La utopía

...Pero la palma se la llevó el abajo firmante "Ciudadano Patriota Jeaufrre", quien envió a La Chronique de París un texto que no se andaba por las ramas. O mejor dicho, sí se anda por las ramas, aunque nada pacíficamente: "Propongo matar a todos los gorriones de París y adopto la enmienda que se me propone de matar a todos los de Francia", decía su espontánea colaboración remitida al diario moderado en en el que publicaban Condorcet y Rabaut Saint-Etienne. Es cierto que se trataba de "animalitos llenos de encantos", pero había que anteponer el "amor a la patria a los demás amores", y en este caso era doblemente cierto que los números cantaban: si cada gorrión comía entre doce y quince granos de trigo al día y en Francia había más de un millón de chimeneas, calculando a diez gorriones por chimenea y a algo más de cuatro mil granos por cada libra de trigo el resultado era que, matando a todos los gorriones, habría para alimentar a cien mil hombres durante sesenta días. Y se quedó tan ancho.

El primer naufragio, Pedro J. Ramírez, La esfera.

Todas las revoluciones tienen sus orates y sus dislates, de ahí que el juicio de la Historia sea en muchas ocasiones menos severo de lo merecido. Leyendo la crónica que hace Pedro J. Ramírez del golpe jacobino contra los moderados de la Convención, se tropieza con esta joya, una original propuesta para acabar con el hambre del pueblo, y mientras se echan unas risas uno no puede evitar acordarse de Podemos-bien aficionados a las medidas de excepción que por aquella época sacudían a Francia-y su propuesta de una renta básica para todo ciudadano. ¿Utópico? Depende, con imaginación, y pese a lo limitado de los recursos, todo es posible.