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miércoles, 7 de febrero de 2024

La casta sindical

 


El secretario general de Comisiones Obreras hace oídos sordos a las justas reivindicaciones de unos agricultores puestos en pie de guerra. Para el tal Sordo los agricultores no son trabajadores sino empresarios, luego son culpables. Es el mismo desprecio que sufren los autónomos por parte de los mal llamados sindicatos de clase. ¿Y qué clase?, se pregunta uno. Pues la clase funcionarial de élite en que esos sacamantecas se han convertido gracias al Estado de partidos que nos legó la Transición. Siendo benévolos podríamos afirmar que el tal Sordo y su camarilla no hacen otra cosa que obedecer las consignas de la infecta agenda 2030, responsable de las movilizaciones de los agricultores en toda Europa, pero conociendo el paño, sabemos que el tal Sordo y otros como él son más del marisco que de los productos de la tierra. Acabáramos.


3 comentarios:

tolerancio dijo...


también los pescadores se sumarán a las protestas, dicen... escaseará el marisco, el enemigo número uno de los reyezuelos sindicales, pues siempre lo devoran sin compasión... los paniaguados sindicales no soportan la fachosfera agraria... viene de lejos, pues sueñan con la "deskulakización", él y josep maria àlvarez (antes josé maría álvarez), el amontillado y zampabollos de la pañoleta palestina...

Traveller dijo...


Nada más lógico que un individuo llamado Sordo, hagas oídos ídem a cualquiera que pretenda amargarle sus mariscadas.

Si además los alborotadores no se dedican a la pesca de ostras, cigalas, percebes y demás exquisiteces marinas si no que pretenden surtir la mesa del audio-impedido con el llamado marisco de pocilga, pues razón de más para no prestar mucha atención a sus reivindicaciones.

First things, first.

Fuga dijo...


El señorito Unai Sordo. Su pareja se levanta 375 mil euros/año por cursos de lectura en Vascongadas. Ese es el mierdas que afea a los agricultores y ganaderos que se levantan a las 5 todas las mañanas.

Lo de la guillotina ya llega tarde....