Aseguran fuentes bien informadas
que fue José María Aznar el que redactó aquel discurso incendiario de Pablo
Casado contra Abascal en la moción de censura contra Sánchez. No es descabellado: si algo
caracteriza al Partido Popular desde los tiempos del que fuera presidente del
gobierno es esa extraña habilidad para darse tiros en el pie. Las elecciones
catalanas han demostrado la estupidez de esa estrategia, suicida para los
intereses de los populares, que deja a VOX como única referencia para todos
aquellos que, dispuestos a votar, quieren mojarse un poco.
Invocaba Casado en Barcelona la
superación del frentismo-qué otra cosa puedes invocar con cucas, marotos y
teodoros como estrategas electorales-y renegaba de las cargas policiales del 1
de octubre, que es como repudiar la aplicación de ley y buscar la concordia con
los que hace tiempo que se echaron al monte. Mas no hay autocrítica, sostenella y no enmendalla, así que la
lectura de los hechos no es otra que decir que el éxito de VOX es el éxito del
sanchismo. Al menos los liberalios ciudadanos, otra banda en liquidación, le
echan la culpa a la abstención. Váyase, señor Casado, váyase.
8 comentarios:
Aznar...otro personaje del circo. El payaso augusto, por ir de serio por la vida, aunque dé la risa repasando sus cagadas (y empieza a dar alipori sus feos asuntos)
Y qué decir de nuestros tertulianos de la derecha de Madrit...esta mañana Isabel San Sebastián encabronada porque no le había pasado factura a Vox su abstención en lo de las ayudas europeas. Las burbujitas mentales, estrechas y miopes.
Queda, para los que tenemos buena memoria, la catarata de artículos que sufrimos tras la moción de censura contra Sánchez, aplaudiendo la inteligencia de Casado. Joder….aquello fue la rehostia. Y el caso es que los autores no se suicidaron el lunes y ahí siguen, escribiendo columnas. Para el vademécum los de Vozpopuli...con aquello de Álvaro Nieto profetizando mayoría absoluta para Casado tras su desmadrado brote de poseído que hubiese acojonado al Padre Karras.
Dicen que aquel espectáculo que nos dejó a muchos en estado de shock lo escribieron al unísono Aznar y Zarzalejos.
...no deja de tener su sarcasmo que Casado haya hecho marianismo al dictador de Aznar.
En fin...el manicomio.
...no deja de tener su sarcasmo que Casado haya hecho marianismo al DICTADO de Aznar.
Quicir
Leo ahora que la autocrítica del PP consiste en abandonar la sede de la calle Génova. No está mal. Por algo se empieza. En fin...
Lo que está claro, como escribe José María Marco en LD, es que esto es el fin del constitucionalismo: la Constitución y su estado autonómico no sirven para frenar al separatismo. O enmienda a la totalidad o esto tiene los días contados.
La Constitución, mi querido Reinhard, sí sirve para frenar al separatismo. Bastaría con aplicarla. Y si nuestros insignes políticos se niegan a respetarla, la misma Constitución ya prevé quien debe garantizar su cumplimiento.
Artículo 8.1 de la Constitución: «Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional»
El problema es que no parece que esos garantes estén por la labor y su Comandante en Jefe tampoco.
Es un matiz interesante, Traveller, pero no parece que los tiros-nunca mejor dicho-vayan por ahí. Pero esa Constitución, con su diseño territorial, sólo serviría si hubiese una lealtad indiscutible hacia la unidad. Creyeron en su día que con unas autonomías con todas las competencias del mundo se acabaría con cualquier veleidad separatista, pero no ha sido así. Luego el marco ya no vale. Algo similar a Yugoslavia cuando se acabó el comunismo, aquella Federación ya no servía.
Aquí el que suelte el órdago a la grande de Tabarnia ganará la jugada.
Si España se puede romper, Cataluña también.
Venga....
La verdad es que era mucho creer conociendo el historial de vascos y catalanes.
Pero es que esos problemas, el del diseño territorial y el de la falta de lealtad hacia la unidad deberían quedar integrados y solucionados en el acto de garantía que antes sugerí. Y posiblemente sin necesidad de suprimir de un plumazo el sistema autonómico, pero sí puliendo y laminando según qué excesos concedidos como intercambio de discutibles apoyos puntuales y que debería conllevar la recuperación para el Gobierno central de ciertas potestades legislativas que nunca debieron ser transferidas.
¡Por soñar que no quede!
la culpa era de la casa de los espíritus... qué circo, señores...
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