Todo parece indicar que el
sanchismo ha decidido romper una de las barajas hasta ahora sagrada en este
patio de Monipodio llamado España, esto es, el reparto político de la siempre
maltrecha justicia. Para que la cosa llegue a buen puerto hará falta la
inestimable colaboración del resto de sacamantecas que en su día auparon al
camarada Sánchez al poder, incluido Bildu, que de esta guisa igual coloca a un
leguleyo formado en una prisión en el Consejo General del Poder Judicial, cosas peores se han visto y
se verán.
Casado ha puesto el grito en el
cielo y dice que llevará el asunto al Constitucional, afirmación que
sólo puede mover a la hilaridad: cuando esa instancia se pronuncie, más
de diez años lleva con el recurso sobre el aborto, Don Pablo ya habrá abierto
una de esas puertas giratorias que tanto engordan la cuenta corriente. En
puridad, la cosa no será tan grave, no más de lo que ya es costumbre: el
justiciable seguirá pagando impuestos abusivos para que sus pleitos tarden años
en resolverse por jueces anónimos cuya filiación política a nadie interesa. Eso
hasta que se consume la bolivarización-¡exprópiese!-hacia la que con paso firme
nos dirigimos. Entonces ya no habrá interés económico por el que litigar y el
retraso sólo será el que provoquen toda clase de colas. Una anécdota, pues, la
renovación del Consejo.
1 comentario:
qué temple y sangre fría, la suya, don reinhard... ni el pasmo de triana... a mí esto me pone a mil, aunque sólo sea porque con una justicia domesticada a la bolivariana el coletas (o moños) se librará de todas las causas que le rodean... ¡y eso dueleeee (bombi dixit)!
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