Robar la historia

 

Como era de esperar, el presidente del FC Barcelona ha echado balones fuera, si bien al menos uno de esos esféricos lo esconde bajo la camisa, con el escándalo Negreira, y traslada la responsabilidad al eterno rival, afirmando a gruesos trazos que el Real Madrid era el equipo del régimen franquista, luego poco hablar de corruptelas con los árbitros. Lógicamente, la historia está para algo y además es caprichosa, y todo el mundo conoce los favores que otorgó el franquismo al club catalán, y tantos fueron que sin esas ayudas es más que probable que el llamado ejército desarmando de Cataluña hubiese desaparecido ya en la década de los sesenta.

Pero lo mejor, al margen de la histeria de los nacionalistas con un vídeo del Real Madrid que muestra los vínculos del club azulgrana con el franquismo, es ver cómo plumillas de la prensa barcelonistas, con la excusa de que el folio en blanco lo aguanta todo, sacan a relucir el papel que en la guerra civil tuvo Santiago Bernabéu, quien con el altísimo empleo de cabo entró con las tropas nacionales en Cataluña allá por el año 1939. Para ellos Bernabéu contribuyó a masacrar catalanes, cuando en realidad lo que hizo aquel cabo fue jugarse el tipo para liberar a los catalanes del terror ejercido por comunistas, anarquistas y separatistas. Y eso lo sabe hasta Laporta, que por afinidad estuvo emparentado con un conspicuo franquista que era socio del FC Barcelona. Y es que podrán robar partidos, pero no podrán robar la historia.