Dice Borja Sémper que el PP no va
a practicar el acoso y derribo contra el actual gobierno a cuenta de la pésima
gestión de la catastrófica Dana, aunque son conscientes de que si hubiera sido
al revés, probablemente-la fábula de la rana y el escorpión-no habrían recibido el mismo trato. Seguro que no. A su vez, Moreno
Bonilla señala que no es el momento de pedir dimisiones por el mismo asunto,
comparando la crisis con una operación, luego añade que, si eso, ya veremos cómo está el
paciente. Por último, Feijoy, que sin gafas todavía inspira menos confianza,
tal vez porque vea menos de lo habitual, califica de ejemplar la respuesta de
las comunidades autónomas frente a la tragedia, lo que certifica que el estado de las autonomías ha
funcionado.
Más allá de la blandenguería del
principal partido de la oposición, hace tiempo que se viene indicando que no
existen diferencias sustanciales entre PP y PSOE: misma defensa a ultranza del
Régimen, apoyos mutuos en Bruselas, devoción por la agenda 2030, reparto de la
justicia…Parafraseando a Moreno Bonilla, en realidad el paciente ya es un
cadáver, pero a efectos prácticos, de eso va el pacto fundacional, seguirá
gozando de buena salud. Siempre, henchidos de optimismo ante cualquier
catástrofe, podremos decir que sólo el pueblo salvará al pueblo, pero todos
sabemos que nadie nos salvará de los que nos gobiernan, hoy o mañana. Ése es el
muerto con el que hay que cargar.