Según la cuarta acepción de la RAE, hecatombe es sacrificio solemne en que es grande el número de víctimas. No otra cosa puede decirse del atentado del 11-M del que hoy se cumplen diez años. O la matanza de personas por una determinada causa, tal que una revolución. Una década después seguimos sin saber un montón de cosas, la autoría material e intelectual, el arma homicida...pero no hay duda del móvil: alterar el curso de la historia de España mucho más allá de forzar un cambio en la intención de voto a tres días de unas elecciones generales. Porque, a fin de cuentas, pocas diferencias se aprecian hoy día entre la acción de gobierno del partido que presuntamente fue privado del poder tras el atentado y aquel otro que atesoró ese mismo poder en los ocho años inmediatamente posteriores: puro transversalismo.
El 11-S fue bautizado en Estados Unidos como el día de la infamia, y quizá por ello todos los estamentos de aquella sociedad cerraron filas en torno a uno de los presidentes más incompetentes e inútiles de su historia, porque era el único que podía dar una respuesta adecuada-acertada o no es otra cosa-al desafío lanzado contra la nación. De ahí que al día siguiente de los atentados el diario El País saliese con aquel titular a cuatro columnas tan explícito: el mundo en vilo a la espera de la represalias de Bush. En España, por contra, el 12 de marzo de 2004 nadie podía esperar titulares por el estilo, pues nunca hemos pintado nada en el concierto internacional y nuestras hipotéticas represalias por la matanza serían, en el mejor de los casos, de puro consumo interno: el guerracivilismo ancestral.
Aseguran algunos que el 11-M y sus consecuencias-nefastas, sin duda-culminaron la Transición iniciada treinta años antes. Tal vez sea cierto: lo que por aquellos años del posfranquismo era una sociedad lanar en ciernes es hoy día una sociedad lanar plenamente consolidada, un rebaño con unos guías que se van alternando en la noble tarea del pastoreo. Visto así, qué importancia tiene para el más común y pastueño de los ciudadanos el arma homicida o la autoría intelectual de la masacre, si desde aquellos días España está en vilo a la espera de saber cómo llegar a fin de mes.
4 comentarios:
es impresionante el tratamiento del aniversario en casi todos los medios. A quien se le ocurra tener dudas e insinuar cosas del tipo: "a mí no me queda claro que los autores del atentado, como yihadistas, se suicidaran en un piso y no en los trenes"... le caerá la del pulpo... y le dirán "ya estás con que ha sido ETA, so conspiranoico"
…tenía billete para Barcelona, hora y media más tarde.
El 11M debería recordarnos a algunos imprudentes o audaces que denunciar tramas de corrupción con participación del Leviatán en el reparto es en este putiferio de país una apuesta personal muy jodida.
Pero supongo que cada uno es como es.
Tolerancio, nunca la búsqueda de la verdad supuso tanto estigma.
Exacto, Fuga; más allá del 11-M, lo estamos viendo con toda la bolsa de corrupción sobre la que vamos flotando. Es el Estado, sin más.
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