Dicen que el Régimen del 78 se reinventa, o retroalimenta, cada día, y es una verdad incuestionable, casi
como el segundo principio de la termodinámica. Y así, tras la imputación del hermano
del camarada Sánchez por un juzgado de Badajoz, avalada por la Audiencia
Provincial correspondiente, el Presidente de la Diputación provincial de esa
circunscripción pone sus barbas a remojar ante la más que posible apertura de
juicio oral contra su persona y busca la añagaza para marear la perdiz y que
el hipotético juicio pase a otro tribunal para su enjuiciamiento. Aquello de los
aforados de la cosa pública.
¿Y cómo? Pues entrado en la
asamblea regional como diputado tras la renuncia de algún miembro, o varios,
del partido socialista. La titular de un escaño ya ha dimitido, luego seguimos
para bingo. Ante todo esto es imposible ignorar qué pretende el gobierno con su
intención de modificar el acceso a la carrera judicial, amén de que sean los
fiscales los que instruyan las causas penales: evitar que haya que llegar a
estas martingalas tan poco edificantes. ¡Exprópiese!, que diría aquél: en este
caso la justicia.