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jueves, 27 de diciembre de 2018

Talleres de cocina




Cuando los progresistas de todo pelaje y condición, tertulianos indocumentados, que son todos, y alguna ama de casa afirman muy henchidos que la prisión permanente, aun la revisable, no tiene cabida en la Constitución cometen un error de bulto, puesto que la reinserción social puede ser uno de los fines de la pena, pero no el único: la pena, y siempre en teoría, es ante todo retributiva, tanto haces, tanto pagas.

Viene esto al caso tras esas fotografías del etarra Otegui preparando un guiso navideño con representantes de otras fuerzas políticas vascas: todo es paz y amor y buen rollo, pero sobre todo una sensación de pelillos a la mar por aquellos crímenes que ya forman parte de un tiempo muy lejano. Es evidente que los terroristas de ETA, que no se apuntan a talleres carcelarios, no necesitan reinsertarse, pues forman parte del paisaje y del paisanaje, de ahí que al salir de prisión sean recibidos por sus vecinos con los brazos abiertos, incluso muchos,antes del licenciamiento, de tienen ya un trabajo con el que ganarse la vida en libertad.

Decía Mario Onaindía que la novela negra era un género que no tenía futuro en Euskadi, pues aquélla era una tierra donde el crimen siempre se reivindicaba. Los que sí tienen futuro allí son los fogones, mucho, y ningún pasado.

jueves, 20 de diciembre de 2018

Declaraciones subnormales




El Parlamento de Cataluña, que representa al pueblo catalán con esa particular Weltanschauung, o cosmovisión, que sólo tienen los separatistas que allí se dan cita, ha declarado en solemne sesión que la Constitución española es antidemocrática y antisocial. No discutiremos lo de antidemocrática porque es evidente que en España y en toda la Europa de Juncker no existe la democracia representativa, pues aquí y más arriba pace y sestea una partitocracia que ningunea al pueblo soberano con el caramelo de las urnas.

Pero, hombre, decir que la Constitución española es antisocial es una gansada que sólo está al alcance de un necio indocumentado, especie muy habitual en el Parlamento de Cataluña. Porque la magna carta, ya en su artículo primero, nos cuenta que España se constituye en un Estado social, antes incluso que democrático y de Derecho, y ya sabemos desde Kelsen y su célebre pirámide que si la cosa arranca así, de ahí para abajo todo es social, por no decir abiertamente socialista. No olvidemos que en otro precepto se reconoce el derecho a la propiedad privada y a la herencia, pero que la función social de esos derechos delimitará su contenido. De ello se deriva que se pueda expropiar-¡exprópiese!-y robar al personal con toda clase de impuestos, tasas y contribuciones. Y así hasta la náusea.

La última en este sentido y derivada de los mismo y siempre contra el ciudadano contribuyente, es la reforma de los arrendamientos urbanos, que en síntesis permitirá retrasar un desahucio más de lo habitual, que ya es mucho, cuando el inquilino moroso esté en riesgo de exclusión social, martingala con la que deberá pechar el propietario de la vivienda, pues su derecho a la propiedad tiene una función social muy por encima del pago de su hipoteca o cualquier impuesto.

Rogelio Torrente y pueblo de Cataluña, ¿antisocial la Constitución? Vamos, vamos. Que la superen, si pueden, con la independencia.

martes, 18 de diciembre de 2018

Las poses del Consenso




Se acaba el año y la España del Consenso, con cuarenta años a sus espaldas, brilla con más luz que nunca; así, mientras Ciudadanos busca echarse en brazos de los socialistas-algo que ya intentó Rivera con Sánchez y que Podemos frustró-para evitar cualquier fórmula que incluya a los apestados ultras de VOX en la regeneración andaluza, la cúpula policial catalana acude a Waterloo a recibir indicaciones del fugado Puigdemont de cara a los fastos del 21-D, que casi se solapan con los de día de la Constitución. Pero como en el Consenso todo es impostura, los mandos de los Mossos se reúnen con sus homónimos de Policía y Guardia Civil-Marlaska al quite- para coordinar un operativo que embauque a la ciudadanía, un pasteleo que dé a entender que no hay nada que ocultar. Como Rivera cuando posó en pelotas.

miércoles, 12 de diciembre de 2018

El pelotón de los torpes



Decía el clásico que al final siempre era un pelotón de soldados el que salvaba la civilización. Habrá que ver qué pelotón se manda para que el ayuno Torra no tire por la vía eslovena y consiga la independencia con pocos muertos. En cualquier caso, y para tales hazañas, no parece que hayamos mejorado mucho desde los tiempos del Jemad Julio el rojo. Y el pueblo sin derecho a portar armas. Qué indefensión con el pelotón de los torpes.

jueves, 6 de diciembre de 2018

Abrazos




Hoy se celebran cuarenta años de la aprobación de la Constitución, o lo que es lo mismo, cuatro décadas de la consagración del Estado de Partidos que hasta aquí nos ha traído, el Consenso de los padres fundadores que tanta gloria ha dado a las élites extractivas. Visto lo que está ocurriendo en Andalucía con el éxito de VOX y la posibilidad, con la aprobación de Ciudadanos, de acabar con el reinado del socialismo en esa región, no parece que cuarenta años hayan servido para instaurar un sistema de libertades. La turba no reconoce los resultados electorales y se echa a la calle pidiendo la ilegalización del nuevo partido, eufemismo que esconde su verdadero deseo, que no es otro que el exterminio de las derechas, término frentepopulista resucitado por el doctor Sánchez con claro ánimo de concordia.

Pero los turiferarios del Régimen nos seguirán vendiendo aquel abrazo de la Transición como una reconciliación entre hermanos, una quimera que sigue gozando de buena salud tanto en los grandes salones como en las calles, no hay más que verlo. Venga ese abrazo.

lunes, 3 de diciembre de 2018

La hemandad de los perdedores




La Cope, ABC, El Mundo, la sinrazón de Marhuenda, la mugre de la 13 TV, tertulianos y tertulianas con la úlcera sangrando, separatistas, comunistas, meapilas de todo pelaje y condición…son tantos  y tan tontos los afectados por el éxito de VOX en Andalucía que deberían crear un hermandad en la que encuentren apoyo y mutuo socorro. Que viene el fascismo, claman todos los derrotados más rancios mientras los más melifluos se consuelan diciendo que ya somos europeos porque tenemos un ultraderecha al estilo europeo. Será.

Lo grotesco es que una nulidad como Moreno Bonilla pueda ser presidente de Andalucía, pero eso será si el ínclito Rivera quiere promocionar el cambio o quemarse en la pira de la corrección política en la que tanto le gusta mecerse y adornarse. En cualquier caso, para un servidor, que nunca vota, el bombazo de VOX ha sido un éxito casi propio: qué noche, la del sufrimiento del tertuliano. Irrepetible.

miércoles, 28 de noviembre de 2018

Otro Fernández




Hay personajes que son entrañables, y si no existiesen habría que inventarlos. Si el PPCatalà estaba mal, muy mal con Albiol, ahora no está mucho mejor con el nuevo líder de la cosa en Cataluña, el amigo Alejandro, cómo no, Fernández, que es apellido que garantiza carrera en la franquicia catalana.  Lo último ha sido esta perla dejada en Twitter para desprestigiar a VOX, el enemigo a batir, al menos de manera inminente en Andalucía, como si Moreno Bonilla no se bastase y sobrase para cualquier hazaña que se le exija:

Del mismo modo que se critica y con razón que el separatismo se presente a las Generales si no creen en España, sorprende también que se presente a unas autonómicas quién no cree en las autonomías. Será también su nómina autonómica un despilfarro inasumible?

A simple vista puede llamar la atención el curioso concepto de la democracia que tiene Fernández, pero en el fondo es más de lo mismo, una exaltación del Estado de Partidos al que Fernández todo debe y del que para nada reniega. Nadie ose participar en unos comicios si algo pretende cambiar, que nunca se alteren las reglas, que nada mute, fuera heterodoxos. Fernández, guardián de las esencias, se estrenó en el cargo haciéndose perdonar y diciendo que tenía muchos amigos independentistas. Sólo él sabrá si eso es cierto o es una pose, pero queda claro que amigos de VOX o de cualquier clase de derecha no tiene ni uno. Pobre Fernández, de los Fernández de toda la vida.

lunes, 26 de noviembre de 2018

El pueblo infalible




Ayer se conmemoraba el día internacional contra la violencia de género y ocurrió lo tristemente previsible, que un tipo matase a su ex pareja a modo de macabra celebración. No deja de ser curioso que haya más víctimas de este tipo de violencia desde que años ha se aprobó la célebre ley, lo que evidencia que estos crímenes tienen más que ver con la extrema violencia de la sociedad actual que con el clásico machismo patrio: más muertos por esta causa hay en Suecia, paradigma de sociedad avanzada, que en España. 

De todas formas, y en lo que al foro se refiere, más impactante fue una concentración de días atrás contra lo que algunos definen como justicia patriarcal, exigiendo que los jueces se aparten de normas y pruebas para impartir justicia en estos asuntos. Que la justicia que emana del pueblo sea administrada por el pueblo, directamente y sin intermediarios. ¿Y quién es ese pueblo? Pues la gente, ¿y qué gente? Pues tipos como el batasuno alcalde Pamplona, que ahí estaba dando la brasa con la Manada y los jueces que juzgaron a la tropa sevillana, ignorando que esa sentencia, condenatoria, todavía no es firme. Aunque bien mirado, ¿para qué quiere el pueblo, esa gente, los recursos? Quia: el pueblo infalible nunca se equivoca, luego no se precisan remedios procesales.

miércoles, 21 de noviembre de 2018

Cornudo y apaleado




Hay una pieza judicial que no me resisto a comentar por lo que tiene de increíble y de injusta, no ya por lo que supone de ataque al Derecho sino al sentido común más elemental. El Tribunal Supremo tumba una sentencia de una Audiencia Provincial y falla que no hay daño moral en el hecho de que una mujer oculte a su exmarido que no es el padre de su hijo. Si bien lo más grave es que tampoco considera que haya daños materiales, o mejor económicos, que siempre son más fáciles de evaluar.

El engañado lo fue por partida doble: no sólo le fue ocultado que no era el padre sino que una vez divorciado tuvo que pagar pensiones de alimentos ignorando la cruda realidad. Así hasta que se descubre el pastel y el hombre acude a la justicia buscando que ese atropello se corrija, tanto en lo moral como en lo material, que al menos se le devuelva el dinero que nunca debió pagar a un hijo que no era suyo.

Pero el Supremo dice que nones, que ni daños de una clase ni de otra. Soslayando los argumentos que ofrece para negar la indemnización por el daño moral, que son ridículos, más llamativo resulta desestimar la pretensión de devolución de los alimentos injustamente recibidos por el hijo fruto de la infidelidad. Es decir, se echa abajo la teoría más básica del Derecho Civil, la que dice que lo nulo no ha existido nunca, lo que de aplicarse, como siempre ha sido, daría derecho a recuperar lo indebidamente pagado, qué menos en una paternidad que nunca fue tal.

Dentro del estupor general aflora una cuestión: ¿se hubiese dictaminado lo mismo si el perjudicado hubiese sido la mujer y no el hombre? Con sentencias así tampoco es necesario que haya cuota femenina en la justicia. Siempre habrá ropones, hombres o mujeres da lo mismo, que apaleen al cornudo. Y con saña.

lunes, 19 de noviembre de 2018

Las derechas




Arranca la campaña andaluza y el doctor Sánchez se presenta en la tierra del paro diciendo que hay que movilizar el voto progresista, que no de progreso, para frenar a las derechas. Las derechas, he ahí el hallazgo, el sintagma, el mismo que se invocaba en la turbulenta II República para ir preparando el exterminio de todos aquellos que no eran del Frente Popular. Y como nada es casual y todo se va repitiendo, sin prisa pero sin pausa, un exterminio era lo que exigía la turba que el otro día intentó reventar un acto de VOX-la única derecha-en Murcia, al grito de “os liquidaremos como en Paracuellos”, matanza de la que en estas fechas se conmemora el aniversario. El Consenso era esto, ir a por las derechas.

jueves, 15 de noviembre de 2018

El horno final




La Generalidad valenciana, que es incluso peor que la catalana, había decidido prohibir la incineración de obesos mórbidos, y todo para no contaminar más de lo razonable. Una vez muertos, se entiende. Pero ha sido visto y no visto: tras un cierto clamor en contra, con mucho ruido mediático producto de la mala imagen de los hornos crematorios, la autoridad ha reculado y guarda el decreto para mejor ocasión, porque uno barrunta que este amago ecológico tendrá continuidad más adelante, y si no al tiempo. Ya amainará.

Dicen que la muerte iguala a todo el mundo, pero no lo considera así un gobierno curiosamente de izquierdas. Hace años se puso de moda la incineración, quizá para hacer la pascua a la religión, pues parecía que el fuego era menos sagrado que la tierra y sus gusanos, pero no tardaron en llegar las restricciones, en especial, según me cuentan, en lo referente a echar cenizas al mar, que alguno ya ha sido multado por la autoridad competente, marítima por supuesto. Y es que los muertos, como la basura, tienen mala transición hacia la nada, qué hacer con ellos pese a que ya no dan ruido. Y  mucho peor si la urna con las cenizas pesa un quintal.

Si no ahora, será más adelante cuando los gordos paguen el exceso normativo del progresismo y los ataques indiscriminados del ecologismo, dos lacras que siempre van de la mano y a las que nadie echa el guante. Señalados en vida y también en la muerte, para estos enfermos no hay discriminación positiva que valga, si bien siempre podrán planificar el rito con la suficiente antelación para que el óbito les coja en un taifa menos restrictivo en esto de hornear. Y si no, que acudan, ellos o sus deudos, al Tribunal Constitucional, que en cosas más livianas ha metido las narices hasta quemarse el máximo intérprete de la cosa igualitaria.

lunes, 12 de noviembre de 2018

El badulaque




Tras el susto del francotirador que iba a por el doctor Sánchez, vuelve la normalidad, que siempre es obscena cuando se trata de la política nacional, y lo hace de la mano de los pactos de la justicia. PP y PSOE, que habían roto relaciones hace cuatro días por un quítame allá esas pajas, han firmado la paz para proceder al habitual reparto de poder en el Consejo General del Poder Judicial. Un conservador al frente de un Consejo más progresista, con cambios importantes en la sala que juzgará a los golpistas catalanes, cada vez más sediciosos y menos rebeldes. Ciudadanos no rasca bola y se queja de la imagen que ofrece la justicia, un supermercado según Rivera, si bien más parece un badulaque por lo que tiene de rancio. ¿Y Podemos?, pues en su línea, exigiendo una mujer al frente de tan poco aseado órgano. Un bombero, Echeminga, que sea un bombero. O un torero. Por pedir.

viernes, 9 de noviembre de 2018

La conspiración de Terrassa




Se ha sabido con notable retraso que la policía autonómica catalana ha detenido a un hombre, presunto ultraderechista, que anunciaba en redes sociales su intención de acabar con la vida de Pedro Sánchez, y todo por el ansia del Presidente por exhumar a Franco. Una de las bazas de los investigadores, avalada por el juez que lo ha mandado a prisión provisional sin fianza, es que era un gran tirador, contando con permiso de armas y un buen arsenal en su casa. Alarma social en grado superlativo.

Nada igual se veía desde que Lee Harvey Oswald iba dejando un reguero de pistas como paso a previo a ser fulminado a su debido momento. Pero por lo que se va sabiendo, y aquí principia lo extraño del caso, nuestro magnicida frustrado es otro que, como el ex marine, deja mucho que desear dando en el blanco. ¿Veremos algún día el arsenal incautado? ¿Tendremos una especie de Comisión Warren? ¿Sabía el hombre manejarse con el WhatsApp o fue usurpada su personalidad por un tercero infiltrado? ¿Era en verdad un franquista o siempre votó al PSOE? Interrogantes que flotan en el ambiente y que necesitan respuestas. Al menos, nuestro Oswald parece que sigue vivo en prisión contando sus hazañas a presos y funcionarios, disfrutando de los cinco minutos de gloria a los que tiene derecho. Algo hemos ganado.

miércoles, 7 de noviembre de 2018

Habló el VAR




Habló el VAR. Tras reñida votación, la liturgia del foro así lo demandaba, se ha decidido que todo siga como estaba, y que el prestatario de una hipoteca siga pechando con los gastos de un impuesto absurdo y nada progresivo. Clama el pueblo airado, ¡la Banca siempre gana!, cuando en realidad la que gana es la insaciable administración en su variante autonómica, que quizá sea la peor de todas, recaudando una mordida nada desdeñable que financia la gran hipoteca de los españoles, el Estado de Partidos y sus tentáculos.

Mientras el gobierno, que puede tomar la iniciativa legislativa para fulminar el impuesto, mira al tendido encabronado, el socio populista llama a rodear la sede del Tribunal Supremo: curiosa contradicción la de este neocomunismo de funcionarios que anima a la gente a adquirir propiedades hipotecándose hasta las cejas para luego, llegado el día soñado de la revolución triunfante, traicionarlos con el ¡exprópiese! chavista. ¿Y la oposición? Pues que respeta las decisiones judiciales, qué menos para su ingenio. Aunque para ingenio gracioso el de un diputado del PP, de ésos a los que el Congreso lleva toda la vida pagándole los préstamos, que habla de consumidores de hipotecas. Estupefaciente, sin duda.

lunes, 5 de noviembre de 2018

Melancolía en tierra de vándalos




Lo de ayer en Alsasua, salvado el heroísmo de los que fueron a recibir escupitajos, tiene un insoportable aire de melancolía cuya mejor expresión era la presencia entre los saboteadores del célebre etarra Zabarte, el carnicero de Mondragón, clamorosa demostración de que los etarras no necesitan reinsertarse, se mimetizan con el paisaje, pasan desapercibidos a no ser que haya un acto que les recuerde que siguen siendo españoles, los que más, como decía Bergamín.

Pero España ni está ni se le espera en esos rincones antaño tradicionalistas y que hoy, bajo el amparo de una disposición transitoria de la constitución que nadie ha querido derogar, se preparan para ser gozosamente anexionados por los compadres de  aquellas carlistadas, siendo Zabarte el carnicero una avanzadilla que no precisará ser militar para triunfar. Llegado ese día, nadie podrá alegar que no fue avisado con la suficiente antelación, por eso los valientes que ayer paseaban por el pueblo con banderas españolas y navarras para abandonarlo después con fuerte escolta eran la metáfora perfecta de una España melancólica, la que ya no existe, la que fue sepultada bajo una losa de transiciones y transitorias.

miércoles, 31 de octubre de 2018

Seguimos restando



El gobierno sigue a vueltas con los restos de Franco, su exhumación e inhumación, su gran prioridad, su razón de ser y existir por encima del golpismo catalán y las cintas de Villarejo, que aparecen como setas en este inclemente otoño. Así que en el Vaticano se ha presentado la inefable e infalible Carmen Calvo en busca de la ayuda del Sumo Pontífice, un hombre que siempre complace a cualquier peronista que a él se acerque. No obstante, no parece que en Roma estén muy dispuestos a impedir que la familia del yacente lo entierre allí donde considere más conveniente, por lo que el espinoso problema, si finalmente se exhuman esos restos y se sacan del Valle de los Caídos, entra en una vía muerta.


Pero como el ejecutivo no se aquieta y sigue con el sostenella y no enmendalla, ya amenaza con impedir que los restos lleguen a la cripta de la Almudena, de ahí que amenace con una aplicación más que retorcida, lo que ya es meritorio, de la Ley de Memoria Histórica para lograr tal fin. Existiría otra solución que tiene amparo en la propia Constitución y que sería la figura, siempre gozosa para un socialista, de la expropiación forzosa. Pero aquí topamos con un obstáculo difícil de sortear, que sería la exigencia de declarar previamente a Franco como un ente de utilidad pública o interés social, lo que implica, una vez fijado el justiprecio, un enaltecimiento de su figura por aquellos, terrible paradoja, que más lo detestan. Un enaltecimiento que es precisamente lo que trata de impedir la dichosa Ley de la Memoria. Como se aprecia, volvemos a la casilla de salida: Franco al resto. 

lunes, 29 de octubre de 2018

Ciudadano Aguilella contra el imperio del mal




Por Tolerancio

La bola entró… pero no es un lance de un partido de tenis entre John McEnroe y Jimmy Connors. Aquí la bola es una denuncia. Y la cancha, el despacho de un “caporal” (persona que guía y manda un grupo de gente) de los Mossos d’ Esquadra. Sube a la red el ciudadano Manolo Aguilella y le atiza al agente una dejada blanda, “liftada”, de ésas a las que no llega nunca el rival.

Si uno ve el tráiler de la película de reciente estreno “Superlópez”, oirá decir a uno de los personajes que “los superhéroes no son españoles, sino americanos”. Pero héroes cívicos, no queda otra, son producto local. Podríamos dar una larga lista que encabezarían, por ejemplo, Regina Otaola, Maite Pagaza o Ana Moreno, la corajuda madre de Balaguer. Manuel Aguilella entra de lleno en la categoría: uno de esos purulentos diviesos en el trasero que le ha salido al nacionalismo en el ejercicio de su cansina e hiperlatosa tiranía de ritmo sostenido y constante.

Nuestro protagonista salía del enésimo juicio promovido por su sindicato (SiPCte), relacionado con las innumerables trapisondas que perpetra la Dirección Territorial de Correos y Telégrafos contra sus trabajadores, lo mismo funcionarios a extinguir que laborales, y al sintonizar la radio asistió a uno de los brillantísimos parlamentos del refinado orador Gabriel Rufián, representante, no es una coña marinera, de la soberanía nacional. El diputado, ni corto ni perezoso (no sabemos si es más lo uno que lo otro), aireó nada más y nada menos que la comisión de un secuestro: el sufrido por dos amigos suyos llamados Jordi Cuixart y Jordi Sánchez. Con los secuestradores anduvo más impreciso y aludió a unos señores togados y a otros cómodamente aposentados en un escaño. No señaló el lugar del crimen, pero sí la fecha exacta: se cumplía un año de la horripilante tragedia.

Al momento Manuel Aguilella, en la certeza de que no cabía malentendido alguno, que un diputado jamás mentiría en sede parlamentaria sobre tan grave asunto, se personó en la Comisaría más cercana para alertar a los agentes del orden. Nuestro héroe cívico, dada su condición funcionarial, está obligado por ley a denunciar sin pérdida de tiempo todo delito del que tuviere noticia. No cabía demorar ni un solo minuto las pesquisas necesarias para liberar a los secuestrados y detener a sus pérfidos captores.  

En un primer momento, e incomprensiblemente, el agente se mostró reacio a atender la petición de Aguilella, pues el operativo policial de rescate debía activarse al punto: estaban en juego la vida de las dos víctimas y las esperanzas de sus familiares. Comprendió al fin la magnitud del caso y registró la denuncia en la que se cita como testigos y declarantes a Gabriel Rufián y a los taquígrafos del Congreso. No sabemos si esas providencias ayudarán al esclarecimiento del espantoso delito, pero nadie podrá afear jamás a Manuel Aguilella ni sus cualidades cívicas, ni su pronta reacción.

Me consta, gracias a las bien trabadas explicaciones de mi abogado (y sin embargo amigo) que, una vez aceptada la denuncia, es decir, una vez que ha pasado el filtro en dependencias policiales, aquélla ha de ser indefectiblemente trasladada a los Juzgados, so pena de incurrir el agente en el gravísimo ilícito de obstaculizar la acción de la Justicia; infracción que, de producirse, podría acarrear severísimas sanciones disciplinarias. De modo que la pelota (esa bola que entró) está ahora a la espera de una decisión judicial. Y, mientras otros contenemos el aliento… bajo la niebla y la lluvia, solitario, conduciendo su modesto turismo por esas carreteras secundarias de la red viaria, y contentando su estómago con un sencillo y frugal condumio… deambula sonriente Manuel Aguilella, con la serenidad de espíritu que confiere al hombre temeroso de Dios y de las humanas leyes el precepto sagrado del deber cumplido, listo una vez más para “desfacer” entuertos y socorrer a desvalidas doncellas en apuros… para ayudar acaso a ese invidente, o a esa dama de edad provecta, a cruzar la calle por el paso de peatones.         

jueves, 25 de octubre de 2018

Skolae erótico festiva




El programa Skolae tendrá una faceta erótico festiva para los niños de Navarra que tengan menos de seis años, pues deberán aprender juegos eróticos como forma de reconocimiento de la sexualidad infantil. Se desconoce si todo ello será en lengua vasca, pero se presume que sí, aunque el niño sea de Tudela, pues la Comunidad Foral se encamina hacia una uniformidad lingüística que no la desea ni Iñaki Anasagasti, aquél de loro viejo no aprende idiomas.

Y si el que puede lo más también puede lo menos, es fácil deducir que pasado los seis años de edad las clases darán un paso más en la siempre gozosa sexualidad, y los no ya tan tiernos infantes emprenderán empresas mayores. Una vez reconocido el cuerpo y sus apetitos, y antes de adentrarse en el meneo, se pasará al terreno de las fantasías, pero de la misma forma que del amor al odio sólo hay un paso algo similar puede ocurrir cuando los húmedos sueños se transformen en pesadillas y el chico, o incluso chica, acabe descubriendo que en realidad se está calzando a la presidenta de Navarra.

martes, 23 de octubre de 2018

El VAR




El VAR, un invento futbolístico que empieza a causar estragos, ha llegado a la maltrecha justicia, de ahí que el todopoderoso Lesmes haya dado el visto bueno a que se vuelva a examinar la ya célebre sentencia sobre quién debe pechar con el impuesto a las hipotecas. Poco dura la alegría en la casa del pobre, por eso tras conocerse el fallo, y como voceros del apocalipsis, surgieron los habituales paniaguados que medran en las redacciones y nos dijeron que eso podría suponer un encarecimiento de las nuevas hipotecas, amén de un nuevo rescate bancario a sufragar, como es tradición, por el pueblo soberano. Hasta el inefable Aznar ha hablado de populismo judicial, como si hubiese algo más impopular que la justicia. Falta por conocerse la opinión de Rajoy, registrador de la propiedad para más señas, pero ya dijo hace poco en una comida que él siempre estaba a favor de los bancos. Como Lesmes.

domingo, 21 de octubre de 2018

Otra conquista




Descubro, no sin asombro, que el personal anda alborozado porque el Congreso de los Diputados ha aprobado-exigencia de Bruselas, dicen- y por unanimidad que los discapacitados puedan votar cuando sean convocados al efecto. Alguien debería explicar a los incapacitados, y también al personal alborozado, que el voto de aquéllos valdrá lo mismo que el de los capacitados, es decir, nada. Vuelvo al profesor Rodríguez Braun, quien en su Diccionario políticamente incorrecto nos da esta definición para libertad: En realidad, no existe, así que no importa perderla. Más o menos, valga lo mismo para el voto en esta partitocracia, que da igual tener derecho a él que no tenerlo, votar o quedarse en casa. Algún tutor, que será en última instancia el que meta la papeleta en el sobre, debería explicárselo a los discapacitados. Si lo tiene a bien.

jueves, 18 de octubre de 2018

La delación




El Ayuntamiento de Madrid ha abierto un expediente en materia urbanística a Echeminga por realizar obras en su vivienda sin la preceptiva licencia. La cosa tiene su miga por varios motivos: el consistorio es podemita, la vivienda, recién alquilada, está en el muy patricio barrio de Salamanca y, quizá lo mejor,  la infracción ha sido denunciada por un vecino que demuestra poca simpatía por el recién llegado, ay, la delación, siempre tan comunista, como justicia poética. Se desconocen, todavía es pronto, qué alegaciones en su descargo formulará el genio, o ingenio, argentino, pero tal vez pensaba el hombre que dada su minusvalía estaba exento de ciertos engorros administrativos, qué menos que tamaña regalía en un Estado del bienestar como el que disfrutan algunos.

También tiene su gracia que el hombre haya instalado, sin el correspondiente permiso, cámaras de seguridad en el exterior de la vivienda, enfocando a la calle, lo que demuestra que la cabra, aunque con sus carencias, siempre tira al monte. Uno imagina al orwelliano Echeminga al calor de un brasero y controlando a todo aquel que se acerque a la finca, receloso y temeroso de que pueda llegar una repetición de la historia que provoque sacas masivas de las gentes pudientes en el Madrid más granado. Y es que la turba airada no entiende aquello de que sólo los ricos, como Echeminga, Iglesias y Carmena, pueden permitirse el lujo de ser de izquierdas.

lunes, 15 de octubre de 2018

Economía básica




Carlos Rodríguez Braun, en su Diccionario políticamente incorrecto define el salario mínimo de esta guisa: Vestido como conquista social, es uno delos principales responsables del paro de jóvenes, mujeres y trabajadores no cualificados. Me ha venido a la memoria tan certera definición cuando he visto el acuerdo alcanzado para elevar notablemente la cuantía de ese salario, amén de otras tropelías, entre las fuerzas de izquierda, que en este país siempre es extrema. A mi juicio, por mucho que se venda esa subida como una conquista social para los más desfavorecidos, y sin entrar en un análisis económico más profundo, resulta ésta insuficiente si no viene acompañada de otras medidas de mayor calado y osadía. Por ejemplo, ¿de qué sirve subir mucho el SMI si no se baja el precio de la gasolina? ¿y si tampoco baja el precio del pollo? Porque según el Diccionario indicado, el pollo era una animal inofensivo hasta que se vendió como uno de los grandes culpables de la inflación, y de ahí al paro sólo hay un paso. No se olvide que en la gasolina casi todo son impuestos y que el precio del rico pollo, ya puestos en plan bolivariano, lo puede regular el Estado.

Dicen las malas lenguas que el retorcido Echeminga ha sido uno de los muñidores de una batería de medidas entre las que no debe soslayarse una importante subida de las cotizaciones de los autónomos e impuestos en general. Pues será cierto, y dados los antecedentes, al personaje sólo le ha faltado celebrarlo con un sonoro ¡chupadme la minga, autónomos y trabajadores en general! Quede en este valle de lágrimas Echeminga como metáfora del Estado del Bienestar, una lacra que Rodríguez Braun define como Bienestar del Estado.

martes, 9 de octubre de 2018

Callejeros




Se ha puesto de moda entre el personal político posar, en solitario o en grupo, y fotografiarse caminado con aire más o menos marcial por una céntrica calle o avenida: si antes lo hizo Rajoy, y recientemente Sánchez, ambos en Nueva York, este fin de semana le ha tocado el turno a Ciudadanos. Y si bien la decadente y sucia Barcelona no es la mítica y glamurosa Gran Manzana, el posado de Rivera y sus gentes deja claro que el principal activo de la política nacional es la imagen y no el ideario. Cierto es que Villegas, por citar a uno, no seduce mucho, y menos para enfrentarse a VOX, esa bestia de ultraderecha que ya enseña los dientes, pero algo tendrá cuando los asesores del partido lo ponen ahí. Ya sólo queda el posado de Abascal en plan Gary Cooper, solo ante las vallas de Ceuta y Melilla y las lobas de las tertulias. Atentos al objetivo.

miércoles, 3 de octubre de 2018

3 de octubre




Seguimos de aniversario, pues se cumple hoy un año de aquel célebre y breve discurso del Rey que advertía  a los separatistas que su aventura no les saldría gratis. Aquella intervención dejaba con las vergüenzas al aire a un gobierno, el de la operación diálogo de Rajoy y Santamaría, que no sabía cómo seguir mareando la perdiz mientras permanecía perdido en su propio laberinto. Si recuerdo aquella tarde es porque instantes antes del discurso, y a modo de aperitivo, una alegre muchachada rojigualda recorría la calle Balmes procedente de la plaza Artós: a medida que la comitiva se acercaba al centro de Barcelona, más gente, ya de todas las edades, se sumaba a ella de manera tan espontánea como ruidosa. Aquello fue el preludio de la gran manifestación del 8 de octubre con el monarca como catalizador. Luego llegó un ridículo y fugaz 155 que nos ha dejado como estábamos, o tal vez peor. Un año después ya sólo queda otro artículo de la Constitución por aplicar al tabarrón catalán, el 116. Mientras tanto, si llega, sólo queda la melancolía, la nostalgia de una agradable tarde de otoño.

lunes, 1 de octubre de 2018

Aniversario




Un años después de aquel plebiscito que según la entonces vicepresidenta del gobierno nunca existiría bien podemos decir que todo sigue igual: el Estado no existe en Cataluña, el parlamento autonómico está cerrado y el tabarrón de la independencia sigue gozando de buena salud. Es evidente que todos los necios se han conjurado, y ahí está el intrépido Torra, como un trasunto de Ignatius Reilly, para certificarlo. Dentro de un año seguiremos igual, no hay duda. Resignación

miércoles, 26 de septiembre de 2018

Mariconadas




Anda el foro revuelto entre rabos y culos: a la exigencia de Arcadi Espada para que el diputado Rufián coma pollas de un golpe o por tiempos, ha seguido de inmediato el apelativo maricón dedicado por la ministra de Justicia a su compañero de Interior. Lógicamente, la reacción del progresismo ha sido muy diferente en un caso y en  otro, ya que frente al linchamiento del periodista, con una manifiesto de censura por parte de los trabajadores del periódico, brilla un silencio sepulcral para con la ministra, llegándose incluso a dudar de la autenticidad del audio donde tan bonitos epítetos se dedican al ex juez Marlaska.

De todo este sainete lo más llamativo es la condición morigerada de un personal que se escandaliza por el uso de expresiones que forman parte del acervo popular en lugar de hacerlo por ver cómo se las gastan las llamadas cloacas del Estado o por el nivel ridículo de unos diputados que convierten la sede de la soberanía nacional en un vertedero. Aunque ya nada sorprende, pues hace poco se ha sabido que el Tribunal Supremo ha confirmado la condena de un año de prisión a un sargento del Ejército que ofendió gravemente a sus soldados al decirles que sólo tenían una neurona. Aún salió bien parado el suboficial: imaginen el castigo si los hubiese llamado maricones de mierda. Estamos para ir a una guerra y ganarla.

jueves, 20 de septiembre de 2018

Mermados




Volvió Aznar por el Congreso y lo hizo por la misma razón estúpida que la anterior ocasión, una comisión de investigación; si antaño  fue por el 11-M y su versión oficial, ahora compareció por la corrupción del partido del que fue, o sigue siendo, no se sabe a ciencia cierta, presidente de honor. Como era de esperar, el hombre fue a marcar paquete ante unas señorías que sólo acuden a un evento innecesario por las dietas que se embolsan a costa del contribuyente, porque profundamente superfluo es preguntar a Aznar por la caja B de su partido cuando previamente no se ha hecho lo mismo en sede judicial, ahí precisamente donde alguno de los suyos ha pagado las culpas de todos.

Al compareciente se le echó en cara todo lo previsible, desde la boda suntuosa de su hija hasta aquella guerra de Irak a la que, salvo para eso tan nuestro que es la logística, nunca fuimos invitados a participar, pasando por viejos pleitos que a nadie ya interesan. La escasa talla de los oponentes quedó en evidencia al no dar ninguno de ellos en el clavo: a un tipo que marca músculo hasta cuando mueve un bigote que ya es inexistente hay que echarle en cara el mayor de sus errores, haber suprimido el servicio militar obligatorio, un error que genera individuos tan mermados para la batalla como Iglesias y Rufián.

martes, 18 de septiembre de 2018

Soy una bomba inteligente




Por Tolerancio


Quiero contarles algo. Soy una bomba inteligente made in Spain. Sé que parece presuntuoso decirlo, pero es la pura verdad. Es algo genético. Esto se remonta a muchas ramas atrás en mi árbol genealógico. Pero para no remitirnos a lejanas explosiones en la noche de los tiempos, los tiempos oscuros del Big Bang, les diré que mi padre y mi madre eran bombas con estudios, idiomas y un cociente intelectual de armas tomar. Y, claro, de casta le viene al galgo. Sabían de matemáticas e ingeniería aeronáutica y hablaban idiomas por las espoletas, que es como decir por los codos. Mis abuelos no estudiaron porque la época no lo permitía, pero eran muy empáticos y gozaban de una gran inteligencia emocional… pero, ya digo, nada de másteres, tesis, antítesis y síntesis plagiadas cum fraude.

De modo que mi padre le hizo un bombo a mi madre y de ahí, del bombo, salí yo, la bomba…  por la misma razón que la conga (el baile) nació en el Congo (belga). Al verme la comadrona, eufórica, cantó así… ¡Para bailar esto es una bomba!... que era una trivial cancioncilla que por entonces estaba de moda y, claro es, lo petaba las pistas de baile.

Me las apaño bien a diario… si me apetece uva, agarro una bomba de racimo. Que quiero echar un pitillo, ahí tenemos las bombas de fósforo. ¿Qué es temporada de setas?... al bosque a por hongos nucleares. La prensa la miro lo justo: sólo me atraen los verdaderos noticiones, esto es, las bombas informativas. Y, va de suyo, y siendo quien soy, mi novia es un bombón de los que paran el tráfico… vamos, el tráfico, y todo lo demás porque la ceban con trilita de calidad suprema y tiene un genio que tira de espaldas.

La cosa es que salgo disparada como un cohete… ¿Han visto en los documentales de la 2 el funcionamiento del llamado órgano de Stalin, el lanzacohetes múltiple Katiusha con el que el mariscal Zukov zurraba la badana a la Wehrmacht en las heladas llanuras de Moscovia?... pues lo mismo. Y surco los aires que es un contento. Voy para aquí, voy para allá… lo mismo en trayectoria rectilínea que te describo una elipse, una parábola, un par de loops o bucles (me gusta lucirme, la verdad) o un tirabuzón con más nudos que una enredadera. En fin, volando voy… pero no soy una matasiete, aunque matar es lo mío. Eso sí, monto, si me lo propongo, unas escabechinas del quince.

Pero como soy inteligente me programan para causar el menor daño colateral posible. En efecto, puedo colarme por una ventana y estallarle delante de las narices, como uno de esos artículos de broma en forma de puro habano, a un fulano mal encarado que ve el partidito de fútbol por la tele apaciblemente repanchingado en el sofá, comiendo palomitas y bebiendo una cervecita, sin siquiera chamuscarle el pelo a su señora, sentadita al lado. Y es que con las señoras soy más mirado, no crean, por aquello de la violencia de género… que te miran mal y no quiero líos. De tal suerte que si el objetivo a abatir es un señor grueso, de mucha envergadura, estallo a tope, en cambio, si es un tipo escuchimizado, con menos chicha que la radiografía de un suspiro, estallo lo justo. Pero la cuestión es estallar… y para eso me pinto sola.

Otra de las diferencias entre las bombas corrientes y molientes y las inteligentes como yo es que las primeras explotan y en cambio yo explosiono, que evidencia mayor nivel. Por último, y como se ha dicho estos días, y gracias a mi infuso dominio de todas las lenguas que en el mundo son, me planto delante de un tipo y le pregunto: “¿Es usted yemení?”… Si me responde que sí, cambio de rumbo en un periquete, me ajustan nuevas coordenadas por el GPS, y, hala, a otra cosa mariposa.

Ahora, si me dice que no, que se prepare… que le dejaré hecho papilla, desmigado como el relleno de una croqueta.

Si un día se cruzan nuestros caminos… no lo permita el cielo… no pare a saludarme. Le convendría chapurrear unas cuantas palabras en árabe para darme esquinazo. Y memorice desde ya, que el mundo es un pañuelo, algunos datos sobre Yemen en Wikipedia porque decido activarme, o no, después de someter al presunto objetivo a un extenso test cultural sobre esa nación arábiga. Bum, quiero decir… hasta pronto.   
  

lunes, 17 de septiembre de 2018

Sin ley




Lo vivido ayer en la barcelonesa Plaza de San Jaime recuerda mucho a la anécdota del Régimen franquista y su reivindicación de Gibraltar, cuando al ofrecimiento de Serrano Suñer para mandar más policías que custodiasen la embajada del Reino Unido, asediada por jóvenes manifestantes, el embajador británico respondió con resignación que se conformaba con que le mandase menos estudiantes a dar la tabarra.

Frente al boicot de los separatistas, ocupando un espacio que había sido concedido a los que defendían la enseñanza en español, la policía optó por ponerse de perfil y hacer la vista gorda, siguiendo las instrucciones del consejero del ramo. En el fondo, no se trataba de que hubiese más agentes del orden sino menos saboteadores enviados con premeditación y nocturnidad por el mismísimo jefe de la policía autonómica. Enésimo escupitajo sobre la ley que en otro país hubiese provocado la intervención de un Ejército que, como es costumbre, andará de misión internacional o por el Estrecho rescatando migrantes. Ante esto ya sólo queda la autoprotección.


miércoles, 12 de septiembre de 2018

El día de la marmota




Al final, y esto es muy grotesco, del ya conocido como día de la marmota catalana ha quedado como hecho más reseñable la pomposa declaración del ministro Borrell a un medio extranjero, afirmando que Cataluña es una nación y que a él sería feliz si los políticos presos estuviesen en la calle con la obligación de fichar en el juzgado cada cierto tiempo, como hacen los que andan por Bélgica. Volvemos una vez más, otro día de la marmota, al coñazo madrileño que busca siempre tender puentes con aquellos que sólo pretenden volarlos. Si bien las declaraciones de Borrell chirrían por lo que tienen de reproche al instructor de la causa, no podrá decirse que causen sorpresa, menos estupor, pues este ministro era el mismo que mandaba callar a los manifestantes que pedían prisión para Puigdemont el día 8 de octubre en aquella manifestación que ya sólo provoca melancolía.

Aunque quizá la boutade se deba a algo más prosaico, como es el hecho de que el pueblo de Don Josep vaya a votar si le quita una calle dedicada en su honor y el afectado quiera que sus paisanos opten por mantener el honor otorgado en su día. Y es que hay torpezas que obedecen más a la vanidad que a la estupidez. Aunque sea por una calle en Tractoria.

lunes, 10 de septiembre de 2018

Autoinculpación



Por Tolerancio


No se ha caído un cero: 30. No 300. La idea original era ésa. Pasaba por imaginarse a 300 personas, tantos como los héroes de las Termópilas, en fila india delante de la Comisaría de los Mossos sita en Travesera de Las Corts. Una larga fila, como una de esas colas que se forman en una sala de cine cuando se estrena la película del año.

Qué mejor manera de ridiculizar disposición tan abusiva como surrealista, por arbitraria y sobreactuada, que comparecer ante el cuerpo policial de uso partidista destinado a reprimir crimen tan anti-democrático y horrendo como el de retirar esos lazos de plástico con los que ensucian la vía pública nuestros activistas lazis, también llamados los lazoamarillo, como si habláramos de los arapajó, pueblo del bisonte, o de los caníbales bimin-kuskusmin de Papúa-Nueva Guinea. En definitiva, nuestros yellow ribbon.  

Pero las cosas fueron así. Quizá restó asistencia el fuerte chaparrón caído a la hora de la convocatoria. El agua jarreaba de lo lindo sobre nuestras cabezas. Ginés, uno de los más activos miembros de la Asociación por la Tolerancia, acudió a la cita protegiéndose la cocorota del aguacero con una de las bolsas de plástico amarillas, el corpus delicti, incautada en sus requisas diarias.

Lo cierto es que allí nos juntamos 30 personas dispuestas a autoinculparnos. No mandamos nuestras fuerzas, escasas pero voluntariosas, a luchar contra los elementos, y comparecimos no obstante para dar testimonio de fe en el sentido común. Sólo nos faltaba eso… después de tantos años cotizando y pagando impuestos para que nos digan ahora que retirar un lazo de mierda de una jodida farola acarrea una multa de hasta 30.000 €. Hasta aquí podíamos llegar.

Lazos de mierda, en realidad de plástico, que, según uno de los autoinculpados, voluntario en una peleona brigada de limpieza de Vilanova i la Geltrú y disfrazado con un lazo gigante que le confería el patético aspecto de un teletubby, tienen la virtud de no ofender, tras varias conversaciones telefónicas, a los responsables de la organización Greenpeace en España, tan puntillosos con la perniciosa acumulación de plásticos en los océanos y combativos a la hora de sustituir en nuestra vida cotidiana ese material por otros menos contaminantes y más fácilmente biodegradables. Está visto que a Greenpeace estos lazos no le incomodan en igual medida.

Hasta la fecha nunca una performance de la Asociación por la Tolerancia atrajo tantos medios de comunicación. Uno de los asistentes sentenció irónicamente, “hay casi tantos periodistas como personas”. Se verá si la acción pasa la criba de las redacciones y tiene el eco mediático esperado por sus promotores.

Nada tuvo de épico el acto individual, el acto en sí de la autoinculpación. Ni bofetadas, ni un foco potente cegando al detenido, ni correazos, quemazos de pitillo o descargas eléctricas. Nada de siniestras mazmorras con cepos herrumbrosos, ganchos y cadenas colgadas de la bóveda.

Un abogado de guardia, Sergio Santamaría, que fuera diputado autonómico del PP, asesoraba a los convictos. Y éstos pasaron de dos en dos a las dependencias policiales para firmar el atestado. El primero en salir, Eduardo López-Dóriga, nuestro presidente, mostró risueño a los demás la copia refrendada de la “diligencia” (qué acertada voz para semejante desatino): ya era, oficialmente, un criminal.
  
Por lo que a mí respecta, le pregunté al agente si Rita la cangurita, mi mascota de peluche, podía autoinculparse también, pero no coló. El protocolo policial no contempla esa posibilidad. Va de suyo que los objetos inanimados no son susceptibles de ser encausados. Lo que no sabe el agente en cuestión es que las pruebas inculpatorias que presenté, añadidas al expediente, son completamente falsas. La mía y la de mi cangurita. No son en realidad lazos incautados en la vía pública, pues alguno he retirado y tirado a la basura inmediatamente, sino fragmentos de un trapo de cocina tipo Vileda que dan el pego para la ocasión.

Divertido, sí… pero la verdad es que fuimos 30. Quizá si Teennyson viviera nos dedicaría una oda como a los chicos de la Brigada Ligera.    
  

miércoles, 5 de septiembre de 2018

Un coñazo




Un tal Ábalos, socialista, dice que aquellos que retiran lazos amarillos son como los gorrillas, pues hacen cosas que no les corresponden. En una línea similar, su jefe afirma que Cataluña tiene un Estatuto que no votó, de ahí que les ofrezca volver a votar para subsanar esa anomalía histórica. Como remate, la presidenta del Congreso, que sigue ahí pese al cambio de gobierno, invita al rebelde Torra a que acuda a esa cámara a explicar lo que considere oportuno sobre sus pretensiones. La lectura más elemental de todo esto, y siguiendo el orden de exposición, es la siguiente: los que retiran lazos suplen la inactividad de la policía, pero lejos de ser héroes son chusma, para Sánchez el Tribunal Constitucional es una mierda que soslaya la voluntad de los pueblos y Pastor considera que todo es defendible y que hablando se entiende la gente. Decía Michi, el más divertido de los tres hermanos Panero, que en esta vida se podía ser todo menos coñazo. Lo peor del tabarrón catalán no es que sea un coñazo, que lo es, sino que los peores coñazos de ese tabarrón están en Madrid. Qué poco nos pasa. 

lunes, 3 de septiembre de 2018

Todo igual




El regreso de las vacaciones, siempre deprimente, nos recuerda aquella vieja canción que dice que la vida sigue igual, al menos en el terreno político. Franco sigue gozando de buena salud, cosa que agradecen todos los tertulianos, mientras en Cataluña el Partido Popular sigue empeñado en ser irrelevante, de ahí que acuse a Ciudadanos de causar crispación con la guerra de lazos amarillos. Aunque para crispación la que promete el intrépido Torra con otra nueva desconexión que tiene la cumplida y contundente respuesta del joven Sánchez, un plebiscito en Cataluña sobre el autogobierno. Lo dicho, la canción de siempre: al final las obras quedan, las gentes se van, otros que vienen las continuarán, la vida sigue igual.

miércoles, 1 de agosto de 2018

La huida




Se va julio y principia agosto con el colapso del taxi, un gremio altamente peligroso cuando ve complicarse su monopolio y que ahora cuenta con el apoyo de la izquierda más radical, que en España es toda. Al respecto, y como el tema me importa muy poco, acudiré a la anécdota y sólo diré, y omitiré pequeños detalles poco edificantes, que las últimas veces que he cogido un taxi en la ciudad de Barcelona el taxista era pakistaní, incluso he visto pegatinas en algunos vehículos que certifican la existencia de una asociación catalana de taxistas de ese exótico país. Disfruten, si pueden, de las siempre merecidas vacaciones, y si la huida la impide el colapso, ya saben, agarren una alfombra voladora.

viernes, 27 de julio de 2018

Al asalto



Ha coincidido en el tiempo que Ronaldo salde sus cuentas con Hacienda-casi veinte millones de euros-y que cientos de migrantes-así se les llama ahora-salten la valla de Ceuta para no ser repatriados jamás. Un ingenuo dirá que esto no es más que un circuito económico, pues un potentado paga para que su dinero se lo lleven unos desarrapados, mientas un desencantado afirmará que estamos ante la enésima metáfora del hundimiento. Pero siempre quedará el pragmático, siempre mucho más realista, que se preguntará por qué España sigue conservando esas plazas africanas, soslayando que una retirada a tiempo siempre es una victoria. Continuará, sin duda, la derrota.

martes, 24 de julio de 2018

Postureo e imitaciones



Siempre he sostenido que existe mucho postureo en relación con el vino: tipos que se las dan de entendidos sin tener ni idea, restauradores que venden siempre la burra más cara y un despliegue mediático a todos los niveles que incita a beber vino, y mejor cuanto más caro. Por eso he disfrutado con esta noticia, la de unos aventureros que vendían por casi dos mil euros botellas de vino que en realidad costaban menos de veinte. Y los estafados paladeando el fraude una y otra vez, con deleite, porque la broma se prolongó durante bastante tiempo. Pero no hay que hacer leña del árbol caído, o estafado, pues quizá la imitación era buenísima y no era tan fácil detectar el engaño. Y es que  no debe olvidarse que siempre hay copias que superan al original, como la ya célebre empresa Desokupa, que en eficacia y eficiencia supera de largo a las lentas y torpes leyes de procedimiento. Y sin engañar a nadie. Viva el vino, que decía aquél.

miércoles, 18 de julio de 2018

Piropos



Siempre se había dicho, al menos hasta hace bien poco, que el Derecho Penal era una última ratio, o que una conducta sólo debía ser perseguida penalmente cuando no quedaba más remedio. Era el principio de intervención mínima el que debía guiar siempre el ánimo del legislador, so pena de andar constantemente odiando el delito y compadeciendo al delincuente. Algo de ello hubo en el año 2015, cuando una importante reforma del Código Penal despenalizó, salvo en supuestos relacionados con la violencia doméstica, las injurias leves, quedando al ofendido la jurisdicción civil para  la persecución de esas acciones.

Mas todo parece indicar que soplan malos vientos para despenalizaciones en general, y en particular para todo aquello que tenga algo que ver con comportamientos presuntamente machistas, presunción iuris et de iure, pues todo es machismo sin duda de clase alguna. Y así, al rebufo de un puritanismo progresista y feminista altamente tóxico, se pretende castigar penalmente el soltar piropos a las mujeres, independientemente de que éstos sean soeces y vulgares o agradables y simpáticos. Es decir, que si un hombre llama guarra a una mujer que se le intenta colar a la hora de pagar en el supermercado queda impune, mientas que puede ser castigado si a esa misma mujer la piropea con epítetos del estilo de tía buena, macizorra, no te cueles. Delirante, o hilarante.