Por Tolerancio
Bajo el balcón
Vigilia del 11 de septiembre de
2012. 23h 30’ .
Pueblo Seco, Barcelona.
Estoy mirando la tele
repanchingado en el sofá del saloncito. Un chupito de ron y un pitillo. Mi
señora se ha ido a la
cama. Vencido por la pereza hago záping distraídamente… hasta
que me sobresaltan los redobles de un tambor y el atiplado son de un
instrumento de viento que no identifico y que podría ser una suerte de dulzaina
o caramillo, qué sé yo.
Me asomo al balcón. Por la plaza Navas , rumbo al
Paralelo, desfilan durante unos minutos docenas de personas que portan
antorchas y banderas separatistas. Me pellizco las mejillas. Eso está pasando…
es más, está pasando bajo mi balcón… No es una imagen hipnagógica, propia del
sopor del duermevela donde se junta y confunde el onirismo y la realidad en un
gurruño incomprensible… no. Sucede, es real.
Y recuerdo entonces unos carteles
ricamente impresos pegados por todo el barrio anunciando una marcha nocturna de
antorchas (marxa de torxes), pues el efecto escenográfico de una marcha diurna
no sería el mismo. Los juramentados de la patria enlazan los barrios de Sants y
de Pueblo Seco y concluirán su recorrido en la plaza del Molino, ante al
emblemático cabaret.
Hay gente asomada a los balcones.
Los vecinos de enfrente, dominicanos, los mismos que me chafan todas las
siestas en fin de semana pinchando bachatas, merengues y cumbias a todo trapo,
aplauden sandungueros a los nocturnos manifestantes, pensando que se trata de
una charanga folclórica o de una agrupación de santería itinerante. Dicen para
sus adentros: están chifletas estos rostros pálidos. Fumo el pitillo apoyado en
la barandilla, en silencio. Los patriotas noctámbulos no reparan en mí.
Un escalofrío me sacude el
espinazo. Es verdad que no marchan en compacta formación, golpeando el suelo
acompasadamente con botas de caña alta, ni visten camisas pardas. No parecen las SA. Pero pienso que mejor
estarían en sus casas haciendo záping, leyendo un libro o replicando en la
intimidad de su domicilio las proezas manuales de Olvido Hormigos, mi concejala
favorita. Pero ahí los tienes, ondeando sus banderas e iluminando la noche sus
antorchas con un cierto afán purificador, como de Auto de Fe. Son uno bajo las
estrellas… bajo la estrella solitaria de su bandera.
Pretenden guiarnos de la
oscuridad de las tinieblas a la luz del paraíso en la Tierra. Pienso que,
llegado el caso, me tirarán de las orejas para seguir sus pasos y comulgar a la
fuerza con su felicísimo mesianismo y si no lo hago… ay, de mí… esa misma
antorcha podría prender una buena pira de leña amontonada bajo mis pies. Entre
esos fulanos, sospecho, está el tipo que incluirá mi nombre en una lista. Y no
le darán ni treinta monedas, pues no las valgo… y porque esas cosas hay quien
las hace por gusto y gratis.
15 comentarios:
hablando de banderas. Fin de semana en la baja Garrocha. De regreso a Barcelona paramos en Torelló para comer. Banderas separatistas en los balcones para dar y tomar. Se oye en el coche: ¡Glubs! ¡Jodeeerrrr!... tremendo... que vayan a explicarles lo del federalismo... agárrate que vienen curvas. No hay un sólo bar abierto. Déjate caer allí y te verás en otra dimensión. Territorio comanche. Comemos al fin en Vic... y quién, lo diría, en Vic respiramos con alivio.
Si el uso de esas banderas está extendido por la zona metropolitana de Barcelona, imagino sin mucho problema cómo será por la Catatònia profunda.
No sé qué es peor, si la marcha de antorchas o una sesión de bachata y merengue. Dios...
the answer my friend is blowing in the wind...the answer is the federalism…cantemos todos...lalalalalaaaaa...federalism
El caso es que la febril tropa del interior hace 150 años moría y mataba al grito de ‘por dios, por la patria y el rey’
Todo es reversible. Es un hecho.
Pero habrá de invertirse el esfuerzo bestial que en ese siglo y medio han desplegado todos los frikies locales desde Almirall y Prat de la Riba.
Para empezar, pollabobas como Rajoy deben volver a su conserjería en la diputación.
El problema de Rajoy es que piensa que una nación se dirige como un registro de la propiedad.
A no tardar y cerca de ese mismo balcón, en alguna plaza, ese mismo grupo de aguerridos combatientes contra la Historia, se reuniran para purificar ya no el aire, sino la palabra escrita.
Porque es justo y necesario que se señalen y quemen a los libros de critican al oasis, o que hacen proselitismo de una falsa historia que no concuerde con la de Arturo Plvs, o que estén escritos (el abad de monteserrat nos salve) en español.
Seguro que los dominicanos se creen son las hogueras de san juan y van a tirar algo a la misma.
Por cierto, hoy he visto una noticia de un tipo que ha denunciado a 5000 tiendas por el tema de los rotulos en español. Igualico que en europeisimas democracias como aquella de la republica democratica alemana. Bibliotecario para más señas. La nata.
Sr. Ogro, un país que permite que se multe por rotular en la lengua oficial del Estado es un país muerto.
Cuánto le entiendo, don Tolerancio.
Lo que usted ha experimentado en la Baja Garrocha se experimenta desde hace mucho en mi tierra, el País Vasco, al adentrarse en la Guipúzcoa profunda y en ciertos pueblos de Vizcaya.
Lo de agradecer entrar en Vic es lo mismo que a un itinerante por esa Guipúzcoa le puede ocurrir al entrar en Tolosa, por ejemplo.
Don Aitor, ¿y eso habrá cambiado ahora? porque en Tolosa manda Bildu.
Ay…el mercado de Tolosa.
:D
¿qué haremos con todos esos recuerdos de la infancia?
Los míos se reparten entre ambos volcanes.
La plaza del mercado de Tolosa y rebuscando chirlas en los espigones de Sitges…en fin. Crónica de una derrota a cámara lenta. Y ni siquiera nos queda el alivio de la queja sin que aparezca el espontáneo/a gilipollas de MadriT poniendo al chequista latente de modelo.
No sé qué me da más asco, si aquellos piraos o estos necios.
Lo peor, Fuga, es tener que gritar aquello de cuerpo a tierra, que vienen los nuestros.
Vic, no es broma, parece una ciudad cosmopolita al lado de Torelló. En Catatònia no cabe un paleto más.
Manda Bildu, sí, pero Tolosa no deja de tener algo de antigua capital de Guipúzcoa, y al ser una población grande, hay más de todo que en la multitud de pueblos pequeños que componen su comarca y la vecina del Goyerri.
Parafraseando pues a don Tolerancio, Tolosa es una ciudad cosmopolita al lado de esas poblaciones. Es como lo de Vic y el resto.
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