Por Tolerancio
Reyes
catalanes
Una de las
gansadas más fantásticas que hemos oído estos días turbulentos es la precisión
que hizo Artur Mas (Arturo en
Liechtenstein) sobre la jefatura del futuro Estado. Dijo que la
Cataluña independiente
del mañana no habría de ser, necesariamente, una república. Añadió que él
no pensaba acaparar protagonismo llegado el momento (se conforma, eso dice, con
guiar al pueblo exódico, cual un patriarca bíblico, hasta la Tierra Prometida ).
Por fin, si
prosperase la precisión artúrica,
tras algunos precedentes históricos, pues hubo reyes catalanes de cuna que
ciñeron la corona de Aragón, nos sacaríamos de la chistera una dinastía propia,
aborigen, y coronaríamos una regia testa para nosotros solitos, ceremonia que
oficiaría, en Montserrat o en Poblet, el cardenal arzobispo Martínez (Sistach)
luciendo una abacial sonrisa.
Por tamaño,
población y empatía a Mas y su trouppe
les seduce la idea de una Cataluña como Holanda, Dinamarca, Suecia o
Noruega, que son reinos y no repúblicas, pero también saben que, al poco de
estallar la Guerra Civil
los sans-coulottes, los milicianos en
la retaguardia, profanaron las mortajas de lo más linajudos personajes de la Cataluña medieval enterrados
en el monasterio de Ripoll, y que tan venerables osamentas acabaron zambullidas
en las aguas del río Ter. Y que sobre toda dinastía que se precie pende siempre
el damocleo contrapunto de una
afilada cuchilla.
Leemos en una
encuesta del diario El mundo que algo
más del 80% de los catalanes se inclina por una República como forma de
gobierno de proclamarse un estado soberano. Pero casi un 9% prefiere la monarquía. No
sabemos si ese 9%, uno de cada diez, pizca más o menos, piensa en una suerte de
jefatura de estado continuista, modelo
Commenwealth, que tiene a Su Graciosa
Majestad, la reina Isabel ,
como Jefa de Estado nominal en Australia y las islas Cook, pongamos por caso, y
si ese segmento de la población se daría por satisfecho con un Joan Carles I de Catalunya o, en unos
años, con un Felipe VI de España y Felip I de Catalunya, a imagen y semejanza de la fórmula carolina, Carlos I de España y V de Alemania.
Pero hay otras
soluciones. Proponemos una lista abierta de candidatos a vestir la capa de
armiño:
-El conde de Godó, grande de España, y enorme de Cataluña, por los servicios prestados
a la causa secesionista desde La Vanguardia (otrora Española).
-Joan Tardà, que gritó Mori el Borbó! (¡Muera el Borbón),
exabrupto por el que no fue procesado y que denota cierto afán por dejar el
trono vacante, quizá para ocuparlo él, por aquello de que siempre hay alguien
dispuesto a ser califa en lugar del
califa.
-Oriol Pujol, si pasa la ITV dinástica.
-Joan Laporta, cuyos brindis serían
celebrados en medio mundo y él muy ovacionado en el palco del Camp Nou (además su vida cortesana daría
que hablar a la prensa rosa).
-Ferrán Adriá, que sustituiría la corona
por un gorro de chef, infinitamente más económico, y el cetro regio por una
espumadera. Él tendría la receta apropiada para deconstruir las onerosas estructuras del estado anterior.
-Leo Messi, una vez nacionalizado, para
meterle un gol a España por toda la escuadra.
-Joel Joan, que sería un rey de cine y
muy comprometido con la causa con declaraciones
como ésta: Quien ahora no sea independentista
en el futuro será considerado un traidor.
-María Lapiedra como reina consorte,
pues sabría animar a los súbditos en momentos, como éste, de penuria económica.
-Carmen de Mairena, que ya tiene cierta experiencia
monárquica, pues no en vano la consideran Reina del Raval.
-O un duunvirato
real con Narcís Serra y Carmen Chacón, que han sido ministros
de defensa, y a la ciencia militar, tan conveniente al trono, se une el
exhaustivo conocimiento de las fuerzas enemigas, en particular, de sus puntos
débiles, que son todos.
Lo dicho: hagan
apuestas y propongan a su real candidato.
12 comentarios:
La verdad es que el nº de bufones que podrían aspirar al título tiende al infinito.
Es una pena que el "makinavaja" ya no esté. Sería el perfecto bufón para el puesto.
La Chacona también estaría a gusto en ese puesto, si es que en ese momento (si no, esperar 5 minutos) sus "principios" se lo dictan.
Ah, y si Arturo plus fundara dinastia, sería Artur Plvs Ultra I de Catatonia, con sede financiera en Suiza; naturalmente.
Al hilo de su comentario, Sr. Ogro, y en relación con esa lista del amigo Tolerancio, son muchos los que ya no están, pero hay uno de recuerdo imborrable: Pepe Rubianes.
Pepe Rubianes sería un rey magnífico y muy original, pues reinaría después de muerto, como el Cid ganaba batallas. Me gusta la idea. Podría dictar sus reales decretos a través de la Ouija.Estupenda sugerencia... ojalá se me hubiera ocurrido...
Si la opción de elevar a Artur de Liechestein a la realeza fuese posible, el Clan Pujol lo cosía a cuchilladas que ríete tú del agujereado Duncan….cómo no ver a la Martona de Lady McBeth conspirando para dejar el trono vacante y colocar a su Oriol.
Si Artur opta por la monarquía delenda est su linaje.
Mi voto sería sin dudarlo para Carmen de Mairena. Pero bueno, que se trataba de proponer....yo cambiaría el diunvirato real socialista por una sola persona : Isabel López i Chamosa.
Fuga, sobre el clan de los Pujol.
Don Aitor, la Chamosa es esa que habla como el Piraña de Verano Azul.
tienes un email
Cierto, don Reinhard, y hasta tiene un parecido físico muy razonable. Sólo le falta el bocata en la mano.
.........
Y una llamada mía en su buzón de voz de vd. ;-)
Gracias, companys, atendidos ambos.
...no te jode el putero de mierda:
El Rey reprocha a Wert sus palabras sobre "españolizar" las aulas catalanas
Dónde irá el buey que no are.
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