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lunes, 7 de mayo de 2018

El relato mariano




De todas las reacciones que ha suscitado el falso adiós de la banda ETA ha sido la del Presidente del Gobierno la más llamativa de todas. Ha dicho el prócer que afortunadamente los jóvenes de hoy no saben nada de un grupo terrorista que ha causado casi un millar de muertos, amén de otras muchas tropelías. Sin entrar en el matiz nada superfluo sobre qué entiende este hombre por juventud y el conocimiento que ésta tenga de unos determinados hechos, daremos por buena su afirmación, sin más, para entrar de lleno en lo realmente importante: el Presidente no tiene ninguna intención de explicar a esos jóvenes qué fue ese terrible episodio, por qué ocurrió, qué se hizo para combatirlo, quiénes son las víctimas, qué se ha hecho por ellas, o qué se sigue haciendo y todo lo que se quiera añadir, que nunca será suficiente. El tan renombrado y exigido relato, ni más ni menos.

Mas nada parece indicar que Don Mariano, aunque fuese a través de su intrépido ministro de educación y cultura, esté dispuesto a hacer ese imprescindible relato, si bien tampoco sorprende lo más mínimo en un tipo que para pergeñar la suelta de Bolinaga dijo que veía muy flaco al carcelero de Ortega Lara, o que sorteó la opinión sobre el fallo de Estrasburgo que tumbaba la doctrina Parot con un indolente parece que llueve. Con estos antecedentes tan ligados a la más obscena pereza y su ancestral desprecio por las víctimas, da mucho que pensar que el susodicho haya corrido tanto para convocar-para qué a estas alturas-el pacto antiterrorista. Lloverá, sin duda.

4 comentarios:

Aitor Mento dijo...

Pedir a Mariano que trabaje, así en general, es como pedir peras a Luis del Olmo.

Fuga dijo...

Ah...el relato. En España el relato siempre da pereza. Tal vez por el tradicional menosprecio a la lectura de unas élites burocráticas centradas en sus legajos de crónicas de pasillos y nombramientos y ceses. Así el relato hispano nos lo han escrito fuera, con toda la mala saña posible.

Ayer disfruté a horas impropias para mí de un programa sobre Jerónimo de Ayanz, del que lo desconocía todo. Tipo extraordinario, político, inventor...su recuerdo estaba enterrado en papeles y su memoria olvidada...quedaba eso sí la huella de la fechoría, un funcionario había tachado con energía la leyenda bajo su nombre en el relato de sus hazañas "el mejor del mundo". No podía haber relato tras la eliminación administrativa rematada con su desaparición para la historia.

Es posible Reinhard que a falta de talento para escribir el relato de los hombres, en España debamos conformarnos con el silencio de sus podridas burocracias hacia todo lo que no supieron manejar.

Qué terrible melancolía para aquellos familiares y amigos que visiten los camposantos...

Fuga dijo...

Por cierto, si a partir de los 40 la cara es el reflejo del alma esos de la foto serían reconocidos como psicópatas homicidas por cualquier cultura de cualquier esquina del globo.

Reinhard dijo...

Muy cierto, Fuga; los tipos de la fotografía habrían hecho las delicias de Lombroso. Aunque su rostro, sobre todo, es de derrota, pues no es lo mismo arrear al árbol, con los riesgos que eso conlleva, que recoger las nueces.