Déjà vu

Cuando por fin se pudo desatascar la situación-maravillosa para el contribuyente e idílica para el ciudadano-de gobierno en funciones, se nos dijo que llegaba un tiempo de consenso, ya que un gobierno popular sin mayoría absoluta debía pactar todas aquellas reformas de calado. Ya estaba ahí, siempre al quite, Rivera con su ofrecimiento para lo que hiciese falta, que no era otra cosa, como buen socialdemócrata, que alguna subida de impuestos para alguna ley de corto recorrido. Pero sobre todo había que pactar con los socialistas, que para algo habían sacrificado a Sánchez en el altar del pacto del 78 tras unos eructos de Felipe González. Así que ya se habla de dar más dinero a los taifas autonómicos y subir el salario mínimo, que como sabe todo buen liberal es medida que garantiza más paro. Por no hablar de una subida generalizada de impuestos que hará que la gente no tire de combinados alcohólicos con bebidas azucaradas.

Como todo es un espantoso déjà vu, recordemos que hace cinco años ya se subieron impuestos cuando en campaña electoral se prometió bajarlos, bien podemos decir que, fruto del consenso extractivo de las élites del funcionariado, ha nacido un nuevo partido, el Partido Socialista Popular.