De un tiempo a esta parte se han
puesto de moda los llamados delitos de odio, martingala que el Código Penal
regula bajo el rimbombante nombre de Delitos
cometidos con ocasión del ejercicio de los derechos fundamentales y de las
libertades públicas garantizados por la Constitución. De hecho, existe una
fiscalía especial para este tipo de delitos, y poco a poco se va generando una
jurisprudencia al respecto que ya pronto se mostrará en las facultades de
Derecho, y así los avezados alumnos recitarán que las fuentes del ordenamiento
jurídico español son la ley, la costumbre y los principios generales del odio.
Presumo, si bien es presunción iuris tantum, luego admite prueba en
contrario basada en la más elemental experiencia, que la fiscalía de Málaga
habrá emprendido acciones fulminantes contra el centro escolar que
expulsó a una alumna por llevar una pulsera de VOX, joven que ya era increpada
y llamada nazi de mierda por alumnos y, tal vez, por algún docente. Y si no,
ahí estará el nuevo gobierno andaluz, que ha venido para revolucionarlo todo,
al quite torero, limpiando la indecencia de los indocentes con mano de hierro.
O no, pues como es tradición en los populares desde los tiempos de Pío
Cabanillas, y en ello siguen empeñados, rige siempre la máxima de cuerpo
a tierra, que vienen los nuestros.
3 comentarios:
Muy bueno.
La que es muy buena es la viñeta. Es un tópico, pero la realidad siempre supera a la ficción.
a los profes les darán una medalla pensionada...
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