Parafraseando a Lafargue, que
decía que al día siguiente de la revolución debería la gente pensar en
divertirse, algunos separatistas se lo pasan bomba en la Alta Velocidad
Española tomando gin tonics tras girar visita a unos cuantos rebeldes presos. Tiene
la fotografía un aire entrañable de fiesta que choca frontalmente con ese
discurso de la opresión española que se vende a todos los niveles y que ya ha
hecho mella en el nuevo gobierno, cuyo presidente ha dado las órdenes
pertinentes para que esos presos sean trasladados a las prisiones catalanes,
paso previo a lo que será una suelta descarada cuando haya una sentencia firme.
Adiós, pues, a esos viajes a la
Meseta pagados por el contribuyente español, escapadas sentimentales donde confluyen políticos,
periodistas y hasta obispos montaraces para reconfortar a una manada que quiso
romper el consenso del 78 con mucha pena y ninguna gloria. Como esos gin tonics
del tren en vasos de plástico.
3 comentarios:
hay imitaciones de vidrio hechas de plástico duro que tienen mejor pasar para tomarse en condiciones un gin tonic, que no esa vajilla plastificada e infame...además en el peciolo de la copa los empleados de adif, por consideración a tan ilustres celebrantes, podrían atar lacitos amarillos, también de plástico... en fin... cosas veredes...
Sí fuesen abstemios ya me habría comprado una Glock. Pero alcoholizados son una promesa de resaca y no hay resacoso que se lance a las barricadas por mucho paracetamol que lleve en el bolso la tonelete de Soraya.
Todo el prusés, como aquel exilio que tan bien dibujó Carlos Semprún, es una fiesta. Algo que da una idea cabal del miedo que a los separatistas inspira el Estado. Qué cosas veremos.
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