El secretario general de Comisiones
Obreras hace oídos sordos a las justas reivindicaciones de unos agricultores puestos
en pie de guerra. Para el tal Sordo los agricultores no son trabajadores sino
empresarios, luego son culpables. Es el mismo desprecio que sufren los autónomos
por parte de los mal llamados sindicatos de clase. ¿Y qué clase?, se pregunta
uno. Pues la clase funcionarial de élite en que esos sacamantecas se han
convertido gracias al Estado de partidos que nos legó la Transición. Siendo
benévolos podríamos afirmar que el tal Sordo y su camarilla no hacen otra cosa que obedecer
las consignas de la infecta agenda 2030, responsable de las movilizaciones de
los agricultores en toda Europa, pero conociendo el paño, sabemos que el tal
Sordo y otros como él son más del marisco que de los productos de la tierra.
Acabáramos.
3 comentarios:
también los pescadores se sumarán a las protestas, dicen... escaseará el marisco, el enemigo número uno de los reyezuelos sindicales, pues siempre lo devoran sin compasión... los paniaguados sindicales no soportan la fachosfera agraria... viene de lejos, pues sueñan con la "deskulakización", él y josep maria àlvarez (antes josé maría álvarez), el amontillado y zampabollos de la pañoleta palestina...
Nada más lógico que un individuo llamado Sordo, hagas oídos ídem a cualquiera que pretenda amargarle sus mariscadas.
Si además los alborotadores no se dedican a la pesca de ostras, cigalas, percebes y demás exquisiteces marinas si no que pretenden surtir la mesa del audio-impedido con el llamado marisco de pocilga, pues razón de más para no prestar mucha atención a sus reivindicaciones.
First things, first.
El señorito Unai Sordo. Su pareja se levanta 375 mil euros/año por cursos de lectura en Vascongadas. Ese es el mierdas que afea a los agricultores y ganaderos que se levantan a las 5 todas las mañanas.
Lo de la guillotina ya llega tarde....
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