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miércoles, 31 de octubre de 2018

Seguimos restando



El gobierno sigue a vueltas con los restos de Franco, su exhumación e inhumación, su gran prioridad, su razón de ser y existir por encima del golpismo catalán y las cintas de Villarejo, que aparecen como setas en este inclemente otoño. Así que en el Vaticano se ha presentado la inefable e infalible Carmen Calvo en busca de la ayuda del Sumo Pontífice, un hombre que siempre complace a cualquier peronista que a él se acerque. No obstante, no parece que en Roma estén muy dispuestos a impedir que la familia del yacente lo entierre allí donde considere más conveniente, por lo que el espinoso problema, si finalmente se exhuman esos restos y se sacan del Valle de los Caídos, entra en una vía muerta.


Pero como el ejecutivo no se aquieta y sigue con el sostenella y no enmendalla, ya amenaza con impedir que los restos lleguen a la cripta de la Almudena, de ahí que amenace con una aplicación más que retorcida, lo que ya es meritorio, de la Ley de Memoria Histórica para lograr tal fin. Existiría otra solución que tiene amparo en la propia Constitución y que sería la figura, siempre gozosa para un socialista, de la expropiación forzosa. Pero aquí topamos con un obstáculo difícil de sortear, que sería la exigencia de declarar previamente a Franco como un ente de utilidad pública o interés social, lo que implica, una vez fijado el justiprecio, un enaltecimiento de su figura por aquellos, terrible paradoja, que más lo detestan. Un enaltecimiento que es precisamente lo que trata de impedir la dichosa Ley de la Memoria. Como se aprecia, volvemos a la casilla de salida: Franco al resto. 

lunes, 29 de octubre de 2018

Ciudadano Aguilella contra el imperio del mal




Por Tolerancio

La bola entró… pero no es un lance de un partido de tenis entre John McEnroe y Jimmy Connors. Aquí la bola es una denuncia. Y la cancha, el despacho de un “caporal” (persona que guía y manda un grupo de gente) de los Mossos d’ Esquadra. Sube a la red el ciudadano Manolo Aguilella y le atiza al agente una dejada blanda, “liftada”, de ésas a las que no llega nunca el rival.

Si uno ve el tráiler de la película de reciente estreno “Superlópez”, oirá decir a uno de los personajes que “los superhéroes no son españoles, sino americanos”. Pero héroes cívicos, no queda otra, son producto local. Podríamos dar una larga lista que encabezarían, por ejemplo, Regina Otaola, Maite Pagaza o Ana Moreno, la corajuda madre de Balaguer. Manuel Aguilella entra de lleno en la categoría: uno de esos purulentos diviesos en el trasero que le ha salido al nacionalismo en el ejercicio de su cansina e hiperlatosa tiranía de ritmo sostenido y constante.

Nuestro protagonista salía del enésimo juicio promovido por su sindicato (SiPCte), relacionado con las innumerables trapisondas que perpetra la Dirección Territorial de Correos y Telégrafos contra sus trabajadores, lo mismo funcionarios a extinguir que laborales, y al sintonizar la radio asistió a uno de los brillantísimos parlamentos del refinado orador Gabriel Rufián, representante, no es una coña marinera, de la soberanía nacional. El diputado, ni corto ni perezoso (no sabemos si es más lo uno que lo otro), aireó nada más y nada menos que la comisión de un secuestro: el sufrido por dos amigos suyos llamados Jordi Cuixart y Jordi Sánchez. Con los secuestradores anduvo más impreciso y aludió a unos señores togados y a otros cómodamente aposentados en un escaño. No señaló el lugar del crimen, pero sí la fecha exacta: se cumplía un año de la horripilante tragedia.

Al momento Manuel Aguilella, en la certeza de que no cabía malentendido alguno, que un diputado jamás mentiría en sede parlamentaria sobre tan grave asunto, se personó en la Comisaría más cercana para alertar a los agentes del orden. Nuestro héroe cívico, dada su condición funcionarial, está obligado por ley a denunciar sin pérdida de tiempo todo delito del que tuviere noticia. No cabía demorar ni un solo minuto las pesquisas necesarias para liberar a los secuestrados y detener a sus pérfidos captores.  

En un primer momento, e incomprensiblemente, el agente se mostró reacio a atender la petición de Aguilella, pues el operativo policial de rescate debía activarse al punto: estaban en juego la vida de las dos víctimas y las esperanzas de sus familiares. Comprendió al fin la magnitud del caso y registró la denuncia en la que se cita como testigos y declarantes a Gabriel Rufián y a los taquígrafos del Congreso. No sabemos si esas providencias ayudarán al esclarecimiento del espantoso delito, pero nadie podrá afear jamás a Manuel Aguilella ni sus cualidades cívicas, ni su pronta reacción.

Me consta, gracias a las bien trabadas explicaciones de mi abogado (y sin embargo amigo) que, una vez aceptada la denuncia, es decir, una vez que ha pasado el filtro en dependencias policiales, aquélla ha de ser indefectiblemente trasladada a los Juzgados, so pena de incurrir el agente en el gravísimo ilícito de obstaculizar la acción de la Justicia; infracción que, de producirse, podría acarrear severísimas sanciones disciplinarias. De modo que la pelota (esa bola que entró) está ahora a la espera de una decisión judicial. Y, mientras otros contenemos el aliento… bajo la niebla y la lluvia, solitario, conduciendo su modesto turismo por esas carreteras secundarias de la red viaria, y contentando su estómago con un sencillo y frugal condumio… deambula sonriente Manuel Aguilella, con la serenidad de espíritu que confiere al hombre temeroso de Dios y de las humanas leyes el precepto sagrado del deber cumplido, listo una vez más para “desfacer” entuertos y socorrer a desvalidas doncellas en apuros… para ayudar acaso a ese invidente, o a esa dama de edad provecta, a cruzar la calle por el paso de peatones.         

jueves, 25 de octubre de 2018

Skolae erótico festiva




El programa Skolae tendrá una faceta erótico festiva para los niños de Navarra que tengan menos de seis años, pues deberán aprender juegos eróticos como forma de reconocimiento de la sexualidad infantil. Se desconoce si todo ello será en lengua vasca, pero se presume que sí, aunque el niño sea de Tudela, pues la Comunidad Foral se encamina hacia una uniformidad lingüística que no la desea ni Iñaki Anasagasti, aquél de loro viejo no aprende idiomas.

Y si el que puede lo más también puede lo menos, es fácil deducir que pasado los seis años de edad las clases darán un paso más en la siempre gozosa sexualidad, y los no ya tan tiernos infantes emprenderán empresas mayores. Una vez reconocido el cuerpo y sus apetitos, y antes de adentrarse en el meneo, se pasará al terreno de las fantasías, pero de la misma forma que del amor al odio sólo hay un paso algo similar puede ocurrir cuando los húmedos sueños se transformen en pesadillas y el chico, o incluso chica, acabe descubriendo que en realidad se está calzando a la presidenta de Navarra.

martes, 23 de octubre de 2018

El VAR




El VAR, un invento futbolístico que empieza a causar estragos, ha llegado a la maltrecha justicia, de ahí que el todopoderoso Lesmes haya dado el visto bueno a que se vuelva a examinar la ya célebre sentencia sobre quién debe pechar con el impuesto a las hipotecas. Poco dura la alegría en la casa del pobre, por eso tras conocerse el fallo, y como voceros del apocalipsis, surgieron los habituales paniaguados que medran en las redacciones y nos dijeron que eso podría suponer un encarecimiento de las nuevas hipotecas, amén de un nuevo rescate bancario a sufragar, como es tradición, por el pueblo soberano. Hasta el inefable Aznar ha hablado de populismo judicial, como si hubiese algo más impopular que la justicia. Falta por conocerse la opinión de Rajoy, registrador de la propiedad para más señas, pero ya dijo hace poco en una comida que él siempre estaba a favor de los bancos. Como Lesmes.

domingo, 21 de octubre de 2018

Otra conquista




Descubro, no sin asombro, que el personal anda alborozado porque el Congreso de los Diputados ha aprobado-exigencia de Bruselas, dicen- y por unanimidad que los discapacitados puedan votar cuando sean convocados al efecto. Alguien debería explicar a los incapacitados, y también al personal alborozado, que el voto de aquéllos valdrá lo mismo que el de los capacitados, es decir, nada. Vuelvo al profesor Rodríguez Braun, quien en su Diccionario políticamente incorrecto nos da esta definición para libertad: En realidad, no existe, así que no importa perderla. Más o menos, valga lo mismo para el voto en esta partitocracia, que da igual tener derecho a él que no tenerlo, votar o quedarse en casa. Algún tutor, que será en última instancia el que meta la papeleta en el sobre, debería explicárselo a los discapacitados. Si lo tiene a bien.

jueves, 18 de octubre de 2018

La delación




El Ayuntamiento de Madrid ha abierto un expediente en materia urbanística a Echeminga por realizar obras en su vivienda sin la preceptiva licencia. La cosa tiene su miga por varios motivos: el consistorio es podemita, la vivienda, recién alquilada, está en el muy patricio barrio de Salamanca y, quizá lo mejor,  la infracción ha sido denunciada por un vecino que demuestra poca simpatía por el recién llegado, ay, la delación, siempre tan comunista, como justicia poética. Se desconocen, todavía es pronto, qué alegaciones en su descargo formulará el genio, o ingenio, argentino, pero tal vez pensaba el hombre que dada su minusvalía estaba exento de ciertos engorros administrativos, qué menos que tamaña regalía en un Estado del bienestar como el que disfrutan algunos.

También tiene su gracia que el hombre haya instalado, sin el correspondiente permiso, cámaras de seguridad en el exterior de la vivienda, enfocando a la calle, lo que demuestra que la cabra, aunque con sus carencias, siempre tira al monte. Uno imagina al orwelliano Echeminga al calor de un brasero y controlando a todo aquel que se acerque a la finca, receloso y temeroso de que pueda llegar una repetición de la historia que provoque sacas masivas de las gentes pudientes en el Madrid más granado. Y es que la turba airada no entiende aquello de que sólo los ricos, como Echeminga, Iglesias y Carmena, pueden permitirse el lujo de ser de izquierdas.

lunes, 15 de octubre de 2018

Economía básica




Carlos Rodríguez Braun, en su Diccionario políticamente incorrecto define el salario mínimo de esta guisa: Vestido como conquista social, es uno delos principales responsables del paro de jóvenes, mujeres y trabajadores no cualificados. Me ha venido a la memoria tan certera definición cuando he visto el acuerdo alcanzado para elevar notablemente la cuantía de ese salario, amén de otras tropelías, entre las fuerzas de izquierda, que en este país siempre es extrema. A mi juicio, por mucho que se venda esa subida como una conquista social para los más desfavorecidos, y sin entrar en un análisis económico más profundo, resulta ésta insuficiente si no viene acompañada de otras medidas de mayor calado y osadía. Por ejemplo, ¿de qué sirve subir mucho el SMI si no se baja el precio de la gasolina? ¿y si tampoco baja el precio del pollo? Porque según el Diccionario indicado, el pollo era una animal inofensivo hasta que se vendió como uno de los grandes culpables de la inflación, y de ahí al paro sólo hay un paso. No se olvide que en la gasolina casi todo son impuestos y que el precio del rico pollo, ya puestos en plan bolivariano, lo puede regular el Estado.

Dicen las malas lenguas que el retorcido Echeminga ha sido uno de los muñidores de una batería de medidas entre las que no debe soslayarse una importante subida de las cotizaciones de los autónomos e impuestos en general. Pues será cierto, y dados los antecedentes, al personaje sólo le ha faltado celebrarlo con un sonoro ¡chupadme la minga, autónomos y trabajadores en general! Quede en este valle de lágrimas Echeminga como metáfora del Estado del Bienestar, una lacra que Rodríguez Braun define como Bienestar del Estado.

martes, 9 de octubre de 2018

Callejeros




Se ha puesto de moda entre el personal político posar, en solitario o en grupo, y fotografiarse caminado con aire más o menos marcial por una céntrica calle o avenida: si antes lo hizo Rajoy, y recientemente Sánchez, ambos en Nueva York, este fin de semana le ha tocado el turno a Ciudadanos. Y si bien la decadente y sucia Barcelona no es la mítica y glamurosa Gran Manzana, el posado de Rivera y sus gentes deja claro que el principal activo de la política nacional es la imagen y no el ideario. Cierto es que Villegas, por citar a uno, no seduce mucho, y menos para enfrentarse a VOX, esa bestia de ultraderecha que ya enseña los dientes, pero algo tendrá cuando los asesores del partido lo ponen ahí. Ya sólo queda el posado de Abascal en plan Gary Cooper, solo ante las vallas de Ceuta y Melilla y las lobas de las tertulias. Atentos al objetivo.

miércoles, 3 de octubre de 2018

3 de octubre




Seguimos de aniversario, pues se cumple hoy un año de aquel célebre y breve discurso del Rey que advertía  a los separatistas que su aventura no les saldría gratis. Aquella intervención dejaba con las vergüenzas al aire a un gobierno, el de la operación diálogo de Rajoy y Santamaría, que no sabía cómo seguir mareando la perdiz mientras permanecía perdido en su propio laberinto. Si recuerdo aquella tarde es porque instantes antes del discurso, y a modo de aperitivo, una alegre muchachada rojigualda recorría la calle Balmes procedente de la plaza Artós: a medida que la comitiva se acercaba al centro de Barcelona, más gente, ya de todas las edades, se sumaba a ella de manera tan espontánea como ruidosa. Aquello fue el preludio de la gran manifestación del 8 de octubre con el monarca como catalizador. Luego llegó un ridículo y fugaz 155 que nos ha dejado como estábamos, o tal vez peor. Un año después ya sólo queda otro artículo de la Constitución por aplicar al tabarrón catalán, el 116. Mientras tanto, si llega, sólo queda la melancolía, la nostalgia de una agradable tarde de otoño.

lunes, 1 de octubre de 2018

Aniversario




Un años después de aquel plebiscito que según la entonces vicepresidenta del gobierno nunca existiría bien podemos decir que todo sigue igual: el Estado no existe en Cataluña, el parlamento autonómico está cerrado y el tabarrón de la independencia sigue gozando de buena salud. Es evidente que todos los necios se han conjurado, y ahí está el intrépido Torra, como un trasunto de Ignatius Reilly, para certificarlo. Dentro de un año seguiremos igual, no hay duda. Resignación