Asistimos estos días a dos
episodios que demuestran, solo en apariencia, el odio y el amor por España, y
más concretamente por la justicia española. Un concejal separatista-indiferente
el partido al que pertenezca porque en Cataluña casi todos los concejales
quieren la separación-se niega a comparecer ante un tribunal español, alegando
que no reconoce a dicho Estado ni a su
autoridad sobre sus ciudadanos; a la vez, un psicópata brasileño, y
descuartizador en sus ratos libres, se entrega a las autoridades españolas para
purgar aquí su pena de una manera más cómoda y segura que en su país. El segundo entiende que en Brasil, con esas prisiones y el
crimen cometido, es hombre muerto; el primero sabe que su insumisión no tiene
castigo añadido y lo convierte en un héroe entre los suyos. Pero uno y otro tienen
una cosa en común, pues las apariencias engañan: son devotos, por su
blandenguería, de la justicia española.
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6 comentarios:
:)
jejeje...muy fino....
Esas son las consecuencias del Estado excesivamente garantista que padecemos.
Por un lado, nos traemos al brasileño descuartizador porque sabe que, precisamente por razón de su crimen, aquí le vamos a enviar a una cárcel/hotel y además con cobertura de seguridad para que nadie tenga la posibilidad de imitar en él lo que él hizo con su familia.
En cuanto al concejal insumiso y sedicioso, sabe que su chulada le saldrá gratis además de subirlo a los altares del independentimo.
Con lo fácil que sería, cuando menos, enviarle a un par de picoletos (pero de los de bigote, capote pluvial y naranjero) aunque sólo fuera para escoltarlo hasta la sede la Audiencia Nacional en Madrid. Seguro que en el camino necesitaría cambiarse de ropa interior en múltiples ocasiones y se le bajaría esa chulería con la que aparece en la puerta de su Ayuntamiento, debidamente arropado y jaleado por el resto de sus estúpidos compinches.
Pero no hay glándulas (gonadales, naturalmente), y así nos va.
lo peor de casa y lo peor de fuera en armónica convivencia... el edén sobre la tierra... muy atinada conclusión, don reinhard...
Buena comparación, Reinhard. Imagino las cárceles de Brasil plagadas de travelos carnavalescos y hacia allí mandaba al concejal de la CUP.
Una cuestión, queridos amigos: ¿cómo celebrarán ustedes eso de que el sábado tengamos ya gomierdo? ¿Bebiendo? ¿Comiendo? ¿Cantando? ¿Les hace ilusión? o por contra, ¿les causa depresión?
yo he follado hoy como a los 17. Tal es la emoción que me embarga.
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