Asegura un proverbio chino que si
le das un pez a un hombre-o una mujer-comerá un día, pero si le das una caña y
le enseñas a pescar, comerá toda su vida. Algo así piensan los hombres y
mujeres de la CUP con respecto al problema de los manteros africanos que tanto
colorido dan a la ciudad de Barcelona-el Metro ya es conocido como Galerías
Colau-con la venta de sus productos ful. La solución de los cuperos es que se reconviertan en pescadores, cuentacuentos e incluso sastres, pues de esta forma se aprovecha su experiencia y se reactiva la
economía de la Ciudad Condal.
El problema surge cuando se
profundiza un poco en algunos aspectos económicos de la propuesta, ya que rápidamente se aprecian
algunas contradicciones; así, ya no basta con el enunciado del proverbio, pues
se precisa algo más que una caña de pescar, exigiéndose barcas para tal
menester, medio de producción que será aportado por la cofradía de pescadores,
bien de forma voluntaria, bien con esa coacción tan propia de la
socialdemocracia. Por otra parte, el pescado es un recurso finito que tiene la
fea costumbre de ajustarse a esa perversión del capitalismo que es la ley de la
oferta y la demanda, o dicho de otra forma, desvestir un santo para vestir otro,
de la inflación de bolsos a la de peces. Pura morralla.
En cuanto a la faceta de
cuentacuentos, otra suerte de venta ambulante con un toque cultural, debería
aclararse la cuestión fundamental que siempre aparece ante las propuestas de la
izquierda pero que únicamente el contribuyente es capaz de plantearse mientras
sujeta su cartera: y eso quién lo paga.
Por no hablar de la cuestión lingüística: o el mantero sabe catalán o
precisamos un traductor cumbayá que lo haga por amor al arte para no encarecer
más el precio final. ¿Y las ayudas para montar cooperativas de sastres? Una vez
más, esa querencia tan catalana por lo rancio, vuelta al proteccionismo textil del perverso franquismo.
Definitivamente, ante tamaña demostración de ingenio, los manteros dirán que mejor y más sencillo que les den una renta básica universal, que para eso cogieron un
día la barca y aquí se plantaron.
5 comentarios:
lo ha clavao, don reinhard... en cuanto vi la noticia pensé eso mismo exactamente... la excusa de "enséñale a pescar" que dicen siempre los progres para no rascarse el bolsillo y no dar una ayuda a un menesteroso porque la caridad les saca de sus casillas, al fin piensan ponerla en práctica... yo me prometí hace años agarrar del pescuezo al primer progre que me repitiera la frase maldita, agarrarlo de la solapa, llevarlo a una tienda de efectos de pesca para que comprara una caña y forzarle a tomar del brazo al primer menesteroso que se cruzara en su camino y acompañrlo al rompeolas para que impartiera a su alumno la primera lección práctica... manicomial, ya lo dijo josé pla...
De acuerdo con su texto D. Reinhard excepto en eso de llamar socialdemocracia a esta panda de facinerosos de la CUP y sus amiguetes protegidos de Dña. Colau en el Ayuntamiento, cuyo significado, el de ayuntamiento, se lo han tomado por la 5ª acepción del DRAE.
Yo creo que una cooperativa formada entre los cuperos y los manteros tendría mejor futuro. Al menos en lo de cuenta cuentos los cuperos son inalcanzables.
Acabo de estar unos días por Viena y la verdad es que entre unas cosas y otras por Europa ya empiezan a mirarnos con cara de cachondeo.
Traveller, suelo usar la expresión socialdemocracia para referirme a la ideología imperante en la izquierda española, sean cuales sean sus siglas, con toda la ironía del mundo en comparación con esa otra socialdemocracia europea, bastante más seria y responsable.
Pronto nos mirarán, si no ya, con esa cara en Portugal.
Tolerancio, su intención es buena pero tiene poca, o nula, salida. El progre no suele predicar con el ejemplo y el menesteroso prefiere pedir que buscarse la vida aunque se le regalen los medios para ello.
Más que cooperativas, los "cupaires" quieren formar tribus, ya lo apuntó su excelsa líder y parlamentaria. Y dedicarse al "ayuntamiento" en otro sentido de la palabra distinto al puramente municipal.
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