Que un cargo público felicite a
los tipos que saltan la valla de Melilla y les diga que son unos emprendedores
sociales demuestra hasta qué punto la política española es obscena e irresponsable. El problema
es que la boutade de la abuela no
tiene réplica más allá de la que pueda venir de las redes sociales y ahí es
donde dominan los suyos más que los otros, como ese concejal que metía judíos
en el cenicero y se reía de una víctima del terrorismo. Justa y deportiva
réplica del legislador, o del gobierno en funciones, sería hacer como en los campeonatos de atletismo con algunos saltos: subir el listón de la
valla, diez metros al menos, y así continuamos con el emprendimiento social hasta que el cuerpo aguante, y si un tipo trepa cien metros o más y baja en condiciones, se le otorga la nacionalidad española por carta de naturaleza. Lo demás es hacer de puta y poner la cama. Y el
subsidio.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
8 comentarios:
El futuro Ibex 35 saltando la valla.
Lo cierto es que la decisión de emigrar suele acompañar cierto espíritu de superación. Mas allá de la interpretación psicodélica de Carmena.
me pregunto si la alcaldesa pensaría lo mismo de los trabajadores a los que impagaba el sueldo su marido si les diera por saltar la valla de la finca de lujo que tiene en no sé donde...
Muy bueno lo de la "obscenidad" de la política española actual, es el calificativo que mejor la define. En el concepto también podemos incluir todo el "asunto Soria", incluyendo las mentiras gubernamentales, y especialmente las del ínclito The Windows.
Ahh, Soria, es clon de Aznar, cuánta gloria perdemos con su marcha.
Lo de Soria es crónico. Hay Sorias a puñados. A millones. El prestigio es el cargo público. Y el cargo público lo es todo. Y sin cargo público se quedan en nada.
Hambre.
Aitor ¿Soria tambien es de la 'masonería católica' como The Windows?....se oye...
No me extrañaría ni un ápice, dado lo que ha mentido The Windows sobre la propuesta a enchufe. Ahí está el gicho no obstante, sin dimitir ni idea de ello, y lo que es peor, sin nadie que pida su dimisión.
ah...la podrida cucaña por los carguitos de nuestra intelectualmente estéril masonería. Un clásico.
Publicar un comentario