Diez años era demasiado, mis sufrimientos morales alcanzarían mucho
antes un grado insoportable y directamente letal, pero bueno, no me veía
dejando una herencia (a quién, por otra parte, ¿al Estado?; la perspectiva me
producía un desagrado supremo), o sea que tendría que aumentar el ritmo de mis
gastos, era peor que mezquino, era francamente miserable, pero la perspectiva de
morir con dinero en mi cuenta me resultaba intolerable. Podría haberme mostrado
generoso, pero ¿con quién? ¿Los paralíticos, los sin techo, los emigrantes, los
ciegos? No les iba a soltar mi pasta a los rumanos, ¿no? Yo había recibido poco
y tenía pocas ganas de dar; la bondad no se había desarrollado en mi interior,
el proceso psicológico no se había producido, al contrario, el conjunto de los
seres humanos me era cada vez más indiferente, por no hablar de los casos de hostilidad
pura y dura. Había intentado aproximarme
a algunos de ellos (y sobre todo
a algunas, porque en principio me atraían más, pero ya he hablado de eso), en
fin, creo que había hecho un número normal de tentativas, un número corriente,
dentro del promedio, pero por distintas razones (que también he mencionado ya)
nada se había concretado, nada me había inducido a creer que había para mí un
lugar donde vivir, ni un entorno, ni un motivo.
Vuelve Houellebecq con Serotonina, sustancia química u hormona imprescindible, dicen, para la felicidad y que es liberada por el Captorix, un antidepresivo al que se abona el protagonista de esta novela y que tiene muchos efectos adversos. Incorrección política, desencanto y mucha misantropía y desprecio por la socialdemocracia reinante, efectos habituales y nada adversos en la literatura de este francés de vuelta de todo y que a nadie deja indiferente. ¿La trama? Poco hilvanada, pero da lo mismo. De alguna manera hay que encontrar la felicidad.
2 comentarios:
me gusta el fragmento elegido... muchos sentiremos alguna suerte de empatía o conexión con el narrador, o sea, que nos sentiremos parcialmente reflejados... aunque tengo referencias, nunca he leído nada del autor y creo que esta novela podría ser el inicio de una gran amistad...
Eso está hecho, Tolerancio, se lo haré llegar. Creo que le gustará.
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