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miércoles, 28 de noviembre de 2018

Otro Fernández




Hay personajes que son entrañables, y si no existiesen habría que inventarlos. Si el PPCatalà estaba mal, muy mal con Albiol, ahora no está mucho mejor con el nuevo líder de la cosa en Cataluña, el amigo Alejandro, cómo no, Fernández, que es apellido que garantiza carrera en la franquicia catalana.  Lo último ha sido esta perla dejada en Twitter para desprestigiar a VOX, el enemigo a batir, al menos de manera inminente en Andalucía, como si Moreno Bonilla no se bastase y sobrase para cualquier hazaña que se le exija:

Del mismo modo que se critica y con razón que el separatismo se presente a las Generales si no creen en España, sorprende también que se presente a unas autonómicas quién no cree en las autonomías. Será también su nómina autonómica un despilfarro inasumible?

A simple vista puede llamar la atención el curioso concepto de la democracia que tiene Fernández, pero en el fondo es más de lo mismo, una exaltación del Estado de Partidos al que Fernández todo debe y del que para nada reniega. Nadie ose participar en unos comicios si algo pretende cambiar, que nunca se alteren las reglas, que nada mute, fuera heterodoxos. Fernández, guardián de las esencias, se estrenó en el cargo haciéndose perdonar y diciendo que tenía muchos amigos independentistas. Sólo él sabrá si eso es cierto o es una pose, pero queda claro que amigos de VOX o de cualquier clase de derecha no tiene ni uno. Pobre Fernández, de los Fernández de toda la vida.

lunes, 26 de noviembre de 2018

El pueblo infalible




Ayer se conmemoraba el día internacional contra la violencia de género y ocurrió lo tristemente previsible, que un tipo matase a su ex pareja a modo de macabra celebración. No deja de ser curioso que haya más víctimas de este tipo de violencia desde que años ha se aprobó la célebre ley, lo que evidencia que estos crímenes tienen más que ver con la extrema violencia de la sociedad actual que con el clásico machismo patrio: más muertos por esta causa hay en Suecia, paradigma de sociedad avanzada, que en España. 

De todas formas, y en lo que al foro se refiere, más impactante fue una concentración de días atrás contra lo que algunos definen como justicia patriarcal, exigiendo que los jueces se aparten de normas y pruebas para impartir justicia en estos asuntos. Que la justicia que emana del pueblo sea administrada por el pueblo, directamente y sin intermediarios. ¿Y quién es ese pueblo? Pues la gente, ¿y qué gente? Pues tipos como el batasuno alcalde Pamplona, que ahí estaba dando la brasa con la Manada y los jueces que juzgaron a la tropa sevillana, ignorando que esa sentencia, condenatoria, todavía no es firme. Aunque bien mirado, ¿para qué quiere el pueblo, esa gente, los recursos? Quia: el pueblo infalible nunca se equivoca, luego no se precisan remedios procesales.

miércoles, 21 de noviembre de 2018

Cornudo y apaleado




Hay una pieza judicial que no me resisto a comentar por lo que tiene de increíble y de injusta, no ya por lo que supone de ataque al Derecho sino al sentido común más elemental. El Tribunal Supremo tumba una sentencia de una Audiencia Provincial y falla que no hay daño moral en el hecho de que una mujer oculte a su exmarido que no es el padre de su hijo. Si bien lo más grave es que tampoco considera que haya daños materiales, o mejor económicos, que siempre son más fáciles de evaluar.

El engañado lo fue por partida doble: no sólo le fue ocultado que no era el padre sino que una vez divorciado tuvo que pagar pensiones de alimentos ignorando la cruda realidad. Así hasta que se descubre el pastel y el hombre acude a la justicia buscando que ese atropello se corrija, tanto en lo moral como en lo material, que al menos se le devuelva el dinero que nunca debió pagar a un hijo que no era suyo.

Pero el Supremo dice que nones, que ni daños de una clase ni de otra. Soslayando los argumentos que ofrece para negar la indemnización por el daño moral, que son ridículos, más llamativo resulta desestimar la pretensión de devolución de los alimentos injustamente recibidos por el hijo fruto de la infidelidad. Es decir, se echa abajo la teoría más básica del Derecho Civil, la que dice que lo nulo no ha existido nunca, lo que de aplicarse, como siempre ha sido, daría derecho a recuperar lo indebidamente pagado, qué menos en una paternidad que nunca fue tal.

Dentro del estupor general aflora una cuestión: ¿se hubiese dictaminado lo mismo si el perjudicado hubiese sido la mujer y no el hombre? Con sentencias así tampoco es necesario que haya cuota femenina en la justicia. Siempre habrá ropones, hombres o mujeres da lo mismo, que apaleen al cornudo. Y con saña.

lunes, 19 de noviembre de 2018

Las derechas




Arranca la campaña andaluza y el doctor Sánchez se presenta en la tierra del paro diciendo que hay que movilizar el voto progresista, que no de progreso, para frenar a las derechas. Las derechas, he ahí el hallazgo, el sintagma, el mismo que se invocaba en la turbulenta II República para ir preparando el exterminio de todos aquellos que no eran del Frente Popular. Y como nada es casual y todo se va repitiendo, sin prisa pero sin pausa, un exterminio era lo que exigía la turba que el otro día intentó reventar un acto de VOX-la única derecha-en Murcia, al grito de “os liquidaremos como en Paracuellos”, matanza de la que en estas fechas se conmemora el aniversario. El Consenso era esto, ir a por las derechas.

jueves, 15 de noviembre de 2018

El horno final




La Generalidad valenciana, que es incluso peor que la catalana, había decidido prohibir la incineración de obesos mórbidos, y todo para no contaminar más de lo razonable. Una vez muertos, se entiende. Pero ha sido visto y no visto: tras un cierto clamor en contra, con mucho ruido mediático producto de la mala imagen de los hornos crematorios, la autoridad ha reculado y guarda el decreto para mejor ocasión, porque uno barrunta que este amago ecológico tendrá continuidad más adelante, y si no al tiempo. Ya amainará.

Dicen que la muerte iguala a todo el mundo, pero no lo considera así un gobierno curiosamente de izquierdas. Hace años se puso de moda la incineración, quizá para hacer la pascua a la religión, pues parecía que el fuego era menos sagrado que la tierra y sus gusanos, pero no tardaron en llegar las restricciones, en especial, según me cuentan, en lo referente a echar cenizas al mar, que alguno ya ha sido multado por la autoridad competente, marítima por supuesto. Y es que los muertos, como la basura, tienen mala transición hacia la nada, qué hacer con ellos pese a que ya no dan ruido. Y  mucho peor si la urna con las cenizas pesa un quintal.

Si no ahora, será más adelante cuando los gordos paguen el exceso normativo del progresismo y los ataques indiscriminados del ecologismo, dos lacras que siempre van de la mano y a las que nadie echa el guante. Señalados en vida y también en la muerte, para estos enfermos no hay discriminación positiva que valga, si bien siempre podrán planificar el rito con la suficiente antelación para que el óbito les coja en un taifa menos restrictivo en esto de hornear. Y si no, que acudan, ellos o sus deudos, al Tribunal Constitucional, que en cosas más livianas ha metido las narices hasta quemarse el máximo intérprete de la cosa igualitaria.

lunes, 12 de noviembre de 2018

El badulaque




Tras el susto del francotirador que iba a por el doctor Sánchez, vuelve la normalidad, que siempre es obscena cuando se trata de la política nacional, y lo hace de la mano de los pactos de la justicia. PP y PSOE, que habían roto relaciones hace cuatro días por un quítame allá esas pajas, han firmado la paz para proceder al habitual reparto de poder en el Consejo General del Poder Judicial. Un conservador al frente de un Consejo más progresista, con cambios importantes en la sala que juzgará a los golpistas catalanes, cada vez más sediciosos y menos rebeldes. Ciudadanos no rasca bola y se queja de la imagen que ofrece la justicia, un supermercado según Rivera, si bien más parece un badulaque por lo que tiene de rancio. ¿Y Podemos?, pues en su línea, exigiendo una mujer al frente de tan poco aseado órgano. Un bombero, Echeminga, que sea un bombero. O un torero. Por pedir.

viernes, 9 de noviembre de 2018

La conspiración de Terrassa




Se ha sabido con notable retraso que la policía autonómica catalana ha detenido a un hombre, presunto ultraderechista, que anunciaba en redes sociales su intención de acabar con la vida de Pedro Sánchez, y todo por el ansia del Presidente por exhumar a Franco. Una de las bazas de los investigadores, avalada por el juez que lo ha mandado a prisión provisional sin fianza, es que era un gran tirador, contando con permiso de armas y un buen arsenal en su casa. Alarma social en grado superlativo.

Nada igual se veía desde que Lee Harvey Oswald iba dejando un reguero de pistas como paso a previo a ser fulminado a su debido momento. Pero por lo que se va sabiendo, y aquí principia lo extraño del caso, nuestro magnicida frustrado es otro que, como el ex marine, deja mucho que desear dando en el blanco. ¿Veremos algún día el arsenal incautado? ¿Tendremos una especie de Comisión Warren? ¿Sabía el hombre manejarse con el WhatsApp o fue usurpada su personalidad por un tercero infiltrado? ¿Era en verdad un franquista o siempre votó al PSOE? Interrogantes que flotan en el ambiente y que necesitan respuestas. Al menos, nuestro Oswald parece que sigue vivo en prisión contando sus hazañas a presos y funcionarios, disfrutando de los cinco minutos de gloria a los que tiene derecho. Algo hemos ganado.

miércoles, 7 de noviembre de 2018

Habló el VAR




Habló el VAR. Tras reñida votación, la liturgia del foro así lo demandaba, se ha decidido que todo siga como estaba, y que el prestatario de una hipoteca siga pechando con los gastos de un impuesto absurdo y nada progresivo. Clama el pueblo airado, ¡la Banca siempre gana!, cuando en realidad la que gana es la insaciable administración en su variante autonómica, que quizá sea la peor de todas, recaudando una mordida nada desdeñable que financia la gran hipoteca de los españoles, el Estado de Partidos y sus tentáculos.

Mientras el gobierno, que puede tomar la iniciativa legislativa para fulminar el impuesto, mira al tendido encabronado, el socio populista llama a rodear la sede del Tribunal Supremo: curiosa contradicción la de este neocomunismo de funcionarios que anima a la gente a adquirir propiedades hipotecándose hasta las cejas para luego, llegado el día soñado de la revolución triunfante, traicionarlos con el ¡exprópiese! chavista. ¿Y la oposición? Pues que respeta las decisiones judiciales, qué menos para su ingenio. Aunque para ingenio gracioso el de un diputado del PP, de ésos a los que el Congreso lleva toda la vida pagándole los préstamos, que habla de consumidores de hipotecas. Estupefaciente, sin duda.

lunes, 5 de noviembre de 2018

Melancolía en tierra de vándalos




Lo de ayer en Alsasua, salvado el heroísmo de los que fueron a recibir escupitajos, tiene un insoportable aire de melancolía cuya mejor expresión era la presencia entre los saboteadores del célebre etarra Zabarte, el carnicero de Mondragón, clamorosa demostración de que los etarras no necesitan reinsertarse, se mimetizan con el paisaje, pasan desapercibidos a no ser que haya un acto que les recuerde que siguen siendo españoles, los que más, como decía Bergamín.

Pero España ni está ni se le espera en esos rincones antaño tradicionalistas y que hoy, bajo el amparo de una disposición transitoria de la constitución que nadie ha querido derogar, se preparan para ser gozosamente anexionados por los compadres de  aquellas carlistadas, siendo Zabarte el carnicero una avanzadilla que no precisará ser militar para triunfar. Llegado ese día, nadie podrá alegar que no fue avisado con la suficiente antelación, por eso los valientes que ayer paseaban por el pueblo con banderas españolas y navarras para abandonarlo después con fuerte escolta eran la metáfora perfecta de una España melancólica, la que ya no existe, la que fue sepultada bajo una losa de transiciones y transitorias.