Ayer, coincidiendo con el que antaño era llamado Día de la Victoria, acudió Pablo Iglesias al cementerio de Paterna para ver los trabajos de exhumación de una fosa donde podría estar enterrado un tío suyo, represaliado por el franquismo. Resulta conmovedor-justicia poética-contemplar las lágrimas de un estalinista convencido ante una fosa común, pues es más que sabido que nadie ha enterrado a más gente en esos nichos comunitarios que los ejecutores del socialismo real. Y es que la hipocresía del líder podemita no hace sino soslayar aquella célebre sentencia del padrecito Stalin: la muerte de un hombre es una tragedia; la muerte de millones es una estadística. La desmemoria, en fin.
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4 comentarios:
Sic transit gloria mundi...IGLESIAS el 29 será Izquierda HUNDIDA.
El populismo de izquierdas se terminó con el MATRIMONIO DIRIGENTE y su casoplón. Ya iba herido de muerte tras unirse a IU y simpatizar con los supremacistas catalanes.
No se pudo hacer peor. Un tigre de papel.
Sus lágrimas no conmueven a nadie.
El problema es que esas lágrimas no existen: el tipo tuerce el rictus y menea la cabeza pero nada, nada brota de esos ojos. Vaya teatro, qué colleja tiene el tío.
¿se conmovería de igual modo (lágrimas de cocodrilo) ante los cadáveres de las víctimas de su abuelo el chequista?
Pablete conmemoraba el Día Mundial del Teatro, que tuvo lugar la semana pasada.
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