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martes, 17 de marzo de 2020

Alarma y ovación




Dicen los optimistas, mientras el personal acapara papel higiénico, que España es una gran nación. Qué duda cabe, dice el pesimista mientras conoce que el gobierno veta una propuesta de la Comunidad de Madrid para mantener becas comedor para los escolares más necesitados a través de Telepizza. Claro, que ese mismo gobierno de la nación tan grande permite que uno de sus miembros se salte la cuarentena para asistir a un consejo de ministros de urgencia. Ojo, dijo el de la coleta al entrar, que me salto el protocolo porque-verdes las están segando-es la hora de iniciar la revolución. Tras su osadía, la de los nacionalistas vascos y catalanes, que subidos al carro del desmadre no aceptan intromisiones en su autogobierno con la excusa de un estado, el de alarma, que es una broma para lo que de verdad necesita España.

Todo un colofón vírico para un Régimen, el del 78, que todavía recibe una ovación-a las ocho de la tarde-de los confinados en sus casas. Para los que vivimos instalados en el  escepticismo y privados de bares esos aplausos nos dicen que es hora de ir a la nevera en busca de las cervezas que hagan más llevadero el desastre. Paciencia y barajar, que todavía puede ser peor con la amenaza de un gobierno de concentración nacional. ¿Nacional? Pero si la nación no existe.

lunes, 9 de marzo de 2020

El deshonor




Parafraseando a Churchill, bien podemos decir que Ciudadanos ha querido tener deshonor y guerra, que no tienen bastante con el hundimiento del partido. Estaba cantado que Villacís y compañía serían expulsadas del aquelarre feminista de ayer en Madrid, y así sucedió, si bien debe hacerse constar que la policía, en lugar de proteger a las coaccionadas, optó por convencerlas para largarse de allí: ésa y no otra es la impronta de Grande Marlaska, que las fuerzas de seguridad se laven las manos en la persecución del delito. Y qué menos, dirá el ex juez cuando al respecto sea interpelado en sede parlamentaria, que lavarse las manos en estos tiempos del virus coronado.

Llamaba poderosamente la atención un grito que la chusma profería contra la vicealcalde de Madrid: Villacís a trabajar en el Burger King. Átame esa mosca por el rabo. Esta chusma ágrafa considera indigno trabajar en ese establecimiento de comida rápida, no sabemos si porque estas tiorras son veganas o porque ya todas aspiran a seguir la carrera meteórica de la marquesa de Galapagar, máxima exaltación de las bondades de este sufragio universal que nos obsequia con un ministro que va al Senado vestido como Homer Simpson. Será el odio, no hay otra explicación más razonable.

Y pensar que Doña Begoña se negó hace poco a cerrar el grifo de la subvención para estos chiringuitos feministas...En fin, que dejen trabajar en paz al respetable empleado del Burger King y que Villacís vuelva a Legálitas, de donde nunca debió salir.

viernes, 6 de marzo de 2020

El piropo



Artículo 819. El que, aún con propósito de galantería, se dirigiese a una mujer con gestos, ademanes o frases groseras o chabacanas, o la asedie con insistencia molesta de palabra o por escrito, será castigado con la pena de arresto de cinco a veinte días o multa de 50 a 500 pesetas.

Así rezaba el Código Penal de 1928, promulgado durante la dictadura del General Primero de Rivera. Según la exposición de motivos, se  buscaba el desarraigo de costumbres viciosas producidas por este tipo de gestos. Por muchas medallas que aspiren a colgarse los podemitas con la promulgación de normas disparatadas, en este país, y desde tiempos inmemoriales, está todo inventado.

lunes, 2 de marzo de 2020

Y un churro



Dejó escrito el filósofo Francesc Pujols que algún día los catalanes tendrían sus gastos pagados allá donde fuesen. Muchos catalanes pasaron el sábado en aquello que los nacionalistas denominan la Catalunya Nord y no tuvieron mejor idea que hacer cola en un puesto de churros que lucía la leyenda de especialidad española para referirse a este delicioso producto. Vamos, que los catalanes, como todo hijo de vecino, siguen pagando allá donde van, y además haciendo patria. ¿Y qué patria? Pues la española, obviamente, pues no tienen otra. Como sostiene Jon Juaristi desde hace años, no es que los nacionalistas no quieran ser españoles, es que quieren ser españoles de primera. ¿La patria catalana? Y un churro.