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viernes, 1 de marzo de 2019

Una merienda




Paul Lafargue, aquél que escribió El derecho a la pereza, decía que al día siguiente a la revolución habría que pensar en divertirse. Mutatis mutandi algo así explicó el intrépido Rufián en el juicio contra los golpistas catalanes: el 1 de octubre, día de la rebelión, o revolución, él se fue a merendar. Lo extraño es que el día de marras él no estuviese en Madrid, dando cuenta de algún cocido, aunque bien mirado, el muchacho sí tiene pinta de llevar toda la vida merendando, bocadillos de nocilla o de calamares. He ahí la épica de esta revolución de funcionarios con lazos amarillos, votar y comer y volver a votar-censo universal-y volver a comer, o ya merendar. Lo dicho, del derecho a la autodeterminación al derecho a la pereza.

1 comentario:

Aitor Mento dijo...

La merienda de éste va a ser paté La Piara. Por lo cerdo.