Un estado de la Unión ha decidido
dar un giro a la política penitenciaria y propone, ya veremos si el invento
llega a buen puerto, que los reos puedan ver reducidas sus condenas si donan
ciertos órganos, o parte de ellos, que sin un hígado no se puede vivir. Lo
primero que llama la atención de la propuesta es que no es cosa de un Donald
Trump metido en campaña electoral sino de la gobernadora de ese estado, una
señora del Partido Demócrata que además se jacta de ser lesbiana. Más
progresismo es imposible en su currículum.
Siempre se ha dicho, y es
bastante cierto, que el Derecho Penal es esencialmente retributivo, que tanto
haces, tanto pagas, si bien ello se viene abajo cuando los reos son políticos
en el ejercicio de su cargo, como sucede en España con sediciosos o malversadores.
Igualmente, como plasmación a efectos prácticos de ese retribucionismo, se
alega que el preso debe devolver a la sociedad algo de aquello de lo que se ha
apropiado, sea un objeto o, en el más extremo de los casos, una vida. Y en eso
está el estado de Massachusetts, en que los convictos-no especifica nada sobre
los que están en el corredor de la muerte y si esos podrían tener una revisión
de esa pena capital-donen un órgano que no sea vital y así reducir su condena.
Pero la cuestión es delicada, y
lo es porque la ley federal prohíbe cualquier prestación o incentivo a cambio
de un órgano. Luego ese do ut des que
proponer la gobernadora deberá esperar a cambios legislativos importantes.
Aunque al paso que se circula con la eutanasia no se descarta que los reos
condenados a largas penas de prisión, por no hablar de la cadena perpetua,
acaben solicitando esa muerte más o menos dulce, y así sus órganos, si no están afectados por esas enfermedades infecciosas tan típicas de la penitenciaría, puedan recalar en el
programa nacional de trasplantes. Es cuestión, en un país con bajo índice de donación de órganos, de legislar con voluntad, y de
eso sabe la gobernadora de Massachusetts, que en su día fue fiscal general de
ese estado. Y especialista en derechos civiles. Ahí es nada.
4 comentarios:
idea luminosa... incentivar la eutanasia voluntaria entre los presos para acabar con esa lacra de la pena de muerte... en caso de necesidad, me pregunto, ¿tendrá preferencia la víctima del reo (sea cual sea el dlito) si éste dona un riñón y la víctima directa del delito necesita uno?... porque donando órganos saldará sus deudas con la sociedad pero quizá no con la persona damnificada por su delito... qué ocurrencias...
Pue sí, toda una ocurrencia; lo más sorpréndete es que la idea venga de la banda progre de los USA. Pero tampoco extraña tanto, y así cada vez más se promociona una eutanasia más y más activa en países abonados al rollo woke. Y si no, y para aligerar población, siempre habrá un virus a punto de causar estragos.
No creo que la víctima o sus deudos quieran un órgano del reo, pero cualquier cosa es posible en América.
tiene usted toda la razón... ¿se figura?... "mira, llevo un riñón del tío que descuartizó a mis padres"... se me escapó esa gansada obnubilado aún con los pezones de ione belarra... vivimos una pesadilla permanente... que paren el mundo, que yo me bajo...
Una locura. Lo peor es que la locura de hoy queda en pañales comparada con la que vendrá mañana.El hilarante El "Mundo Today" parece ya un diario serio.
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