Ya dijo Pablo Iglesias que el
escrache era el jarabe democrático de los de abajo, y lo decía él, que ya
entonces, sin haber alcanzado el marquesado de Galapagar, veía las cosas desde
muy arriba. Anda revuelta la progresía porque Monedero, vaya nombre para un
comunista, ha sufrido un escrache en Cádiz, siendo expulsado de lo que parece
ser una peña taurina por, eso dicen, gentes de VOX. Vuelve el fascismo al grito
de fuera, maricón, claman las huestes
podemitas en lo que no deja de ser un alarde de ridículo histerismo, de un
consejos vendo que para mí no tengo que mueve a la hilaridad. A fin de cuentas,
se van conociendo detalles, y viendo imágenes todo parece indicar que un
Monedero bastante perjudicado por el alcohol iba buscando gresca y repartiendo
cachetes nada amistosos a los que él consideraba enemigos de clase. Manolete, si no sabes torear...
Pero así se escribe la historia. La
paliza de Alsasua contra unos guardias civiles y sus novias fue una pelea de
bar y esto de Monedero en Cádiz es como el asesinato de Lorca. Ya tarda Marlis
en enviar a sus policías del odio en busca de los autores de tan horrible
crimen. Será por jarabe...