Hay algo en Díaz Ayuso que repele
más allá de cualquier consideración política, algo que es superior al siempre
poco edificante juego político y que recuerda mucho al estólido Ánsar. No
satisfecha, gracias al contribuyente, con haber montado un colosal negocio a
costa de los menas, defiende una inmigración masiva desde el más rancio
clasismo. Para arremeter contra VOX resume el concepto que tiene la señora, o señorita, sobre
las tareas que deben desempeñar aquellos que vengan en busca del sueño español:
labores domésticas, recoger frutas y verduras y construir pisos. Sorprende que
dejase en el tintero la hostelería, motor de la economía española hasta el
petardazo que pegó el ladrillo hace años. Hay que tener mucha imaginación para
creer que todos esos elementos que llegan en patera se van a poner a trabajar
en el campo o sacar de paseo a un octogenario.
Y esta mujer es la gran esperanza
del centro centrado muy moderado que no logra poner contra las cuerdas al
camarada Sánchez y que si algún día quiere gobernar tendrá que pactar con los
señoritos de VOX. En el ínterin, vaya la señora, o señorita, presidenta
construyendo centros de menas y alimentado la realidad paralela en la que está
instalada. Al fin y al cabo, la responsabilidad no cotiza en política.


2 comentarios:
La conclusión es inapelable;
“La responsabilidad no cotiza en política”...sin duda la clave del R78. Podríamos incluso enfatizar que la esencia medular del aborto del R78 es la irresponsabilidad institucionalizada.
En cuanto al personajillo, tengo dicho que es una ‘DÉBIL MENTAL’...algo que encabrona a algunos de mis amigos (todavía me queda alguno tras los últimos 5 años de bulos oficiales).
Debo aclarar que no trato de insultarla, sino de dejar en evidencia su principal activo político. Me explico: Los que mandan en la sombra en el PP de Madrid (esas familias que llevan repartiéndose el dinero público por sector de actividad económica desde hace tres décadas, grandes admiradores del sistema-Pujol, por cierto) jamás la hubiesen elegido sin tener una seguridad total sobre sus evidentes limitaciones intelectuales a fuer de su ánimo histriónico flamenquero, tan popular en Zarzuelandia.
Ese núcleo se dio el susto padre con Cifuentes cuando dio muestras de voluntad de poder propia, y chirriaron dientes cuando el melifluo Ángel Garrido tampoco terminaba de mostrase todo lo obediente que debía. No podían jugársela con un tercer candidato autónomo, con personalidad propia. Muy arriesgado.
...y ahí estaba la apadrinada de Aguirre, Comunity Manager de EL PECAS en MadridNetworks a 4 mil pavos al mes, de primer trabajo. La chica cumplía todos los requisitos. Su familia eran un clásico en la licitación sanitaria (ergo debía favores, y más con el feo asunto de AvalMadrid) y ella se licuaba haciendo el papel.
Ahí tenían a su mirlo blanco, a su débil mental de comodín, deseando salir al escenario.
MAR le explicó que no debía meterse en debates (para los que no estaba capacitada intelectualmente) y que se limitase a repetir esas frases que Losantos (y él mismo) le servirían para tener a sus hinchas cachondos perdidos.
Pero el caso es que la esquizofrenia de la derecha política la va dejando expuesta, y un día se muestra la más ardorosa entre aquellos que se les hace el culo Pepsi-Cola con la pasta que facturan con los menas y al siguiente celebra que el Valle de los Caídos pase a ser el gran centro masónico nacional (con bendición de la Iglesia Católica que también está en el ajo de los menas una vez depredadas las 'inmatriculaciones'…)
Queda para el desahogo de tanta frustración unas risas con las pestes que en Youtube lanza el volcánico Eduardo García Serrano, cagándose en la puta madre de cardenales y obispos.
Quedan las risas en este putiferio a modo de epilogo del R78. Y no olviden recoger los dientes, que nos los van a saltar a todos a hostias.
Impecable, Anónimo. Gran crónica y a la vez diagnóstico de la movida madrileña.
Como dice un tuitero, cuando MAR coge la castaña de Cariñena y duerme la mona, esta loca se lanza por la pendiente y se muestra como un muñeco diabólico.
En fin, todo es un desmadre tan grande que el camarada Sánchez no desentona mucho, la verdad.
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