Decía el irrepetible Chiquito de
la Calzada...todo el mundo tiene el
graduado escolar menos tú, que tienes una etiqueta de Anís del Mono. Algo
parecido ocurre con este gobierno, que tiene en nómina a más de cien asesores
sin esa titulación ya un poco antigua. ¿Es necesaria una buena formación para
asesorar en un ministerio como el de Igualdad? No lo parece. Algunos dirán que
se deben guardar, al menos un poquito, las apariencias y exigir una titulación
superior para estos menesteres tan trascendentales. Tampoco. La ministra de Hacienda es licenciada
en medicina y cirugía y ya ven ustedes…quod
natura no dat, Salmantica non praestat. Por eso la ley Celaá es un prodigio
que evitará estos aparentes esperpentos: todos, por inútiles, que sean, tendrán
una titulación que, al menos en teoría, superará al viejo graduado escolar. Ese
día Chiquito y su chiste serán más añorados que nunca.