Cómo no voy a querer a los vascos si tengo un hijo con el 25% como
mínimo de su genética vasca. Esta boutade fue lanzada por Núñez Feijóo en
uno de esos encuentros con la militancia para promocionar su reciente ascenso, y por aclamación, a la jefatura
del Partido Popular. Le faltó añadir qué tipo de RH atesora el vástago, pero la
intención es lo que vale para aquéllos que son los destinatarios del mensaje,
es decir, los nacionalistas vascos del PNV, que ya sueñan, fieles a su
condición de recogenueces, con esa gran coalición que vende el gallego para perpetuar el régimen que con tanto esfuerzo nos dimos los españoles.
No merece la pena entrar en
consideraciones sobre la pureza de sangre, cuestión delicada en tiempos de corrección política, pero puestos a hablar de genética sí
podemos afirmar que existe una genética indiscutible, y además es puramente gallega, en el Partido
Popular: desde Fraga hasta Feijóo pasando por Rajoy hay en ese partido una
querencia por darse tiros en el pie soltando las mayores chorradas, generalmente para agradar al adversario. Nada igual
se veía desde que Aznar-castellano viejo con ascendencia euskalduna-dijo que hablaba
catalán en la intimidad. No tienen remedio, está en sus genes.