Empezamos el nuevo año igual que terminamos el anterior, con concentraciones en Ferraz contra el camarada
Sánchez. En esta ocasión hizo acto de presencia una piñata con la figura del
presidente del gobierno, eso dice el atestado policial levantado al efecto, y
que fue golpeada con saña por alguno de los allí reunidos. Como todo atestado
tiene consecuencias, la policía ha citado a declarar como investigado al
convocante del acto, presumimos que como presunto autor de un delito de odio.
No procedió la autoridad de la misma manera cuando similares protestas tuvieron
como objetos agredidos unas réplicas de Díaz Ayuso o el rey, por citar sólo un
par de ejemplos.
Mucho tiene que ver este delito
de odio con el llamado derecho penal de autor, doctrina que tiene en cuenta los
antecedentes y la conducta del individuo anteriores al hecho presuntamente
delictivo, algo que no casa nada bien con la presunción de inocencia. Pero eso
a la policía, que está al servicio de un antiguo juez, le da lo mismo y actúa
de oficio, por lo que cita a declarar al convocante sin saber si atizó a la piñata. Por su parte el PSOE, enarbolando como inquisidor de antaño la
prueba diabólica, exige que Feijoy condene el acto y dé explicaciones de algo
que nada tiene que ver con él ni con su partido. Pleitos tengas y los ganes y
por si acaso mejor no declares.