Tito Vilanova se fue de este valle de lágrimas y su pueblo-presumimos que a través del ente municipal-le rindió homenaje con la bandera independentista a media asta. Nada que objetar a una situación, la de esa enseña estrellada, que empieza a formar parte del paisaje como los gigantes y cabezudos o los pringosos calçots; y además, a estas alturas no vamos a exigir que vaya la Guardia Civil a lugares de los que hace tiempo que marchó, y menos para incordiar en una jornada de duelo. Lo curioso es el tratamiento, con toda la calidad que los medios técnicos son capaces de ofrecer y en horario de máxima audiencia, que a la imagen brindó Televisión Española, esa que seguimos pagando todos-esencia de una fiscalidad indiscriminada-aunque no la veamos. Pero no es extraño, y no porque sea la demostración de que el PP es un partido que desconoce el poder de la información y lo recomendable de su hábil manejo, sino porque, a fin de cuentas, para lidiar con los separatistas el gomierdo de Rajoy manda al Ministro de Exteriores. Así vamos, a medio gas, cuando ya no estamos en la vuelta de reconocimiento y el duelo, no como lucha sino como dolor, será por una España vencida.
martes, 29 de abril de 2014
domingo, 27 de abril de 2014
El caminante
Para ir rápido puede ser mejor andar solo, pero para llegar lejos es mejor ir bien acompañado.
Mariano Rajoy, un hombre que lucha contra una secesión.
viernes, 25 de abril de 2014
La independencia os hará libres
Parece ser, según denuncia el PPCatalà, que la Generalitat utiliza presos para imprimir las papeletas de una eventual consulta separatista. La cosa, habida cuenta de la ironía del consejero de turno en su respuesta, tiene visos de ser cierta, pero no por ello hay que llevarse las manos a la cabeza: si la administración encarga ese trabajo a un centro de reinserción y paga lo convenido, todo correcto y, lo más importante, legal. Además, suprimida hace años la redención de penas por trabajo, de alguna forma hay que hacer más llevadera la estancia en las prisiones: odia el delito, compadece al delincuente y que pague, si es posible, el contribuyente.
Esta historia me recuerda a esa interesante película llamada Los falsificadores, un documento que relata cómo unos prisiones de un campo de concentración nazi fueron obligados a falsificar libras esterlinas para desestabilizar la economía británica durante la guerra. El dilema moral para los falsificadores forzados estaba claro: se cooperaba con los verdugos a cambio de mejores condiciones de vida en el campo, pero también se estaba ayudando a una hipotética victoria de los alemanes en la guerra. Habrá que preguntarse si esos presos, mientras fabrican papeletas falsas para una consulta fantasma, tienen algún dilema moral o, por contra, y más allá de la retribución que puedan percibir, habrán sido engatusados con la promesa de una rápida libertad en caso de independencia. En ese supuesto, además de falsificadores, serían precursores: para qué las prisiones en la Arcadia feliz que nos preparan Mas y sus gentes.
martes, 22 de abril de 2014
Muerte dulce
Regreso del descanso que impone la liturgia y, gracias a las redes sociales, descubro esta pieza de un tal Queralt, jurista de reconocido prestigio en el Ostfront, lumbrera que como otras muchas en este frenopático, tal que ese notario Burniol, sin ir más lejos, que siempre escritura en la prensa adicta, aboga por la independencia. Este Queralt nos viene a decir que el deseo de ser independientes es una especie de suicidio asistido al que los catalanes se acogen porque no tienen más remedio. Es notorio que el nacionalismo precisa de mártires sobre los que jalonar su historia pero el recurso a este tipo de muerte es tan divertido como patético.
jueves, 17 de abril de 2014
De la Pasión
Son catorce y el Maestro, ¡doce! si quitamos al Quico y a la Ortega, pero qué mas da: ¡será por dinero para una buena cena con un par de invitados de la misma cofradía! Aseguran los discípulos no cobrar por sus servicios, si bien es lógica tanta beneficencia en la divulgación de la palabra divina, porque el pago por esa misión es la gloria que otorga la transición hacia una vida mejor, eterna. Qué cruz.
martes, 15 de abril de 2014
CSI: Jesucristo
La noche del domingo suelo darme una vuelta por el Cuarto Milenio de Iker Jiménez, quizá por mi natural querencia a toda clase de conspiraciones, si bien hasta ahora no he dado con un programa sobre el 11-M: habrá que perseverar y no perder la esperanza. En su última entrega estaba Iker con el forense José Cabrera, un hombre que forma ya parte del paisaje televisivo y que se pasea por las cadenas con la misma soltura que Chicote por las cocinas. Como el calendario y las novedades editoriales mandan, en el plató yacía un cuerpo inerte, el de Cristo, sobre el que el forense practicó una autopsia con todo lujo de detalles y certificó la causa última de la muerte: fracaso cardíaco ante un shock hipoglucémico. Todo era demasiado científico, y lo fue hasta que Cabrera dio crédito, como argumento de autoridad, a los profetas. Ahí fue cuando el presentador asintió satisfecho, gozoso porque todo retomaba su camino natural, rematándose la clase magistral del doctor con la lanza de Longinos, uno de los fetiches de Jiménez. Como es de ver, una perfecta conjunción de ciencia e ilusión a la que sólo le faltó abordar la delicada cuestión de la resurrección, pero el doctor Cabrera ya se había marchado con su libro a otra parte.
domingo, 13 de abril de 2014
Una de bomberos
Cataluña es uno de esos lugares donde la realidad siempre supera a la ficción y la tragedia muta en comedia mientras todo se desploma a marchas forzadas. Así, el cuerpo autonómico de bomberos lleva tiempo en pie de guerra contra los recortes que sufre todo lo público en la región, y lo hace cogiendo la bandera que por estos pagos más se reparte y que tantos réditos y paz en las conciencias proporciona: Españya ens roba. Quizá por ello, tal y como se puede apreciar en la fotografía, esos hombres en lucha se hacen acompañar en sus protestas por el cupero Fernández Ramos, antiguo chófer de Arnaldo Otegi en sus visitas al Ostfront y vivo ejemplo del perroflauismo que ahora pisa la siempre cálida moqueta del desmadre autonómico.
La última, entre partida de cartas y dominó, de estos tipos de la manguera ha sido llamar botifler a Mas, insulto que, como es sabido, se aplica a lo peor y más españolazo de una Cataluña desencajada, atrapada en el bucle melancólico de 1714. Para dar un toque más real a la cosa, hasta montaron una fogata frente al Palacio de la Generalitat sin que la policía autonómica, en horas bajas tras su acreditado mal fario a la hora de practicar detenciones, interviniese lo más mínimo. Como se puede apreciar, todo muy literario, muy de Ray Bradbury en Fahrenheit 451.
jueves, 10 de abril de 2014
Reflexiones tras el parto
Una vez culminado el parto de la burra, pueden hacerse varias reflexiones a cuenta del feliz acontecimiento que demostrarán que nos hallamos, pese a la opinión de los paniguados del Régimen, ante el pistoletazo de salida en una carrera que ya ha completado la vuelta de reconocimiento. Así, como una muestra de lo sencillo que resultó todo, la invocación de Rajoy a la legalidad, pura retórica marca de la casa, pudo ser captada claramente por la señora Rovira, un personaje que se mueve a caballo entre la dislexia y las carencias de tres décadas de inmersión lingüística. Y no es baladí en este caso mencionar ese atropello que se perpetra en las escuelas desde la más tierna infancia, porque su mantenimiento, pese a las resoluciones judiciales que la condenan, es el vivo ejemplo de que el gallego no cree en el imperio de la ley, muleta que sólo le sirve para intentar engañar a un toro que ya no tiene muchos pases.
En cuanto al debate en sí mismo, un pestiño que levantó una expectación que no era acorde con el escaso nivel de todos los que participaron y las ideas, valga la expresión, que allí se iban a batir: la letra pura y dura, simple, de una Constitución agotada frente a la presunta voluntad de un pueblo cuyo líder prefirió mandar tres subalternos a tener que pasar por un trámite tan engorroso como inútil. Ahí estaba, para certificar lo vacuo de la ceremonia, un Rajoy hablando por teléfono mientras a él se dirigía un viejo comunista y unos diputados saliendo en estampida cuando el Real Madrid se puso a pelear contra su historia maldita por tierras alemanas, esta vez sin épica de clase alguna, aunque para épica, alemana quisieran ellos, la que traían los Herrera, Turull y Rovira, con un discurso que era una mala copia del triunfo de la voluntad de Leni Riefenstahl.
Y ahora...qué, se preguntarán muchos. Pues un amplio abanico de posibilidades en un Régimen a la deriva: consulta ilegal, declaración unilateral de independencia, concierto económico a la vasco-navarra, el espíritu de la Fonteta....Ya lo dice Rajoy, y en ello anda el Príncipe de Gerona como puta por rastrojo, que habrá que buscar una solución que contente a todos. Aunque eso, visto el aspecto que ofrece la criatura y el medio para su normal desarrollo, resultará complicado.
Y ahora...qué, se preguntarán muchos. Pues un amplio abanico de posibilidades en un Régimen a la deriva: consulta ilegal, declaración unilateral de independencia, concierto económico a la vasco-navarra, el espíritu de la Fonteta....Ya lo dice Rajoy, y en ello anda el Príncipe de Gerona como puta por rastrojo, que habrá que buscar una solución que contente a todos. Aunque eso, visto el aspecto que ofrece la criatura y el medio para su normal desarrollo, resultará complicado.
martes, 8 de abril de 2014
De la (presunta) injuria
Parece ser que se ha liado parda porque un tertuliano ha llamado gorda a Ada Colau. No creo que merezca mucho la pena entrar a valorar la mayor o menor justeza del calificativo, pues estamos ante una apreciación subjetiva que debe ser respetada, al margen de que, vistas las imágenes del encontronazo, es más que dudoso que el lanzamiento de la expresión tuviese un ánimo injurioso, más bien era una simple crítica al activismo social y político de Doña Ada, una señora que tiene toda la pinta de aquella izquierda exquisita que tan certeramente retrató Tom Wolfe. En cualquier caso, en esto de calificar por el aspecto físico es mejor pecar por defecto que por exceso: ahí está como ejemplo el siempre prudente Rajoy, que para pronunciarse sobre la suelta de Bolinaga dijo que él lo veía muy flaco.
Lo cierto es que la cadena televisiva, como no podía ser de otra manera en el imperio Roures, se ha disculpado públicamente, amén de echar al tertuliano al estilo Mejuto González: penalty y expulsión. Éste es, ni más ni menos, el país que nos ha tocado en suerte, un sitio donde una señora en plan Pasionaria lidera una plataforma de afectados por la hipoteca mientras ella vive de alquiler, por no hablar del pleonasmo que supone el sintagma afectados por la hipoteca, ¡cómo no va a afectar una carga que se lleva treinta o cuarenta años y a la que el gobierno pretende quitar su desgravación fiscal!
Una de las últimas gansadas que pretendía perpetrar aquel Ministerio de Igualdad de Zapatero era tipificar como delito el uso de expresiones como gorda, enano, fea o maricón. No fue posible por falta de tiempo, pero sigue existiendo para tamañas ofensas, amén de un sencillo juicio de faltas por injuria o vejación, el siempre implacable castigo de la corrección política en la opinión pública y publicada. Aunque para insultar y quedar impune, ya lo sabemos, nada como usar el término más adecuado y con mejor aceptación social: fascista.
domingo, 6 de abril de 2014
jueves, 3 de abril de 2014
Parcelar la justicia
Aunque parezca mentira el Fiscal General del Estado, cinéfilo a jornada completa, ha hablado, y lo ha hecho para decir que espera que la juez Alaya entre en razón y mande la causa de los ERE, o parte de ella, al Tribunal Supremo, habida cuenta de los aforados que bailan en ese expediente y que arden en deseos de ofrecer su versión de los hechos. Según Torres-Dulce, ha llegado el momento de que se parcele la causa para que la investigación sea más eficaz. Para hacer la gracia completa, y conocida la enorme agilidad del Supremo para tramitar las causas si en ellas aparecen cargos públicos, a nuestro hombre le ha faltado añadir que así esa investigación también sería más rápida, y aquí paz y después gloria.
Uno lee cosas de este calado y se acuerda de la anécdota protagonizada por Samuel Hoare, embajador de Gran Bretaña, y Serrano Suñer en 1942, cuando los falangistas se apostaban frente a la embajada británica y tiraban piedras al grito de Gibaltrar español. El diplomático denunció los hechos y Serrano le dijo si quería que le mandase más policías: no, quiero que me mande menos manifestantes, exigió Hoare. A Torres-Dulce, hombre tan melifluo como morigerado, habría que decirle que se deje de retórica y provocaciones, que el público no entiende mucho de vericuetos legales y que, vista la parcelación de la justicia en bloques políticos, ya sólo espera que la juez Alaya no acabe en prisión
martes, 1 de abril de 2014
El elefante y su memoria
Para la periodista Pilar Urbano, Suárez siempre tuvo claro que el alma del 23-F era el Rey. No sé si esta revelación levantará ampollas o quedará sumergida, como es costumbre patria con las historias incómodas, en el más atronador de los silencios. En cualquier caso, la afirmación casa mucho y bien con lo que manifestaba Tejero la mañana del día 24 de febrero de 1981 antes de entregar sus escasas armas a la legalidad vigente: . quiero que alguien me explique qué coño ha pasado aquí.
Son ya unos cuantos estudiosos del tema-periodistas, militares, historiadores-los que han dejado escrito que aquella opereta tuvo mucho de autogolpe, y que el papel jugado por el Rey no fue, ni mucho menos, el del salvador de la democracia que se nos ha vendido. Recordemos, por ejemplo, que la tarde del asalto, hacia las ocho, el propio monarca daba paz y sosiego a un asustado Jordi Pujol con el célebre tranquil, Jordi, tranquil. Todo estaba controlado, o casi todo si exceptuamos al montaraz Tejero, que había cumplido las órdenes y esperaba la llegada de la autoridad competente; militar, por supuesto.
Si damos credibilidad a la revelación de Urbano, podemos afirmar que el zarandeo a Gutiérrez Mellado era una metáfora de la traición que Suárez sufría en ese momento por parte del hombre que lo puso a pilotar la Transición, un tipo que salió a dar la cara por televisión ya de madrugada y sobre el que pesa una incógnita todavía no despejada: ¿llevaba puesto Su Majestad en aquellos instantes dramáticos, y mientras se dirigía a la nación con gesto serio, el pantalón del pijama? Quizá, para saberlo, debamos esperar a que se abran los archivos de la desmemoria.
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