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martes, 7 de marzo de 2023

Estupefaciente corrupción

 


En esta Españeta de pandereta la realidad siempre supera a la ficción. Un helicóptero-Pegasus le llaman-de la DGT que se dedica a freír a  multas a los sufridos conductores se estrella en Madrid y el piloto da positivo en cocaína y metanfetaminas. Antaño esa misma dirección general lanzó una campaña en la que nos decía que fuésemos buenos al volante, pues no podían conducir por nosotros. Ahora nos viene a decir que sí pueden drogarse, y lo que haga falta, por nosotros. El estupefaciente episodio constituye una metáfora perfecta del lodazal en el que hay que sobrevivir: funcionarios corruptos que no dan ejemplo, políticos ladrones que atesoran todos los vicios, locas con sabrosa nómica pública que recomiendan el uso de artefactos de todo tipo en el sexo, jueces prevaricadores, curas que hablan del aborto como un derecho, generales de la Benemérita que roban a manos llenas...

Mas no parece que las cosas vayan a cambiar mucho por estratosférica que sea la corrupción. Y es que como señalaba Gómez Dávila, el pueblo no elige a quien lo cura, sino a quien lo droga.


3 comentarios:

Fuga dijo...

jejeje...ha sido el comentario del día. La chirigota nacional.

Reinhard dijo...

Todo es delirante. Ninguna institución pública se salva. Lo único es apostar cuándo saltará el próximo escándalo, que será en menos de 48 horas. Fijo.

tolerancio dijo...


había, al parecer, algún tripulante más que... atenta a la guardia... se dio a la fuga tras el accidente...