Hermanos todos

                                        

El Papa Francisco ha largado una encíclica-Fratelli tutti-en la que, resumido de manera sucinta, carga contra los excesos del capitalismo y del populismo. Obviamente el populismo es el de derechas, Trump, Le Pen, La Liga Norte y compañía. Ya recomendó Camilo José Cela que por estos pagos había que leer más Nietzsche y menos encíclicas, pero seguimos en las mismas, dando cancha a peronistas del montón y soslayando a los grandes filósofos.

Lógicamente, la obra ha sido acogida con alborozo entre partidos de izquierda y medios de comunicación, que también son todos de izquierda, que vienen a decir que vamos por el buen camino, con un socialismo que sale de las entrañas del Boletín Oficial del Estado y otros diarios oficiales de las autonomías y que viene a corregir los excesos de un sistema perverso y corrupto por naturaleza. El señor de Roma aboga por fronteras abiertas y papeles para todos, lo que en el fondo es una contradicción enorme con aquello que viene a criticar: qué malo es este sistema liberal al que quieren venir todos los parias echemingas de la Tierra. Y es que el capitalismo es como el dinero, no da la felicidad pero cuánto ayuda a obtenerla. Quizá todos seamos hermanos, a ver qué opinan los musulmanes, pero seguro que no somos primos.