Por Tolerancio
El
último valle
El valle de Arán
es una delicia. Un valle precioso, abierto a Francia, y por eso si uno pasea
por sus pueblitos… -casitas de piedra, balconadas de madera, tejados de
pizarra-… y aguza el olfato, capta el aroma refrescante y sanador del
centralismo jacobino, con ese toque amargo y picantón, carbonatado, que deja en
la pituitaria una buena tanda de monarcas huevones guillotinados.
Incluso el río
Garona que nace en España, cerca de allí, recorre el valle y se larga a
Francia. Podría haber optado por ser un afluente del Ebro, pero se olió el paño
y el rebaño y no quiso saber nada de nosotros, no fuera que algún cenutrio
acabara por blindar sus aguas… una cosa tristísima y deprimente, casi como
ponerle un cinturón de castidad a nuestra idolatrada concejal yebenita, la bella Olvido, cuyos
encantos son ya patrimonio de todo un pueblo. De modo que el río Garona emprendió
su propia singladura fluvial para unir sus aguas al Dordoña y formar el
estuario de la Gironda ,
a tiro de ballesta de Burdeos, tras regar anchurosas vegas que producen caldos
de renombre internacional.
¿Y qué decir de la
olla aranesa?... un cocido montañés
que es la versión mejorada de la escudella
catalana y que el excursionista fatigado paladeará con la fruición de un
sátrapa persa.
Tras la acometida
separatista de estos últimos días, en el valle cuestionan que la nueva Cataluña
independiente respete la diversidad
interna del principado, quién
sabe si reino en adelante… (el Bajo
Llobregat no es lo mismo que el Bajo Ampurdán, para entendernos)… esa diversidad a escala española que
tanto reclaman los prohombres de la patria, en sus quermeses lacrimógenas, a los
opresores mesetarios, rascasobacos y
recoge-boñigas, tan duros de oído como de corazón. No nos comprenden… y es que de niños se tragaron todos los
episodios de Calimero, el pollito
negro con un cascarón en la azotea.
El valle quiere
preservar sus caminos y sendas de tanto ruido y tanto marmolillo y por eso nos
da la espalda con sus abruptas montañas. Es como el Último valle, al que llega una partida de mercenarios capitaneados
por Michael Caine durante las guerras de religión que devastaron Europa en el
XVII… aquella banda manicomial, cada uno de siete leches distintas, con Hansen,
Farelli y el aullador niño-soldado. Lo ponen todo patas arriba. Las viudas más
livianas del lugar consienten en desfogar a la tropa belígera y ardorosa. Una
magnífica estrategia de superviviencia. Allí se refugia Omar Sharif huyendo de
la guerra, de la hambruna y de las epidemias.
Oh, el valle de Arán… mi paraíso en la Tierra.
Te calzas unas botas y en dos zancadas te plantas en Francia.
Y, Adiós… au revoire. Nunca se sabe. Otro
aliciente más: en el estanco de Bossòst puedes comprar Gauloises negros, más cortitos y de boquilla más ancha. Pero soy
pobre y no me da para comprar una casita, una cosa sencilla, nada de lujos. Se
admiten ayudas económicas.
9 comentarios:
Los del Valle de Aran tengo entendido tambien son independentistas ,incluso contra los propios independentistas catalanes.
Quiero decir, que si esto es así, me da que el citado GAulle no iba a tener muchas contemplaciones con la neoarcadia araniana.
… y aguza el olfato, capta el aroma refrescante y sanador del centralismo jacobino, con ese toque amargo y picantón, carbonatado, que deja en la pituitaria una buena tanda de monarcas huevones guillotinados.
Jeje, ya lo dice Pérez Reverte, que aquí faltó guillotina.
Sr. Ogro, en efecto, el Valle es peculiar y no hace seguidismo del nacionalismo imperante en Catatònia.
Yo el estado de shock que veo ahora mismo en la Nación de los 56.000 Prodigios es este :
El demá es nostre
Incluídos el viejillo de las gafas, paradigma del pasotismo mayoritario no nacionalista, y los dos tíos del final que se dan el piro después de decir "¿ Y pensábais que les podíais parar los pies ?".
Y ya sabemos lo que vino después. Heil.
Hacia eso vamos en Catatònia, Don Aitor. Creo que el domingo, junto a las putas y travelos, hay un ensayo general, un aperitivo.
Mi duda es, si viendo el ejemplo de Arán, habrá muchos más independentistas de independentistas en el seno de Cataluña. ¿Se separaran las cuatro provincias o habrá excepciones? ¿Serán los catalanes españolizados metidos en campos de concentración?¿Ganará con creces Valencia al ser puerto y asumir el tránsito nacional que no sea ya asumible por Barcelona?
Dudas, dudas, dudas...
Un saludazo.
Amigo C S, el barrio de San Gervasio de Barcelona quiere también su independencia propia, no en vano considera que Cataluña, o al menos el resto de Barcelona, le roba.
Sant Gervasi is not Sarriá. Collons.
Aquí el límite último es la autodeterminación individual como sujeto constituyente de comunidad política e incluso tenemos el viaje astral mediante el que nos escindimos espirituakmente de nuestro cuerpo. Ojalá le sucediera a más de uno y no diera con el camino de regreso...
en fin... se aceptan donativos para financiar mi exilio aranés. gracias por anticipado
Falta un número de cuenta, Tolerancio.
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