Queda claro que al fútbol ya sólo se puede acudir a comer pipas y silbar a tu propio equipo, hazañas muy propias del Bernabéu; prohibido el consumo de alcohol y algunas banderas políticamente incorrectas, parecía que ya no cabían más vetos, pero quedaba algo más. Leo por ahí que una asociación catalana de discapacitados ha denunciado al Real Madrid porque algunos aficionados llamaron subnormal a Messi y a los seguidores del Barcelona en general. A día de hoy se desconoce si alguna asociación catalana de alcohólicos anónimos ha denunciado al club catalán porque sus aficionados llamaron borracho a Cristiano Ronaldo.
Instalado en la conspiranoia, no hay mejor remedio para soportar tanta estulticia que creer en manos negras, veo tras esta operación de castigo contra el mejor club del siglo XX a la inefable Sor Lucía, musa de Jesús Cintora y defensora de los más desfavorecidos, comunista en sus ratos libres y, como buena barcelonista, envidiosa por naturaleza. Otro comunista, Vázquez Montalbán, decía antes de hacerse forofo del Barcelona que el fútbol era un invento del sistema para tener entretenido al personal, alienar decían entonces los ingenieros de almas, subnormalizar diríamos ahora si tal verbo no estuviese proscrito. Pan y circo, sin duda, pero regulado en las formas. Que no se diga.