El caprichoso destino ha querido que coincidan en el tiempo-para no enredar damos por buena la fecha oficial que ofrecen las autoridades bolivarianas-la muerte de Chávez y el cese/dimisión del fiscal jefe de Catatònia. El cinéfilo Torre-Dulce le ha venido a soltar a Rodríguez Sol un por qué no te callas con forma de expediente sancionador y el ropón díscolo ha preferido presentar la dimisión al fiscal general en persona y como buenos amigos quedar para ir a un cinefórum una tarde de éstas, espacio lúdico donde el cesante/dimisionario le podrá explicar al jefe y resto de partícipes su concepto völkisch de la legalidad.
Si bien, por mucho que se empeñen algunos tertulianos en probar lo contrario, Rodríguez Sol no tiene nada de nacionalista, es curioso cómo la casta ropona en Catatònia tiende a mimetizarse con el paisaje mediante el arte de poner una vela a Dios y otra al Diablo: recuérdese al efecto como una tal Bozal pasó, sin solución de continuidad, de jefa de la abogacía del Estado en esa región a consejera de justicia en el primer gobierno de Mas; por no hablar de un tal Gimeno Jubero, presidente del TSJC que, amparándose a partes iguales en su desconocimiento del derecho administrativo y su carácter bizcochable, viene a decir que las resoluciones judiciales contra la inmersión lingüística son mera retórica y, si acaso y apurando, recomendaciones al legislador.
Pero todo este espectáculo no es sino la demostración de que el régimen del 78, un pasteleo pactado tras la muerte de Paco por lo peor de cada casa, anda tan quebrado como el balance de las cuentas del Reino de España. Si lo único que se puede esperar de los garantes de la legalidad es verlos bajar a la arena política sin quitarse la toga de faena, lo más sensato que podemos decir de este sistema putrefacto y delictivo, parafraseando al finado Chávez con aquellas expropiaciones de facto, es algo muy sencillo aunque nada fácil de conseguir: entiérrese.
9 comentarios:
un 10
Es una variante del Sindrome de Estocolmo, pero en versión señorito de Pedralbes.
Magnífico.
Gracias, Fuga; por cierto, esto se va al garete definitivamente, y nosotros también, y no me manda usted ese comentario que sería el responso de este régimen.
Muy amable, Herep.
Sí que hay algo de síndrome de Estocolmo en estos tipos, pero no hay descartar, véase Bozal, una promoción al servicio de otro señor que paga mejor.
Muy alto dejas el nivel Reinhard para que me atreva. Pero lo mismo un día me arranco.
Venga, Fuga, que esto se acaba por liquidación y será un buen epitafio.
paralelismo muy bien traído. El Sol se ha puesto... El presidente del TSJC también es todo un fichaje, un crack del palanguerimso judicial...
De Chávez dicen que no iba en el ataúd en la verbena que sacaron por la tele rodeado de miles de plañideras en chándal... el próximo presidente venezolano, el tal Maduro, con un perfil simiesco parecido a su antecesor y mentor, también reservará un asiento para el espíritu de Chávez en los consejos de ministros, quizá con derecho a voto. Entre los espíritus de Bolívar y el de Chávez necesitarán un espiritista experto en la Ouija para celebrar sus deliberaciones... ni Valle-Inclán habría imaginado semejante cúmulo de patochadas...
La cofradía del chándal, Tolerancio.
De Maduro dice Losantos que tiene pinta de cantante de salsa en paro.
Allí sólo falta Zetaparo; si va, quizá se encuentre con De Juana y Troitiño.
Hablando de enterramientos, a ver qué os parece:
Podría interpretarse que los dos partidos que sostienen el sistema han enfermado y han decidido suicidarse enemistándose con sus respectivos electorados. Sin embargo, el diagnóstico es más complejo. Los dos partidos mayoritarios ya no sostienen el sistema, forman parte de él. Por eso no pueden cambiarlo y salvarse porque creen, con razón, que no sobrevivirían a una regeneración del mismo. Al menos, no lo harían sus actuales dirigentes. Personajes y personajillos, apergaminados, ajados y amojonados, se atrincheran para sobrevivir cuanto se pueda. Ya ni se preocupan por ocultar los muchos favores que hacen a los empresarios que revolotean alrededor de ellos, ni se esfuerzan por disimular los muchos cargos, a veces sin contenido, que reparten entre familiares y amigos. No renuncian a nada y que la fiesta dure lo que tenga que durar.
Emilio Campmany
http://www.libertaddigital.com/opinion/emilio-campmany/el-sistema-esta-muerto-67654/
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