Parafraseando a Churchill, bien
podemos decir que Ciudadanos ha querido tener deshonor y guerra, que no tienen
bastante con el hundimiento del partido. Estaba cantado que Villacís y compañía
serían expulsadas del aquelarre feminista de ayer en Madrid, y así sucedió, si
bien debe hacerse constar que la policía, en lugar de proteger a las
coaccionadas, optó por convencerlas para largarse de allí: ésa y no otra es la impronta de Grande
Marlaska, que las fuerzas de seguridad se laven las manos en la persecución del
delito. Y qué menos, dirá el ex juez cuando al respecto sea interpelado en sede parlamentaria, que
lavarse las manos en estos tiempos del virus coronado.
Llamaba poderosamente la atención un grito que
la chusma profería contra la vicealcalde de Madrid: Villacís a trabajar en el Burger King. Átame esa mosca por el rabo. Esta chusma ágrafa considera indigno trabajar en ese establecimiento de comida
rápida, no sabemos si porque estas tiorras son veganas o porque ya todas
aspiran a seguir la carrera meteórica de la marquesa de Galapagar, máxima
exaltación de las bondades de este sufragio universal que nos obsequia con un ministro que va al Senado vestido como Homer Simpson. Será el odio, no hay otra explicación más razonable.
Y pensar que Doña Begoña se negó
hace poco a cerrar el grifo de la subvención para estos chiringuitos feministas...En fin, que dejen trabajar en paz al respetable empleado del Burger King y que
Villacís vuelva a Legálitas, de donde nunca debió salir.
4 comentarios:
no sé qué se le pierde a nadie cabal en esas manifestaciones... yo lo tengo claro: ¿hay algún partido que no mande a sus cargos y "cargas" a esas manis femi-podemitas del carajo?... sí... pues ése es mi partido...
despachurre máximo... ¿cómo llevan el confinamiento?... torra se animará a proclamar la independencia, cuando menos sanitaria... no dejarán entrar a los virus en los controles policiales... y el coletas sin mascarilla en el consejo de ministros... a ver si los infecta a todos...
No se puede salir a la calle. Para qué, si no hay bares.
Estoy trincao en Galicia sin poder salir de casa, aunque tal como dice Reinhard, no se me ocurre qué haría en esta tierra en la calle sin bares ni restaurantes.
El problema es que tampoco me dejan volver y como ya se ha ocupado de advertirnos el ministro Abalos, lo de los 15 días es un chiste. A saber hasta donde nos mantienen el estado de guerra los cuatro jinetes que ayer nos informaron de sus hazañas.
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