De la independencia judicial

"...no es suficiente la defensa del ejercicio del bilingüismo lingüístico efectivo por parte de la asociación recurrente para entender acreditada la legitimación, ya que no es suficiente la obtención de una recompensa de orden moral o solidaria o el beneficio de carácter cívico o de otra índole, pues en realidad una posible sentencia estimatoria no habría de producir utilidad alguna ni perjuicio de ninguna clase en la esfera jurídica de la recurrente ni en la defensa de sus componentes al no actuar en defensa de sus intereses individuales".

Así, con esta chulería, se descuelga el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña en una resolución que sirve, al menos de momento, para negar la legitimidad a Convivencia Cívica Catalana en su lucha contra la discriminación lingüística.

En otro lugar sorprendería este repentino cambio de criterio, máxime cuando en ese mismo proceso se reconoce la legitimidad para ser parte a otras asociaciones de signo muy diferente y al servicio del poder establecido, pero por aquí ya se conoce muy bien qué es y hasta dónde llega la independencia de jueces y tribunales en este taifa de barretina. ¿Utilizarían esos mismos ropones igual falacia para negar legitimidad a las asociaciones de jueces y fiscales en la defensa de sus intereses?

Sostengo desde hace tiempo que sería una bendición para este país cualquier clase de intervención extranjera que fuese mucho más allá del ámbito económico, aunque bien pensado lo mejor es una auténtica y salvaje colonización tras una invasión en toda regla que permita instaurar el imperio de la ley, la que sea, el orden y la decencia, no sea que antes llegue un gobierno de concentración nacional que cierre el paso a un necesario y profiláctico Guantánamo. A fin de cuentas, el tiqui-taca del combinado autonómico, auténtico y único estímulo de una sociedad lanar, quedaría intacto.