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martes, 18 de abril de 2017

Productividad china



5 comentarios:

tolerancio dijo...


son una grande y antigua civilización... sólo quieren sacarnos la pasta y lo más rápido posible... al menos no nos dan la lata con música a todo volumen ni se pasan el día pensando dónde nos van a colocar una bomba... he visto otros extranjeros en las listas de podemos o de JxSí, ellos pasan de nosotros y con muy buen criterio... bien entendido que me sé de alguno que en media hora ya se ha tomado dos birras y la recomendación horaria no le afectaría en absoluto... en fin... sensacional documento gráfico...

Traveller dijo...


Esa es una experiencia ya vivida en Europa y así es como los gabachos perdieron todos los bares y restaurantes de ciudades como Marsella y otras.

Aterrizaba un argelino en una tasca y proponía su compra al propietario. Este se negaba y al día siguiente 30 colegas ocupaban todas la mesas de la terraza y las del interior del local pidiendo un café y allí se pasaban el día.

Hacían lo mismo un día tras otro con el agravante añadido de que donde abrevaban 30 africanos no se sentaba ni un blanco.

Al cabo de dos meses el francés dueño del tinglado ya se avenía a vender por el precio que cualquiera de sus ocupantes ofertaba. Y así se quedaron con todo.

Los chinos conocen la historia y no deben de estar dispuestos a que se la repitan a ellos. Otra cosa es que, en un país tan consentidor como el nuestro, me gustaría saber de qué herramientas dispone el chino para hacer levantar a un cliente que decida pasarse 5 horas en su terraza con un café o con un agua mineral.

Reinhard dijo...

¿Herramientas ante esa situación? Es complicado echar a alguien en ese supuesto, y más con nuestro querido intervencionismo en cualquier relación económica. Lo más surrealista es que el sitio tampoco tenía mucha parroquia, vamos, que no estaba el personal al acecho de mesas libres, lo que, "mutatis mutandi", me recuerda al grupo Los Toreros Muertos, que sacaron el primer disco y lo llamaron "30 años de éxitos".

Reinhard dijo...

Fuga, company, manifiéstate sobre los últimos acontecimientos en Madrid. La Corte se hunde.

Aitor Mento dijo...

La historia de Marsella no se va a repetir aquí, en el sentido de que la potencial parroquia del bar del cartel que nos ha traído don Reinhard se irá con la música a otra parte. No en el sentido de que los bares sean comprados por extranjeros, porque eso, al menos en Barcelona y área metropolitana, ya ha ocurrido por parte de los "chinorris". Hará un par de años o así, en una noticia de La Retaguardia, se contaba que es la misma mafia china la que compra los garitos a golpe de talonario al tabernero autóctono, que suda tinta para poder mantener abierto el negocio. Los chinos les hacen buenas ofertas económicas y el agobiado tasquero no duda en vender el negocio. Y todo ello, citando fuentes de los Mossos. Pues eso, que bares de chinos, con esto, hay muchos y también los propios chinos son un mundo, de modo que quien vaya a un bar optará donde los que lo llevan ( que no son los dueños, son gente que pone ahí la mafia y muy a menudo explotados, según la noticia que he citado ) sean simpáticos, y listos. Lo que uno no quiere, otro está a deseo de ello.