Al final parió la burra del CGPJ
y tenemos, por fin, órgano de gobierno de los jueces. Nada nuevo bajo el sol:
PSOE y PP pastelean con la justicia con la única finalidad de, llegado el caso,
tapar sus vergüenzas y aquí paz y después gloria. Dicen unos que es un éxito del
camarada Sánchez, que toma oxígeno; aseguran otros que el éxito es de Feijoy,
que se consolida como líder indiscutible del centro centrado muy moderado, pues
moderación y no crispación es lo que España necesita.
El gallego justificó el pacto
como una demostración de lealtad al Estado. Podría haber dicho que era lealtad
a España, pero el hombre no es precisamente un patriota y tampoco es tonto del
todo, por lo que sabe que España ya no existe. Y sí, es lealtad al Estado de
Partidos que sustenta al Régimen, un Estado donde, como dice Ignacio Ruiz
Quintano, todo es mentira menos lo malo. Celebremos, pues, con la mayor
indiferencia el parto del Consejo, que esta película ya la hemos visto en
bastantes ocasiones, si bien esta es la primera ocasión en que la cinta cuenta con la promoción y el patrocinio de Bruselas. Por algo será.
7 comentarios:
las barbas que ha echado feijoy esperando a que dimita (o cesen) al fiscal general del estado...
Feijoy es un hombre paciente, si bien dice que habrá elecciones antes de fin de año. Veremos.
El papel de los medios es vergonzoso.
Este país es insoportable.
Pues yo estoy más tranquilo, porque Leonor ya es alférez. Vivaspaña y vivalrey.
los monárquicos estamos de enhorabuena... la heredera cada día está más guapa y el uniforme le sienta de fábula... recuerdo a aquel separatista, sala i martí, el de la americana de colorines, que decía que la infanta leonor le recordaba a la niña del exorcista... eso es que no ha visto a greta "trumbe" enfadada...
Mantengamos la Monarquía.
No quiero imaginarme a Pedro Sánchez de Presidente de la República y a su mujer y a su hermano de "validos".
God save the King and the Princess
A ver, señores, un poquito de por favor, que decía el otro.
Se puede ser monárquico y a la vez no ser un pelota de la Casa Real, o un chupacetros. Defecto éste común a no pocos monárquicos, por desgracia. Yo tampoco quiero una república dirigida por un semoviente de la clase política actual. Pero de ahí a chuparle la corona al pánfilo titular actual...
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