El flamante ministro de justicia,
un tal Bolaños, afirma que bajo ningún concepto los jueces pueden elegir a los
jueces, sino que esa elección debe caer en los políticos, y el tal Bolaños,
como buen populista, identifica políticos con pueblo. Tampoco es ninguna
novedad: antaño, cuando la Constitución arrancaba, eran los jueces, o una
mayoría de ellos, los que elegían a los miembros del Consejo General del Poder
Judicial, pero el felipismo cambió la
norma y así estamos, con la justicia en las corruptas manos de los políticos. Ocurrió algo parecido con los generales en los años de la Transición: durante el franquismo
se ascendía por el más riguroso escalafón, hasta que Suárez y
Gutiérrez Mellado descubrieron que eso era mejor que lo decidiese el gobierno,
para de esta forma tener en el desempeño del más alto mando a los generales más proclives al pasteleo.
Desconocemos si el nuevo ministro
del ramo quiere ir más lejos y, ya puestos cambiar, también quiere liquidar el
sistema de acceso a la judicatura, pues no en vano desde la izquierda se
desprecia el sistema de la oposición pura y dura por considerar que ello
favorece a los hijos de los más pudientes, que son los que pueden costear que
el hijo se pase años y años enclaustrado en una habitación para sacar adelante
la oposición y teniendo que pagar a unos preparadores que, como no podía ser de
otra manera, también son jueces. Ignoran estos mostrencos que la mayoría de
jueces que acceden a la carrera judicial por ese sistema, quizá imperfecto pero
el más justo de los posibles, no son precisamente hijos de papá.
Quién sabe, igual el flamante
Bolaños pretende pergeñar un nuevo sistema de selección de jueces que
posibilite su elección directa por el pueblo. Y qué pueblo, se pregunta el
vulgo. Pues el que indique el gobierno del pueblo. Al fin y al cabo, aquí no
rige-nunca ha regido nada-ni la democracia representativa ni la separación de poderes.
Cómo puede regir la separación de poderes si el gobierno-ejecutivo-está
incrustado-banco azul-en la sede del legislativo. Pero eso el flamante Bolaños bien que lo sabe, que es ministro de presidencia, justicia y relaciones con las Cortes. Ahí es nada.
2 comentarios:
cuando se trata de asuntos relacionados con la justicia, para mí las reflexiones de don reinhard son palabra revelada... ninguna objeción y todo asentimiento, pero permítanme la larga cambiada: un rayo de esperanza se abre paso entre los negros nubarrones... el mossad... seré un ingenuo, un iluso, un tonto del culo si lo prefieren, pero el presidente felón ha ido a israel y ha insultado nada menos que a netanyahu (que es un elemento de cuidado) en su puta cara. "Munich 72" es una película sensacional que habrán visto todos ustedes. soñar es gratis...
Es portentosa la habilidad del camarada Sánchez para cosechar enemigos. Esperemos acontecimentos.
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