La fiesta del trabajo

La socialdemocracia era esto.

Virtuosismo

Avi, ja tenim cabra.

De esta forma, poco a poco y con mucho esfuerzo, se va construyendo una nación virtual: bien sea con dinero, caso de las consultas soberanistas, bien con imaginación, como la bucólica resurrección de animales que parecían irremediablemente perdidos, antes el burro y ahora la cabra, pero siempre con la insobornable voluntad de dejar el altar nacionalista tan atestado como esas tiendas de chinos que no cierran jamás. Lejos quedan aquellos tiempos en los que un estómago agradecido como Vázquez Montalbán se aferraba al FC Barcelona como ejército desarmado simbólico de una Cataluña siempre oprimida. Así, con un negocio-de eso se trata-tan diversificado, ya no se precisan intelectuales orgánicos que a golpe de columna periodística marquen el rumbo al rebaño.

Irresponsables

Vencida la Semana Santa, toca la pregunta con respuesta implícita: ¿y Troitiño qué, otra vez campeón de Europa? Parece que se confirman todas las sospechas y el terrorista anda camino de Venezuela. Esto lo sabemos por esos espías tan raros que se dedican a vigilar a un tipo que está libre, tarea que el propio jefe de la cosa-el del Sitel-considera que no es lícita. Troitiño estaba tan rica y tranquilamente en su celda cuando recibió la visita de un funcionario que le daba la blanca. Y aunque el reo barruntaba que no podía ser, prefirió no preguntar y sí meter sus pertenencias en un par de bolsas, echarse un pitillo-ahí sí se fuma-y pedir un taxi, medio de transporte que a buen seguro le recordaría sus años mozos, cuando secuestraba taxistas para cometer un atentado. Lo demás estaba cantado: saludos a la familia, unos vinos con los amigos y a correr, que con algo de suerte me encuentro por ahí con De Juana y hablamos de Madrid. Resulta inútil, y también poco estético, activar ahora mecanismos correctores para volver a poner las cosas en su sitio cuando lo más sensato es aplicar una sencilla justicia retributiva: que los años que queden por purgar al terrorista, parece que seis, los cumplan los ropones incompetentes que acordaron su libertad. Tampoco es mucho, salen a un par de años por cabeza. Por tontos.

Patria

Cuando se escapaba de vacaciones o de puente podía olvidar casi todo durante unos días, los suficientes para plantarse en su pueblo, esa patria chica de la que nunca logró despegarse, porque no quería ni tampoco podía. Llegar a la casa en invierno y encender la chimenea eran actos tan consecutivos como automáticos, tan sentimentales y rutinarios como en verano llenar el botijo con agua del pozo y echar el primer trago del día. Esos pequeños gestos, aparentemente tan sencillos, eran los que afloraban cuando emergía la nostalgia y no podía estar allí, los que herían cuando se quedaban en el recuerdo y vagaban como un fantasma; eran los mismos que, al cumplimentar cualquier formulario y observar la casilla referente a la nacionalidad, le hacían sonreír y recordar la última y didáctica observación que le hizo, partida de tute de por medio, el cura que le bautizó: patria es aquello que guarda los afectos.

Enigmas

En Atocha nos mataron con teléfonos móviles vía satélite conectados con ideas de la Edad Media.

Gracias, Pilar, por resolver el enigma. Falta añadir que el explosivo utilizado fue Goma 2 ECO.

Acuso

A su autor ya metieron mano por colaboracionista; ahora, más de setenta años después de su publicación, toca la acusación de racista. Pobre, puta y vieja Europa.

Ira

Corren malos tiempos para el madridismo, momentos dominados por una ira que se dirige contra un maleducado que suelta un pepinazo con toda la intención de humillar a la grada. Lejos duermen ya aquellas épocas en las que la sensación de estafa por la entrada religiosamente pagada y no recompensada se vestía con un flamear de pañuelos blancos, una moción de censura que se traducía en el cese fulminante de un entrenador, incluso de un presidente. La mediocridad del técnico mejor pagado ha terminado por devorar a la otrora afición más exigente del mundo, por lo que un miserable empate que garantiza la segunda plaza de una tediosa liga tiene el aroma de una gloriosa y épica victoria, y ¡jugando con diez!, como afirman los defensores de este sainete. Quedan tres asaltos, y cuánto aburrimiento.

Ordenanzas

Alberto-Alex-Ruiz Gallardón, el centro sin mendigos.

Aniversario

La guerra está perdida; pero si por milagro la ganáramos, en el primer barco que saliera de España tendríamos que salir los republicanos, si nos dejaban.

Manuel Azaña.

Empapelado

Ante la orden tajante-calienta, que vas a salir-del magistrado instructor y lo bien que se está en un exilio dorado donde todos son tan progresistas como él, laméntase Baltasar de la celeridad del procedimiento en su contra. No sorprende tamaño desprecio por lo que sin duda ha de ser una de las virtudes-la rapidez-de la justicia en alguien que durante años acunó y durmió al Faisán en un cajón de su despacho. También llora el ropón más mediático por sufrir vulneración de derechos y garantías procesales, sin que conste en la causa ni un solo pinchazo ilegal de su teléfono, o el de su parienta. Aunque para llantos y pataletas los que a modo de coz lanzan los columnistas de Pravda, quienes sin olvidar otra de las causas pendientes de su hombre, la del franquismo y la memoria, acuden al origen de la discordia y afirman entre otras lindezas que Garzón será juzgado ¡antes que los corruptos de Gürtel!, que todavía hay clases, oiga. Incluso van más allá de las simples maledicencias y meten presión barruntando que la anulación de las escuchas ordenadas por Garzón convertirá-teoría del árbol envenenado y sus frutos nocivos-el juicio a la trama de corrupción pepera en algo vacío, o casi, de contenido. En cualquier caso, y siendo largas y numerosas las batallas por librar, habrá que exigir a los defensores y epígonos de Baltasar que no se amontonen y, como Querido Emilio, sean discretos.

Foxá antológico

Melancolía de desaparecer

Y pensar que, después que yo me muera,

aún surgirán mañanas luminosas;

que, bajo un cielo azul, la primavera,

indiferente a mi mansión postrera,

encarnará en la seda de las rosas.

Y pensar que desnuda, azul, lasciva,

sobre mis huesos danzará la vida,
y que habrá nuevos cielos de escarlata

bañados por la luz del sol poniente,

y noches llenas de aquella luz de plata

que inundaron mi vieja sementera

cuando aun cantaba Dios bajo mi frente.

Y pensar que no puedo, en mi egoismo,

llevarme al sol ni al cielo en mi mortaja;

que he de marchar yo solo hacia el abismo,

y que la Luna brillará lo mismo

y que ya no la veré desde mi caja

Promoción Gabilondo

Chico/a, defiende tus derechos: no a la segregación en las aulas.

El negociador

Lamento que mis compañeros de Sala no lo hayan visto así y no hayan hecho el esfuerzo deslindar lo político de lo jurídico o no hayan sabido hacerlo.

Magistrado José Ricardo de Prada, el negociador tapado, u otra forma de interpretar la ley.

Bien sabíamos, como una larga tradición, que los ropones eran malos y vagos, manifiestamente incompetentes y bastante retorcidos. Ahora, cuando a la crisis galopante se une la huida del iluminado para atender a las góticas, aparece un togado y pare un voto particular que es un canto a la negociación, una arenga que ya quisiera Otegui en Anoeta. Que del Faisán salga una pizca de justicia será un milagro, pero cómo y cuánto nos vamos a reír.

Dilema

¿Qué hacemos con él?

Lo habitual: al Consejo de Estado

Vocación de servicio

En Francia ha causado un cierto revuelo el descubrimiento de que una candidata del Frente Nacional llevaba una doble vida: estudiante de día, prostituta de noche. Bien está esa polivalencia. Nos habíamos acostumbrado a que fueran siempre los vástagos de estas profesionales los que acaparasen cargos políticos con toda naturalidad, sin complejos ni estigmas, como una demostración progresista de que los hijos no deben pagar las culpas de los progenitores. Que ahora sean las madres las que se apunten a la otra faceta del servicio público, aunque sea a tiempo parcial, no deja de ser de justicia. O de cuota.

Mutante

De alférez de milicias en el ejército franquista a rabioso propagandista de la independencia, pasando, cómo olvidarlo, por español del año 1.984 para el ansoniano ABC. Así es nuestro fenicio favorito: moldeable a las circunstancias, al menos en apariencia, inasequible al desaliento y terriblemente pesado. Ahora, muerto de aburrimiento y con una audiencia tan fiel como anormal, recorre los focos-siempre infecciosos-de la cultura catatònica con un mantra estilo Mourinho contra árbitros y calendario y una gastada y sucia libreta en la que sólo cabe la disyuntiva más romántica, independencia o muerte. Que a un tipo de este jaez se le haya otorgado el atributo del seny, la condición de estadista y otras titulaciones de carácter honorífico que estúpidamente reparte la derecha, o el centro sociológico, nos ofrece una idea bastante aproximada de la desigualdad de armas imperante en una lucha que se perdió hace ya mucho tiempo.