No deja de ser curioso, por no decir grotesco, que el presidente de un club que con tanto afán se ha sumado a la deriva separatista en Cataluña-recordemos esos gritos de independencia en el minuto 17:14 de cada partido en el Camp Nou-deba dimitir precisamente en el crucial año que acaba de empezar. Y más curioso y grotesco, si cabe, y también una cierta justicia poética, que se marche tras presentarse contra él una de esas querellas que en el foro reciben la denominación de a la catalana. Le faltó al dimisionario ese patetismo que suele acompañar a los nacionalistas en estos trances e invocar aquellas palabras del ciclotímico Companys: tornarem a lluitar, tornarem a sofrir, tornarem a vèncer.
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1 comentario:
el club de los valores (qué añitos nos han dado con esa cantinela)... cotiza a la baja, como la bolsa tras la devaluación del peso argentino... ahora bien, he llegado al convencimiento de que no hay club mejor para un amplio segmento del paisanaje que el barça... encajan como anillo al dedo... les dicen que Neymar ha costado cuatro chavos y se lo creen, y si alguien dice lo cntrario entonces es un ataque de la caverna mesetaria... se espera la encíclica del cardenal arzobispo mrtnez sistach condenado la carestía del fichaje, como hizo en su día con el de CR7 por el madrí
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