Hay personajes que son
entrañables, y si no existiesen habría que inventarlos. Si el PPCatalà estaba
mal, muy mal con Albiol, ahora no está mucho mejor con el nuevo líder de la
cosa en Cataluña, el amigo Alejandro, cómo no, Fernández, que es apellido que garantiza
carrera en la franquicia catalana. Lo último
ha sido esta perla dejada en Twitter para desprestigiar a VOX, el enemigo a
batir, al menos de manera inminente en Andalucía, como si Moreno Bonilla no se
bastase y sobrase para cualquier hazaña que se le exija:
Del mismo modo que se critica y con razón que el separatismo se
presente a las Generales si no creen en España, sorprende también que se
presente a unas autonómicas quién no cree en las autonomías. Será también su
nómina autonómica un despilfarro inasumible?
A simple vista puede llamar la
atención el curioso concepto de la democracia que tiene Fernández, pero en el
fondo es más de lo mismo, una exaltación del Estado de Partidos al que
Fernández todo debe y del que para nada reniega. Nadie ose participar en unos comicios si algo pretende
cambiar, que nunca se alteren las reglas, que nada mute, fuera heterodoxos. Fernández, guardián de
las esencias, se estrenó en el cargo haciéndose perdonar y diciendo que tenía
muchos amigos independentistas. Sólo él sabrá si eso es cierto o es una pose, pero
queda claro que amigos de VOX o de cualquier clase de derecha no tiene ni uno.
Pobre Fernández, de los Fernández de toda la vida.