Era ayer cuando Televisión
Española anunciaba a bombo y platillo que arrancaba la enésima temporada de la
serie Cuéntame. El cuento de nunca acabar-que tuvo su buen momento al principio,
aunque en algunos aspectos se ofrecía una imagen distorsionada de la sociedad española, la real, durante el franquismo-va ya por finales de los años
ochenta. A este paso, y si los guionistas les meten un arreón y los actores
gozan de buena salud, dentro de no mucho tiempo nos podemos plantar en el momento
actual, cuando Antonio y Merche van desfilando por los juzgados con sus
entramados societarios para defraudar-presunción iuris tantum-al fisco.
La cosa tiene su gracia, y resulta
tan entrañable como Cuéntame y su costumbrismo patrio, ya que ese mastodonte conocido como ente público se alimenta del presupuesto del Estado, o de todos los
españoles, o mejor contribuyentes, para no ofender, según esa retórica tan
propia de Hacienda cuando lanza sus campañas de la Declaración de la Renta. La
broma, pues, se traduce en que el espectador, y también el que no lo es, paga
la serie dos veces, una cuando es coaccionado para abonar sus impuestos y otra cuando Antonio y
Merche los evaden, presuntamente. Como resulta evidente, todo un cuento.
4 comentarios:
Una vez me marqué un coqueteo bastante hot con la Merche. Hará 10 o 15 años de eso. En unos premios en Barna. En fin...no resolví bien el jaque mate.
Qué hallazgo, Fuga. Siento que resolución no fuese perfecta.
habla usted de caza mayor...
de ahí el tembleque de rodillas, Tolerancio
:)
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