En la infancia vivimos, después sobrevivimos.
Se fue Leopoldo María Panero, el poeta maldito del desencanto, la más lúcida de las locuras.
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De las catástrofes siempre queda la nostalgia por las naderías de la víspera
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2 comentarios:
es un mundo que me resulta extraño...con el que no puedo o no sé conectar.
Me hago la misma pregunta que ayer le vi le hacia Sánchez-Dragó directamente en tv ¿es todo una impostura que se ha interiorizado hasta devorar al actor? ¿o es así de original?...el caso es que no lo he leído.
Leopoldo era todo un personaje natural, producto de su personalidad, de su genio y, también, de sus problemas de salud mental.
Es de esos personajes excesivos, que no admite el término medio o la indiferencia, ni siquiera entre el público o la crítica: o se le admira o se le detesta. Incluso los admiradores no se ponen de acuerdo a la hora de valorar su obra: para unos el mejor Panero es el más joven, el más culterano, y para otros es el la última época, el más delirante y enfermo.
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