La política como redención, he
ahí la actualización patria de la vieja máxima socialdemócrata de odia el
delito y compadece al delincuente. Una candidata de Podemos a las municipales fue condenada a treinta años de prisión-reclusión mayor se decía entonces-por
asesinato, si bien sólo cumplió siete, presumimos que por buena conducta,
estudios variados y redención por trabajo. Ahora, ya talludita, la señora quiere ser
alcaldesa de su ciudad, algo para lo que la ley le brinda amparo, sin duda, pero que
demuestra una vez más que legal y legítimo son conceptos que no acostumbran a ir de la mano.
Hay en estas cuestiones una
curiosa asimetría: si te dedicas a la política y hurtas unas cremas o falseas
un titulillo has de abandonar esa vocación, aunque por las cremas no hayas sido
juzgado o lo del titulillo esté por ver en un juicio con todas las garantías,
pero la imputación basta para convertirte en un apestado. Por contra, los
crímenes más abyectos, más si está la izquierda de por medio, no tienen peso en la cosa pública si la pena está
cumplida, porque el licenciamiento penitenciario equivale a la reinserción.
Bueno, y tener cumplida la inhabilitación para cargo público que haya sido impuesta en la sentencia,
que ahí está Otegui sin poder ser, todavía, lehendakari. Un Otegui, por cierto,
que sin despeinarse ha dicho a un medio catalán que en la política española faltan líderes de
la talla de ¡Ernest Lluch! Es lo malo de ser víctima de un asesinato consumado,
que ya no te puedes presentar a ninguna elección.
4 comentarios:
la noticia es sensacional... ¿qué no te hará la alcaldesa si no pagas la multa de tráfico?... ¡quítame allá esas pajas, por un asesinato de nada!... por cierto ¿a quién asesinó y cuál fue el móvil?... quizá si sabemos de esas cuestiones cerremos el círculo... ¿es su condición de asesina convicta lo que le lleva a presentarse por podemos entendiendo que esa cualidad puede ser un mérito para escalar posiciones en esa formación?
Está todo explicado en el enlace: tramó el crimen que costó la vida a un chaval que, según ella, la había violado. Apuesto unas cuantas cervezas a que esa presunta violación era más falsa que un duro sevillano.
Lo intolerable no es que se pueda presentar, que también, sino que ya se ha impuesto en unas primarias y que presumiblemente acabe ganando la alcaldía.
Y lo absolutamente intolerable es que, tal como insinúa D. Tolerancio, su cualidad de asesina convicta pueda representar un plus meritocrático para alcanzar la plaza.
Luego se les llena la boca con el ultraderechismo de Vox y la cleptocracia del PP.
Mierda de país, oiga !!
Acabo de ver a un jefecillo de Potemos justificando que esa candidata pueda presentarse. Dice que lleva años reinsertada y ¡regenta un negocio! Vaya comunistas. Negocio, casa en la sierra, asistentes a los que no se da de alta en la Seguridad Social…
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