ley, poca política. Como aquel centro de Suárez.

lunes, 27 de octubre de 2014

Los lunes al talego



Como aquella película que tanto juego dio, se inicia la semana más o menos como acabó y con un horizonte que parece inamovible: corrupción, redadas, detenciones...El Régimen se tambalea y quema sus últimas naves a golpe de grandes operaciones policiales y judiciales, aunque bien mirado, con más ruido que nueces: los perros que detectan billetes no encuentran ni los que tienen restos de cocaína y la fiscalía anticorrupción no solicita medidas cautelares ante tanto choriceo salvo que se trate del pequeño Nicolás, metáfora de una España que ha elevado el selfie a la categoría de obra de arte.

Que la ley está hecha para el robagallinas y no para el gran defraudador lo sabe hasta Dulce Torres, como sabe también que la tramitación de nuevas leyes es camino tortuoso, por eso echa mano de la venda y adelanta que no dispone de medios suficientes para luchar contra esta avalancha de corrupción institucional. Más jueces y más fiscales podría ser una solución, y más hora que según el gobierno todo es recuperación y el dinero vuelve a correr por los ministerios, pero por lo que de verdad clama el pueblo es por su condición sagrada de tribunal jurado y por la guillotina de Podemos, auténtico beneficiario de esta conjura de los necios.

viernes, 24 de octubre de 2014

Tu banco



Uno de los anuncios más repugnantes que te tenido que soportar, más incluso que los diferentes de la horrorosa cerveza San Miguel, ha sido ese tan entrañable de las conversaciones en/con Banco de Sabadell: gente famosa de lo más estúpida, un mensaje encriptado dirigido a un público necio y una puesta en escena que mucho recordaba a esas terapias de grupo de alcohólicos anónimos y otras querencias adictivas similares. Puesto en circulación en tiempos de zozobra y con bancos y cajas del monte de piedad desahuciando al la peña, era la metáfora perfecta del páramo cultural español. Cuando lo veía, y antes de cambiar de canal, siempre me preguntaba por qué no llevaban al anuncio a un tipo como Arturo Pérez Reverte, quizá porque el escritor le metería fuego a toda esa mierda tras cargarse en la parentela de los creadores del engendro.

Me he acordado del anuncio tras conocer que Rodrigo Rato ha presentado un aval de ese banco para cumplir con el requerimiento del ropón de turno: nada extraño, pues Don Rodrigo sigue siendo un hombre solvente en lo económico, que es lo que para estos casos vale. Pero lo mejor ha sido ver el ridículo de una de las vedettes del banco, una indigente cultural que confunde aval con crédito, y que además persiste en la chapuza. Para una próxima entrega de esta infame serie publicitaria, sería bueno ver a la chica de la radio frente a un empleado del banco, uno de esos tipos que llevan corbata con camisa de manga corta, intentando aprender la diferencia entre un aval y un crédito. Superado el escollo, tal vez podamos pasar a la siguiente lección: la diferencia entre crédito y préstamo.

jueves, 23 de octubre de 2014

Robagallinas


Afirma el Presidente del Tribunal Supremo, que lo es también del órgano de gobierno de los jueces, que la ley penal española está pensada para el robagallinas y no para el gran defraudador. Albricias: nada igual se veía desde que se formuló el segundo principio de la termodinámica. Lo más llamativo, al margen de que en su auditorio hubiese pesos muy pesados del PP, todo un baluarte contra la corrupción y adalid de la independencia judicial, es que la solución ofrecida por el amigo Lesmes no es otra que una reforma en profundidad de la ley procesal, una audacia legislativa que se traduzca en una mayor agilidad del procedimiento para investigar y juzgar. Pero nada dijo el prócer sobre una reforma de la ley penal material, la sustantiva y del reproche, por lo que mucho nos tememos que el pobre robagallinas seguirá siendo castigado con la misma severidad. 

miércoles, 22 de octubre de 2014

Otra justicia es posible


Ada Colau, esa Pasionaria del siglo XXI, está que trina con la juez de Barcelona que ha desestimado su demanda contra la Delegada del Gobierno en Madrid. Resulta curioso que estos neocomunistas que tanto furor causan consideren que su honor ha sido mancillado, cuando uno siempre había creído que el honor era una virtud propia de aristócratas y burgueses, gentes de virtud intachable que se batían en duelo por un quítame allá esas pajas. Y llamativo es también que la demandante vencida diga que se ha enterado de la sentencia por la prensa, cosa extraña teniendo abogado que la defiende y procurador que la representa, lo que nos induce a pensar que su letrado conoció la resolución y prefirió callar antes que dar la cara ante una clienta tan visceral.

Todo jurista sabe que la libertad está pensada para proteger a los ciudadanos anónimos, a los débiles, frente al poder, no al revés. Lo que viene a reivindicar Coalu es aquello tan viejo como progresista, una auténtica garzonada, del uso alternativo del Derecho: básicamente, retorcer la ley, incluso pisotearla, para conseguir una sociedad más justa, más igualitaria, y siempre bajo la inspiración de una serie de valores inmutables a los que la ley queda siempre supeditada. Hay un uso alternativo del Derecho como hay un uso alternativo de la política, como cuando el cupero Fernández amenazó sandalia en mano a un sorprendido Rodrigo Rato, metáfora premonitoria de los palos a los que el banquero iba a tener que hacer frente en un futuro nada lejano .

Las palabras de la demandada, según la juzgadora, quedan perfectamente amparadas por la libertad de expresión, uno de los valores de nuestro ordenamiento jurídico, pero Colau responde como Lenin a Fernando de los Ríos , ¿libertad para qué? Bueno, libertad para recurrir ante otros jueces, que la sentencia contiene una condena en costas que no será barata. Salvo que la PAH goce para pleitear, como antaño las cajas de ahorro y monte de piedad, del beneficio de pobreza.

martes, 21 de octubre de 2014

De la banalización del mal


Varias asociaciones catalanas de corte nacionalista denunciaron la semana pasada decenas de mensajes de Twitter que comparan soberanismo catalán con nazismo. Los denunciantes acudieron a la Fiscalía de Barcelona, donde imagino que serían recibidos por el fiscal especial para los delitos de odio y discriminación, un hombre que, me consta, ha hecho de esta causa tan noble la razón de su existencia. Parece ser que los demandantes de este auxilio ya se reunieron con dicho fiscal hace unos meses y éste les indicó que para proceder con algo de éxito en estos menesteres se precisaban algunos requisitos, como que esas injurias que banalizan el nazismo fuesen acompañadas de amenazas, que no fuesen aisladas y que tuviesen cierta difusión. Meses después han formalizado la denuncia, luego se presume que esta vez han acudido con los requisitos cumplidos, o aquello que antaño se llamaba fumum boni iuris.

Estamos ante un tema recurrente, la banalización del nazismo, que no deja de ser la vieja banalización del mal que tanta literatura ha generado. De hecho, días atrás podía leerse que el último libro de Martin Amis tiene algunos problemas para editarse en más de un país. Toda esta beatería no deja de ser graciosa, pues tiene mucho que ver con la perversión del lenguaje: ¿hubiesen acudido los denunciantes a la fiscalía si la comparación hubiese sido con el fascismo? Probablemente no, de hecho son ellos mismos los que con frecuencia tildan de fascistas, fachas, a los que están en contra del proceso separatista. Por no hablar del uso, en general nada ofensivo, del término comunista, ignorándose el glorioso balance de muertos que presenta la ideología de Potemos. Pero ya se sabe, el nazismo es la quintaesencia del mal. Para evitarse problemas, y de paso poner más nerviosos a los soberanistas, es mejor hacer como Miguel Ángel Rodríguez y decir que lo que de verdad necesita Mas es un fusilamiento como su compadre Companys. Eso, tan lejos de conceptos peligrosos como el fomento del odio y la discriminación, tiene mucho amparo en la libertad de expresión y en la recreación, más o menos distendida y un poco banal, de la Historia. 

lunes, 20 de octubre de 2014

Odia el delito




Muy buena la entrevista de Ángeles Escrivá al etarra Zabarte. Leyendo las respuestas del agraciado por el fallo de Estrasburgo, a uno se le hace un poco cuesta arriba comprender la máxima socialdemócrata de odiar el delito y compadecer al delincuente, pero tampoco los dogmas fueron creados para ponerlos en duda. Se echa de menos, eso sí, recordar cómo fue detenido en su día el personaje, parapetado en la habitación de un piso que fue asaltado por la Guardia Civil, entregándose sin presentar batalla mientras sus dos compañeros de comando eran abatidos por no adoptar tan valiente decisión.

Muchas perlas deja el psicópata, pero ninguna como esta-referencia nada casual a Navarra-que refleja de manera perfecta el final, o casi, de una historia que apesta a derrota, y no precisamente la de la banda y su entorno:



Pregunta: ¿Cuando uno se pasa 29 años en prisión y se da cuenta de que ha pasado lo mejor de su vida y la ha perdido...?

Respuesta: Cuando pasas la vida en prisión, la duda es cómo encontrarás la calle y cuando llegas a la calle, te das una vuelta por aquí y por Navarra, y piensas ¡qué satisfacción!

sábado, 18 de octubre de 2014

La lírica



Cabalga el separatismo desbocado a la búsqueda de alguna clase de épica y se encuentra con la lírica. Esto es una mierda, hombre.

viernes, 17 de octubre de 2014

Pecadores


Leo en un digital, ya que el gasto en papel lo reservo para libros, que el arzobispo de Oviedo recomienda confesarse a los partidarios del derecho a decidir en Catatònia. Dado mi agnosticismo militante, no tiendo a meterme en litigios de la Iglesia, que bastante tienen sus doctores para cuadrar un círculo con el que llevan liados dos mil años, pero hay cosas que claman al cielo por lo que tienen de grotescas, ¿o es que por ventura hay alguien en su sano juicio que imagine al sandalio cupero Fernández arrodillado en un confesionario? Ya puestos, el arzobispo podría haber solicitado lo mismo  pero otros motivos a un Jordi Pujol que viene a decir que ya será juzgado por  Dios y la Historia.

Queda bastante claro que la Iglesia catalana, al igual que el FC Barcelona, se ha posicionado claramente no ya por el derecho a decidir, que sería una boutade más, sino por la más contundente y directa declaración unilateral de independencia, de ahí que no tenga mucho sentido que un señor prelado de Asturias recomiende una confesión por aquello aparentemente pecaminoso que no considera como tal otro colega de Solsona o Barcelona. Cree uno en su escepticismo que a la Iglesia le hace falta una seria y muy urgente unificación de la doctrina, una suerte de juez inapelable que sea de este mundo, una autoridad que ordene, entre otras cosas y so pena de excomunión, que las monjas estén en un convento y no en un plató de televisión soltando estupideces.    

jueves, 16 de octubre de 2014

La soledad del juez


La juez de Barcelona que investiga los turbios negocios de Jordi Pujol se queja en una resolución de la falta de colaboración de tan ilustre imputado, pues no aporta a la causa lo único que se le ha pedido, el testamento de su padre y la consiguiente aceptación de la herencia. Acabáramos: la colaboración de cualquier imputado con la Justicia es siempre una entelequia, pues nadie está obligado a declarar contra sí mismo ni a confesarse culpable, de ahí que esa colaboración solo aparezca en aquellos casos-no es el de nuestro hombre-en que medie arrepentimiento o se busque alguna clase de atenuante, generalmente con la intención de evitar el paso por la cárcel.

El lamento de su ilustrísima tiene más que ver con la soledad que la devora que con cualquier clase de reproche legal. En estos temas, que tanto tienen que ver con los pasteleos de un Régimen que agoniza,  el fiscal, presunto garante de la legalidad, ni está ni se le espera, y la policía hace lo que puede, que cada vez es menos al comprobar que la cosa no avanza y que medallas pocas se van a repartir.. Para colmo, tampoco se puede citar a la hermana del honorable como testigo, pues ya se pronunció al respecto cuando estalló la bomba: una herencia, qué herencia. Sobra decir que al tormento del reo ya no se puede acudir en busca de la confesión, por muchos voluntarios que a ello se prestasen. 

miércoles, 15 de octubre de 2014

El día después



De la misma forma que era previsible que Mas se rilase y descafeinase su propia consulta, también se adivinaba la respuesta que en ese caso recibiría de sus aparentes rivales: diálogo, consenso, terceras vías y zarandajas por el estilo. Uno de los primeros, y además anticipándose un poco a los acontecimientos, ha sido Anson, o Ansón, aquel prohombre que otorgó a Pujol el título de español del año hace ya tres décadas. En un compendio de lugares comunes, el académico Anson, o Ansón, aboga por una tercera vía que desatasque una situación que no parece tener remedio. En la pieza descubrimos que Cataluña cuenta con intelectuales, ahí es nada, que aspiran a esa solución, que Duran Lleida es la moderación-suite en el Palace-y el sentido común y que Rajoy es un mono en manos de Arriola, cuando algunos aseguraban que era un mono en manos de Soraya SS.

Al final todo se ciñe al reconocimiento de la potente identidad histórica de Cataluña, lo que avala la tesis de que ha llegado, otra vez, la hora de los amantes de los derechos históricos al estilo de Herrero de Miñón, y esta vez para rematar la faena iniciada en el 78: aúpa el Volkgeist. No en vano, en este país, y por exigencia constitucional, las comunidades autónomas tienen derechos, y a ellos debe jurar respeto el monarca. Puro romanticismo en el siglo XXI, de ahí el afecto profundo cuyo restablecimiento exige el melifluo articulista. No parece, sin embargo, que el sandalio Fernández, siempre dispuesto a una carlistada, esté mucho por esa labor, pero ya puestos a recuperar espíritus de otras épocas algún encaje se encontrará para tanto montaraz ahora frustrado.

martes, 14 de octubre de 2014

Ropones y política


El órgano de gobierno de los ropones, ente que este Ejecutivo pretendía reformar, al menos eso llevaba en su programa electoral, ha decidido no suspender de sus funciones a Santiago Vidal, un ropón díscolo que trabaja en la redacción de un hipotética constitución catalana. Con buen criterio, si bien por una ajustada mayoría que acredita la división política de estos sacamantecas, se entiende que apartarlo cautelarmente no impediría que siguiese conspirando y redactando en pos de la independencia. Lo que viene a decir el Consejo, en síntesis, es que redactar una constitución, por mucho que sea esta la de un Estado que aspira a nacer, es como escribir una novela, pura literatura, y generalmente de la peor. Así, Quim Monzó podría ser uno de esos redactores y nadie podría sancionarlo más allá de la indiferencia que debe provocar una escritura tan floja como aburrida. Al final, el Consejo de los ropones se abona a la máxima de Mariano, ley y diálogo, pasa palabra y  deja que Vidal siga con la literatura en los ratos libres que le deje la Audiencia de Barcelona. Quien no disfrute con el borrador de la novela siempre tendrá el Marca.

lunes, 13 de octubre de 2014

De la Hispanidad


Como los amigos de El País han sacado una edición en catalán, qué menos que el Presidente del Gobierno escribiese unas líneas para conmemorar el Día de la Hispanidad.  O sea, que Mariano se dirige a los catalanes y en catalán en un día tan señalado. Retórica pueril y un compendio de lugares comunes para insistir en lo de siempre con el envite que nos ocupa, ley y diálogo, y poco más. Lo mejor de la pieza es su último párrafo, dirigido a los latinoamericanos-no iba a usar el Presidente la expresión hispanoamericanos, faltaría más- que viven con nosotros hoy en nuestro país y que han querido acompañarnos en nuestros éxitos. Quede tranquilo Don Mariano, que esos que un día vinieron desde tan lejos no tienen intención de marcharse. Son otros los que se quieren ir, pero sobre eso ya se escribirá otro día, otro año.

domingo, 12 de octubre de 2014

Obscenos y orgullosos


La crisis del ébola ha vuelto a demostrar que el peor virus de este país es la clase política, una peste para lo que no parece existir antídoto posible y de la que solo nos puede liberar un cataclismo. De la ministra de Sanidad, mujer que se baña en confeti, ya no se espera mucho desde que supimos que desconocía que había un coche de lujo en el garaje de su casa, si bien parece ser que la despreocupación y la vida relajada son sus mayores virtudes: no en vano decía en una entrevista que el mejor momento del día era por la mañana, cuando miraba cómo vestían a sus niños. 

Pero como el tinglado autonómico ha repartido la estupidez por territorios, su colega madrileño lleva días diciendo sandeces y obscenidades, la más lograda, sin duda, esa afirmación de que la enfermera contagiada no estaría muy mal cuando días antes de ingresar en un hospital se fue a la peluquería. Nada igual se escuchaba desde que aquella diputada del PP, curiosamente emparentada con otro ex consejero madrileño de Sanidad, le dedicó a los parados aquel sonoro que se jodan. Remata la faena el prócer asegurando que podría permitirse el lujo de dimitir porque tiene la vida resuelta. Y ya se sabe, una vida resuelta conduce a la irresponsabilidad y a la indolencia. Perra vida la nuestra. Como la de Excalibur. 

viernes, 10 de octubre de 2014

De los que vieron la luz



Joaquín Leguina lanza un libro oportuno, si bien también puede ser calificado de oportunista, por el momento de su llegada a las librerías y porque el tema ya ha sido más que tratado en estos últimos años. Leguina, sin duda brillante en algunos aspectos, y en especial cuando carga con acidez contra nacionalistas y socialistas, es de aquellos que vieron la luz. Recordemos su voto favorable al Estatuto de Cataluña a su paso por el Congreso, algo de lo que se ha arrepentido públicamente. Pero más vale tarde que nunca. Cualquier día de estos, por aquello de continuar con la expiación y el tratamiento de los mitos, Don Joaquín debería escribir una reseña sobre uno de los mejores libros que últimamente se han publicado sobre nuestra guerra, Los mitos de la guerra civil, de Pío Moa, otro ilustre arrepentido. Y es que, aunque demasiado tarde, progresamos adecuadamente.

miércoles, 8 de octubre de 2014

Garzonadas


La revista Jot Down, que avalando su pedantería es Cultural Magazine, se descuelga con una entrevista al ex juez Garzón; fiel a la norma de la casa, la cosa es kilométrica y acaba cansando, amén de que sonroja la complicidad obscena entre entrevistador y entrevistado, aunque tiene sus perlas, como ésta referida al problema catalán:

¿Qué opina del proceso soberanista de Cataluña?
Yo respeto el derecho a la consulta del pueblo catalán y que debemos estar donde estamos si queremos estar. Pero debería ser posible avanzar y buscar la fórmula para que esa consulta se realice, es decir, potenciar el diálogo con respeto a la legalidad. La solución iría por la adopción de un modelo federal.
Obviando la cantinela de un federalismo que nadie sabe qué es, y aguantando la risa con eso tan gozoso de que debemos estar donde estamos si queremos estar, el viejo ropón se abona a la máxima que Don Mariano repite una y otra vez: ley y diálogo. En qué manos estamos. Toda una epidemia.

lunes, 6 de octubre de 2014

Golpe de Estado


Hoy se cumplen ochenta años de aquel golpe de Estado de Companys, una opereta consistente en salir al balcón de la Generalitat para proclamar El Estado Catalán dentro de la República Federal Española. El desenlace de aquella aventura es de sobras conocido, así que no merece la pena detenerse mucho en él; en todo caso, no perder de vista que nos hallamos muy cerca de una repetición de la historia. Pero sobre esta cuestión tan catalana, interesante el artículo de hace unos días del inefable profesor Pérez Royo, todo un aperitivo, tal vez involuntario, de esta efeméride: aquí, ojo, el golpe de Estado lo dio el Tribunal Constitucional con su sentencia sobre el Estatuto de Cataluña. Ahí es nada: con semejantes juristas de reconocido prestigio no extraña que se aprueben leyes como esa reciente del parlamento catalán contra la homofobia, un artefacto que invierte la carga de la prueba y que obliga al presunto discriminador a probar su inocencia. Todo un golpe, y más discreto que ese otro que denuncia Royo Pérez.. Qué cesto habría hecho Kafka con estos mimbres.

sábado, 4 de octubre de 2014

Del género ridículo


Creíamos, ingenuos de nosotros, que Zapatero había desaparecido completamente de la vida pública española, que se conformaba con calentar sillón en el Consejo de Estado. Nada más lejos de la realidad: ahí pace su émulo Pedro Sánchez, un hombre abonado, no sabemos si por su condición natural o por el miedo a Podemos, al disparate más retorcido, como eso de dar a la Generalitat la competencia exclusiva en...¡materia lingüística!. La última suya, si bien ha reculado y matizado el disparate, es exigir que las víctimas de la violencia doméstica tengan funerales de Estado. Claro, que el émulo no habla de violencia doméstica sino de terrorismo machista, por lo que va un poco más allá que el maestro, que patrocinó una ley que iba a terminar con la violencia de género. Pero como suele suceder con la clase política, se amaga pero no de da: no ha precisado Sánchez si jurídicamente tendrán esas víctimas la consideración de víctimas del terrorismo a los efectos de que el Estado adelante las indemnizaciones que deberán percibir sus deudos. Un brindis al sol, en fin, que desgraciadamente para Sánchez no supera a la promesa de renta básica y universal de Podemos. Habrá que seguir trabajando. Y prometiendo. 

jueves, 2 de octubre de 2014

De la injuria


Tras la dimisión del ministro Gallardón como consecuencia de la paralización de la reforma sobre el aborto, Arcadi Espada escribió una columna en la que usaba la expresión feto subnormal. Ayer, en la televisión de los obispos, una tertuliana de oronda figura se preguntaba si esta expresión no debería ser constitutiva de delito. Doctores tiene la Iglesia, sin duda, pero sorprende que durante estos días de furia se nos hable una y otra vez del principio de intervención mínima del Derecho Penal para justificar una cierta desidia en la cuestión catalana y, por contra, se pretenda castigar penalmente el uso de expresiones que se amparan en la más elemental libertad de expresión. Algo parecido pretendía aquella ministra Pajín cuando proponía castigar con severidad el llamar a alguien gordo/a,  feo/a, maricón/a. Queda claro que algunos pretenden llevar la protección del nasciturus más allá incluso de la doctrina Gallardón: hasta su blindaje frente a las injurias. El delirio.