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viernes, 29 de marzo de 2019

La derechita



A mí, mirándome a la cara, nadie me habla de una derechita cobarde. Así de ufano y drástico se ha mostrado José María Aznar para desacreditar, cómo no, a VOX, el enemigo a batir por todos. Otra apelación al voto útil, y de paso a reivindicar el infumable legado de la santa Transición. No merece mucha respuesta el hombre, bastan unas cuantas imágenes para demostrar e ilustrar la valentía de la derecha, o derechita, que él lideró, pero sobre todo la herencia que nos dejó a los españoles. Quede para el recuerdo la imagen de un valiente Rajoy, heredero forzoso de José María, en lamentable estado el día de la moción de censura. Que no miren a la cara de nadie y que se vayan con su legado a otra parte. Mejor.


martes, 26 de marzo de 2019

El exilio es una fiesta



Ya decía Carlos Semprún Maura, el bueno de los Semprún y los Maura, que el exilio de aquellos republicanos, al menos el de París, fue una fiesta, y un libro de igual título nos legó a todos los descreídos. Algo muy parecido está ocurriendo con el llamado exilio de Bruselas, donde Puigdemont y resto de fugados andan disfrutando de la vida mientras sus compañeros de aventura sientan a diario sus posaderas en el banquillo del Tribunal Supremo.

Y en esa fiesta andaba y sigue andando el huido Comín, haciéndose un selfie con la bella Pamela Anderson-que parece ser defensora  de la causa separatistas-mientras exhorta a la sociedad catalana a que reaccione con fuerza cuando se conozca la sentencia de Marchena y resto de magistrados, lo que da a entender que Comín ya conoce el fallo. Lógico, por eso puso pies en polvorosa y dejó a la plañidera Junqueras y compañía al mando de la guarnición, para que llegado el día adornasen su celda con un póster de Pamela mientras añoraban lo que nunca jamás sucedió, el exilio festivo de Bruselas.

sábado, 23 de marzo de 2019

Serotonina




Diez años era demasiado, mis sufrimientos morales alcanzarían mucho antes un grado insoportable y directamente letal, pero bueno, no me veía dejando una herencia (a quién, por otra parte, ¿al Estado?; la perspectiva me producía un desagrado supremo), o sea que tendría que aumentar el ritmo de mis gastos, era peor que mezquino, era francamente miserable, pero la perspectiva de morir con dinero en mi cuenta me resultaba intolerable. Podría haberme mostrado generoso, pero ¿con quién? ¿Los paralíticos, los sin techo, los emigrantes, los ciegos? No les iba a soltar mi pasta a los rumanos, ¿no? Yo había recibido poco y tenía pocas ganas de dar; la bondad no se había desarrollado en mi interior, el proceso psicológico no se había producido, al contrario, el conjunto de los seres humanos me era cada vez más indiferente, por no hablar de los casos de hostilidad pura y dura. Había intentado aproximarme  a algunos  de ellos (y sobre todo a algunas, porque en principio me atraían más, pero ya he hablado de eso), en fin, creo que había hecho un número normal de tentativas, un número corriente, dentro del promedio, pero por distintas razones (que también he mencionado ya) nada se había concretado, nada me había inducido a creer que había para mí un lugar donde vivir, ni un entorno, ni un motivo.


Vuelve Houellebecq con Serotonina, sustancia química u hormona imprescindible, dicen, para la felicidad y que es liberada por el Captorix, un antidepresivo al que se abona el protagonista de esta novela y que tiene muchos efectos adversos. Incorrección política, desencanto y mucha misantropía y desprecio por la socialdemocracia reinante, efectos habituales y nada adversos en la literatura de este francés de vuelta de todo y que a nadie deja indiferente. ¿La trama? Poco hilvanada, pero da lo mismo. De alguna manera hay que encontrar la felicidad.

jueves, 21 de marzo de 2019

Armas tengas




Santiago Abascal ha vuelto a alborotar el gallinero nacional, algo que dado el carácter morigerado y melifluo del personal no resulta difícil. Considera el de VOX que debería permitirse que los españoles que cumplan determinados requisitos puedan tener un arma en su casa. Véase que habla Abascal de tener armas en casa, no del derecho a portarlas allá donde fueres, supuesto este de portar que nos acercaría a la legislación de otros países como Estados Unidos. En el fondo, lo que busca el político, y así lo explica en una entrevista que las gallináceas no han leído, es una reformulación de la legítima defensa, circunstancia eximente que rara vez se aplica, ni siquiera en casos sangrantes de asalto a las viviendas de pacíficos ciudadanos por delincuentes violentos en extremo. Ahí está la hemeroteca para pública vergüenza.

Lamentablemente, el origen del problema es claro y está en la misma carta máxima española: no existe un derecho constitucional a portar armas porque aquí la Constitución, a diferencia de aquellas colonias norteamericanas, no se la otorgó el pueblo a sí mismo sino que le fue impuesta por el Estado de Partidos. Y lo peor, sin posibilidad de enmiendas. Armas tengas y las escondas.

lunes, 18 de marzo de 2019

El voto inútil




Cuentan algunas fuentes, que el episodio sea veraz o no  ya es otra cuestión, que tras la toma de Badajoz por las tropas nacionales el entonces teniente coronel Yagüe recibió la visita del obispo de la diócesis, pastor que acudía a interceder por la liberación de algunos republicanos detenidos y cuyas vidas corrían peligro. Dicen que Yagüe lo despidió con esta frase: ¡Señor obispo, para que algunos vivan como usted, otros tienen que morir! Buenos días. Y lo mandó a esparragar.

Si traigo esta anécdota a colación es porque este fin de semana se ha conocido una extensa carta del arzobispo de Granada en la que compara a VOX con el fascismo, exhortando a sus fieles a que no se decanten por una opción tan perversa y que tiren por el camino del voto útil, que como por todos es conocido es el más inútil de los votos. No se tiene constancia, a modo de ejemplo, de semejante beligerancia por parte de un prelado tras la implosión de Podemos, herederos naturales de aquellos que cazaban monjas y curas en el 36 y que hoy día, tal vez por su aburguesamiento evidente, no parecen preocupar mucho a las más altas instancias eclesiásticas. Despidamos, pues, al arzobispo con un buenos días a lo Yagüe: no merece más.

Y todavía quedan fieles que marcan la casilla de la Iglesia Católica en la declaración de la renta...Cría cuervos…

miércoles, 13 de marzo de 2019

La demencia catalana



Si hace un tiempo era el amigo Tolerancio el que nos obsequiaba con su obra Demens Catalonia, breviario clínico del nacionalismo en 125 electrochoques, es ahora el también amigo Ernesto Martí Wetzel, en idéntica y gozosa dinámica clínica, el que lanza a la venta La demencia catalana: el hundimiento de un país en 47 entradas, disponible en Amazon. Se trata de una recopilación de textos de su blog Mi querida España, entradas que arrancan en 2011 y que llegan hasta hoy, porque el tristemente célebre prusés se inició hace muchísimo tiempo y aquí sigue, ahora en el Tribunal Supremo con el juicio a los golpistas. Aunque lo mejor, con permiso del autor, es dejar aquí su propia y textual presentación en la web donde pueden adquirir el libro. 

Desde el año 2004 llevo escribiendo en mi blog personal llamado “Mi querida España” comentarios sobre temas diversos, pero conforme han ido pasando los años, los artículos han ido centrándose cada vez más en un tema urgente y grave: la demencia del llamado “procés” en Cataluña, y con ello la destrucción de la convivencia en una de las más bellas regiones de España. Y visto que esta locura no tiene apariencia de acabar, he decido recopilar todos los artículos que tratan sobre los problemas políticos, sociales y sobre todo mentales que afectan a nuestra querida Cataluña, con el único fin de intentar abrir los ojos a la gente, de recorrer juntos estos últimos ocho años de despropósitos y con ello esperar que el verdadero pueblo catalán, esa mayoría social que nada tiene que ver con la dictadura nacionalista ni con las locuras separatistas, despierte de una santa vez y eche de las instituciones a todos los estrambóticos personajes que tanto daño están haciendo a Cataluña, y con ello a España.Se trata por lo tanto de un recorrido por los actos, las manifestaciones, las verdades y las mentiras que han afectado a Cataluña, a España y a nosotros mismos, desde el año 2011 hasta enero de 2019. Estos relatos incluyen también mis cambios de opinión sobre personas y partidos políticos, con grandes decepciones como las cambiantes y narcisistas actuaciones de algunos veletas de ciertos partidos, y también con enormes alegrías, como las masivas manifestaciones ciudadanas contra la demencia separatista de finales del 2017.He ordenado los artículos por su fecha original de publicación, algo que nos permite ver la evolución de la enfermedad separatista, desde sus primeros síntomas con el lacayo y encubridor de Jordi Pujol, el nefasto Arturo Mas, hasta la situación de locura absoluta en la que nos encontramos a día de hoy, con un fugado y falso presidente de una inexistente república viviendo en Waterloo, Bélgica, en una mansión que hasta sus allegados ya han comenzado a llamar “Maniac Mansion”. Aunque obviamente su abogado lo ha negado al momento. Igual que niegan que Cataluña es España. Lo dicho, la demencia.

Lo dicho, compren.

lunes, 11 de marzo de 2019

11-M, tres lustros sin la verdad




Quince años después de la masacre aparece una grabación entre altos mandos policiales que apunta a lo conocido y evidente, que tras aquella matanza rondaban servicios secretos de otros países, presumiblemente Marruecos y Francia. Podrá desacreditarse la fuente, el ínclito comisario Villarejo, y también al medio que la difunde, volver a sacar en procesión a los conspiranoicos y sentenciar que aquello es cosa juzgada y punto redondo, pero la verdad es la verdad, la diga Agamenón o su porquero, y una cosa es la verdad judicial y otra la real, que no siempre coinciden. De hecho, el Tribunal Supremo corrigió la sentencia de la Audiencia Nacional en el sentido de no considerar probado que los suicidados de Leganés fuesen los autores materiales del atentado. Ya decía el juez Bermúdez, ponente de aquella resolución, que ojalá no se hubiesen equivocado.

Curiosa y casualmente, el diario El País contraataca con una entrevista al que fuera jefe de los Tedax el día de autos, Sánchez Manzano, o Manazas, que ni siquiera era un experto en explosivos y que tres lustros después sigue diciendo las mismas tonterías y callando, por absoluto desconocimiento, lo más importante, qué fue lo que explotó en los trenes. Pero sí sabemos todo lo que voló aquella mañana fatal: casi doscientas vidas humanas y la verdad.

miércoles, 6 de marzo de 2019

Clases prácticas



Si por algo se está caracterizando el juicio contra los rebeldes catalanes es por las clases prácticas que en materia procesal y de manera gratuita está dando el magistrado Marchena, Presidente del Tribunal, a los letrados de los procesados, profesionales que han optado por una defensa política y no técnica que no augura buenos resultados. Este vídeo es una muestra de ello, si bien Marchena, indulgente, todavía podría haber sido más duro con el abogado Pina cuando éste, exhortado por el magistrado, ha formulado esta pregunta al testigo: ¿está usted completamente seguro que no hubieron cargas policiales? Hubieron cargas policiales. Hubieron cargas. Una reconvención lingüística habría sido el remate.

lunes, 4 de marzo de 2019

Redenciones




La política como redención, he ahí la actualización patria de la vieja máxima socialdemócrata de odia el delito y compadece al delincuente. Una candidata de Podemos a las municipales fue condenada a treinta años de prisión-reclusión mayor se decía entonces-por asesinato, si bien sólo cumplió siete, presumimos que por buena conducta, estudios variados y redención por trabajo. Ahora, ya talludita, la señora quiere ser alcaldesa de su ciudad, algo para lo que la ley le brinda amparo, sin duda, pero que demuestra una vez más que legal y legítimo son conceptos que no acostumbran a ir de la mano.

Hay en estas cuestiones una curiosa asimetría: si te dedicas a la política y hurtas unas cremas o falseas un titulillo has de abandonar esa vocación, aunque por las cremas no hayas sido juzgado o lo del titulillo esté por ver en un juicio con todas las garantías, pero la imputación basta para convertirte en un apestado. Por contra, los crímenes más abyectos, más si está la izquierda de por medio, no tienen peso en la cosa pública si la pena está cumplida, porque el licenciamiento penitenciario equivale a la reinserción. Bueno, y tener cumplida la inhabilitación para cargo público que haya sido impuesta en la sentencia, que ahí está Otegui sin poder ser, todavía, lehendakari. Un Otegui, por cierto, que sin despeinarse ha dicho a un medio catalán que en la política española faltan líderes de la talla de ¡Ernest Lluch! Es lo malo de ser víctima de un asesinato consumado, que ya no te puedes presentar a ninguna elección.

viernes, 1 de marzo de 2019

Una merienda




Paul Lafargue, aquél que escribió El derecho a la pereza, decía que al día siguiente a la revolución habría que pensar en divertirse. Mutatis mutandi algo así explicó el intrépido Rufián en el juicio contra los golpistas catalanes: el 1 de octubre, día de la rebelión, o revolución, él se fue a merendar. Lo extraño es que el día de marras él no estuviese en Madrid, dando cuenta de algún cocido, aunque bien mirado, el muchacho sí tiene pinta de llevar toda la vida merendando, bocadillos de nocilla o de calamares. He ahí la épica de esta revolución de funcionarios con lazos amarillos, votar y comer y volver a votar-censo universal-y volver a comer, o ya merendar. Lo dicho, del derecho a la autodeterminación al derecho a la pereza.