Como era de esperar, los
golpistas catalanes han sido indultados de facto mediante la concesión del
tercer grado penitenciario, algo que ya saboreaban con la artimaña legal que
ofrece el artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario. Que te la sude el delito
y compadece al delincuente, reza la máxima socialdemócrata en materia penal, y
mucho más si el que concede tamaños privilegios es el ínclito Torra, un primus inter pares de la cosa
soberanista que debería estar ya más que inhabilitado si España no fuese un
país de pandereta. Luego, y por aquello de disimular un poco y camuflar tanta obscenidad, vendrá la fiscalía, se presume y salvo mejor criterio
de la Lola, con un recurso que acabará solventando el juez Marchena, mire
usted, vamos a ver, el mismo que no quiso fijar en la sentencia que ese tercer
grado no se obtendría hasta que los penados hubiesen cumplido la mitad de la
pena impuesta. Frente a la máxima de Concepción Arenal, la de Pedro Pacheco: la
justicia es un cachondeo.
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3 comentarios:
¡nueve meses en prisión por un golpe de estado... lo mismo que un embarazo!
Torra, creo recordar, está inhabilitado legalmente, por sentencia judicial. Pero ocurre que absolutamente nadie la hace cumplir. Esto es el paraíso de la prevaricación.
Hablando de embarazos, el que parece embarazado es Junqueras. Menuda panza, algo tiene, y no bueno, ahí dentro. Creo que se ha zampado a Fuetdemont.
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